domingo, 31 de marzo de 2013

Esta noche vengo a escribir con el estómago encogido, porque sí, porque ya no me queda más esperanza que malgastar. No sé qué parte es verdad y qué parte está sólo en mi imaginación, pero cada día me matas un poco más y ya no me queda más sangre que perder. Da igual lo lejos que esté de ti, la distancia no es bastante para olvidar tu nombre, tus gestos, tus sonrisas, pero ya no me quedan recuerdos sin teñir de soledad. Se me hacen largos los días sin ti, pero más largas las noches después de ti. Y me dirás que soy yo la que no lo hace bien, llegaremos a la conclusión de que no soy para ti, y todo lo que te quiero no será suficiente, porque nunca lo fue. Al final pesó más lo que creí que sería capaz de hacerte olvidar, para ti siempre seré esa niña que quiso luchar contra la edad que nos separaba. Y tú, para mí, el que no quiso ver más allá. Y ya no puedo más, sólo espero que mi cabeza me obligue a dejar de intentarlo, porque ya no me quedan más noches para pasar en vela.
No quiero verte,
pero es inevitable.

domingo, 24 de marzo de 2013

Una nueva corriente de aire frío la hizo estremecer, el tiempo pasaba cada vez más lento, como en todas las esperas. Y él siempre llegaba tarde, era algo a lo que ya se había acostumbrado, y, a pesar de todo, ella seguía apareciendo puntual a cada cita. Lo más curioso de toda la situación, es que esas esperas son peores para él que para ella, porque todos esos minutos en soledad la servían para darle vueltas a la cabeza, y para cuando él llegaba, ella ya tenía todo un discurso preparado. Por eso cada vez quedaban con menos frecuencia, por eso cada vez las esperas eran más largas, por eso cada vez había menos paciencia, por eso cada vez se querían menos.

sábado, 23 de marzo de 2013

Una frase puede tirar por tierra todo lo que llevas construido. Una catapulta de palabras que golpea sobre mi castillo recién construido. Ni siquiera me has dado tiempo a apuntalar los cimientos y fortificar las bases. Es posible que yo me precipitara a la hora de construirlo, o reconstruirlo, porque soy así de fácil de convencer, porque me creo ilusiones que no tienen ningún fundamento. Y ahora, me acuesto entre ruinas de nuevo, y me pregunto: ¿Merece la pena construirlo de nuevo?

sábado, 16 de marzo de 2013

Empiezo a cansarme de que me des una de cal y una de arena. Me das todo lo que necesito y luego me golpeas como si creyeras que no me va a importar. Me pides más de lo que me das y yo nunca me quejo, pero parece que no te das cuenta. Por eso quiero que sepas que yo no me tiro a una piscina vacía, así que, si quieres que nade, tendrás que echarle agua.

jueves, 14 de marzo de 2013

Lo cambiaría todo por ti, y sé que eso también te parecería mal.

miércoles, 13 de marzo de 2013

Quiero escuchar música triste porque hoy estoy contenta. No tiene sentido, pero ya no importa. Que si me haces sonreír no pienso fingir lo contrario. Que si tengo ganas de matarte, te perseguiré por las calles gritando todo lo que hiciste mal. Que si me muero por un abrazo, simplemente te lo daré. Que si los dos queremos, mi sonrisa se mezclará de nuevo con la tuya. Que aún nos queda mucho camino, mucha historia por escribir. Aunque no fue la que planeamos, ni lo contrario. Es lo que es, y si te canto, tú te ríes; y si lloro, yo me escondo; y si sueño... todo es posible.

martes, 12 de marzo de 2013

Que tú ya no vienes y me enseñas tu camiseta nueva. Que de mí ya no sale acercarme y decirte lo bien que te queda. Pero quiero pensar que con ESA mirada, nos hemos entendido.

lunes, 11 de marzo de 2013

Siento que la vida se me escapa de las manos, rebelde e incontrolable. Es imposible prever lo que pasará a continuación, y eso es desquiciante y difícil de llevar. No quiero volver a la cama cada día después de que nada haya salido como esperaba, no quiero preguntarme qué significan los hechos. No soporto vivir en esta incertidumbre, si yo ya lo tenía todo planeado y bien definido, por qué ha tenido que venir el azar a acabar con mis castillos. Por qué tuviste que acabar conmigo.

jueves, 7 de marzo de 2013

Me mantengo firme en mi decisión...
... siempre que no estés cerca.

miércoles, 6 de marzo de 2013

Si no me dejas soplar, la llama no acabará de apagarse nunca.

martes, 5 de marzo de 2013

Lo fácil es creer en el destino, lo que tenga que ser, será. Pero la vida no es así de fácil, tienes que luchar, pelear por cada una de las cosas que quieres. Unas costarán más y otras menos, pero en todas tendrás que poner de tu parte. Lo más probable es que, si dejas que todo fluya sin control, no consigas lo que quieres. Porque no puedes dejarlo todo en manos de otros, ni poner de excusa una fuerza incontrolable. Tu vida es TUYA, vívela.

lunes, 4 de marzo de 2013

Quiso el destino que encontrara unas fotos que ni siquiera recordaba que existían. Me hacen pensar en cuánto han cambiado las cosas en tan poco tiempo, me hacen preguntarme sí todo eso que hubo existió de verdad, quizá me tenías engañada o simplemente todo eso se quedó allí, en aquél sofá en el que tantas horas pasamos. Y es que verte ahora, cada día, se me hace insoportable. Porque desde fuera todo parece igual, pero faltan tantas cosas que, intentando que vuelvan, me estoy quedando vacía. Y cansa, cansa mucho. Lo más difícil de todo es saber que no quiero que te marches, pero no soporto que sigas aquí.

domingo, 3 de marzo de 2013

La nieve me enfría por fuera, pero tú me congelas por dentro.

sábado, 2 de marzo de 2013

A veces crees que conoces a alguien, y luego descubres que no, que estás completamente equivocada. Juntas todos esos pequeños detalles que en su momento no te gustaron, pero que pasaste por alto, y se crea una imagen completa, que se aleja totalmente de lo que tenías en tu mente. Es entonces cuando te planteas qué prefieres, seguir ignorando esos detalles, yo asumir la realidad y actuar en consecuencia.

viernes, 1 de marzo de 2013

Últimamente pienso mucho en ti. No entiendo por qué, pero contigo nunca tuvo sentido nada. Quizá es por culpa de esta necesidad que tengo de poder confiar en alguien, para contarle todo lo que tengo encima ahora mismo. Pero estoy orgullosa de poder afirmar que sé que no te interesa, y que ese hecho ya no me hace daño como antes. Puede que haya aprendido a aceptar las consecuencias de mis actos y a no revolcarme en la culpabilidad. Claro que desearía que fuera diferente, pero reconozco que, después de darme cabezazos contra la pared día sí, y día también, por fin he aceptado que detrás de esa pared ya no queda nada. Que ya han pasado casi 4 años desde aquél día en el que destrozaste las ideas que tenía aferradas en mi cabeza y las cambiaste por otras nuevas, quiero pensar que mejores, que desembocaron en mil cosas buenas, y una mala, pero enorme. Y ahora paso la vida buscando a alguien que lo consiga de nuevo.