jueves, 30 de septiembre de 2010

"no te preocupes por mí...
Yo me asusto si te rompes una uña.."
"Siento la necesidad de darte un abrazo muy muy muy fuerte... voy a terminar abrazando el ordenador.."

miércoles, 29 de septiembre de 2010

Me falta el aire y me faltas tú...
Echo más de menos tus palabras que el aire fresco.
Sus pies, aún sobre aquella arena desconocida, pisaban con la misma fuerza que habían ejercido durante el largo camino. Ella no sabía a dónde la llevaban, sólo confíaba en que terminaría en el lugar que buscaba. Podía sentir como cada diminuto grano de arena rozaba su piel llevando diferentes e infinitas direcciones. Para ella así era la vida, una sucesión de direcciones entre las que elegir para llegar al punto final. Solo que se había cansado de elegir, de elegir mal. Sentía que cada una de las direcciones que había tomado habían sido las correctas, pero por qué, después de haberlo tenido todo, acababa de quedarse sin nada. Recordó su todo, mientras sus pies acariciaban las gélidas aguas del mar que se extendía frente a ella. Miró al frente y vio el rostro de la persona que había sido todo para ella. Pero no estaba allí realmente, ya no estaba. Dio otro paso, y otro más, cuanto más se sumergía más tranquila se sentía. Siguió hacia delante, ya no había marcha atrás, ya no quería volver atrás.
Mi sueño es cruzarme contigo por la calle, que me mires y me sonrías. No me hacen falta palabras, no quiero explicaciones. Que no me veas a mí, que veas a mi dolorido corazón y quieras cruzar la carretera para curarle con tus abrazos. No me importa que ese momento tenga que tener un final, lo que importa es que no sea definitivo. Puedo esperar. Sólo dime que sí.

martes, 28 de septiembre de 2010

No he podido...

"- ¿Qué pensabas?
- No sé explicarme...
- Inténtalo...
- Lo extraño que es... Pensaba en que... cuando esto acabe, no te voy a poder olvidar...
- Yo a ti tampoco..."
Podría escribirte todo lo que siento, utilizaría tu cuerpo como papel y mis dedos repartirían la tinta. Recorrería tu cuerpo una y otra vez, porque la primera no sería suficiente. Las letra empezarían a superponerse, mis sentimientos se mezclarían sobre tu suave piel. La confusión de mi mente se plasmaría en tu cuerpo. Sólo espero que tú lo entiendas. Y que me digas que sí.

lunes, 27 de septiembre de 2010

Esto no se acaba nunca...
...y creo que es culpa mía por no querer que se acabe.

La palabra fin duele demasiado.

sábado, 25 de septiembre de 2010

Tú y yo
¿Qué opinas?

miércoles, 22 de septiembre de 2010

Decidido, me dejo la cabeza en casa...
"Lloro son como mínimo dos o tres lágrimas; una es sólo pena"

sábado, 18 de septiembre de 2010

Si pudiera volver a nacer...

viernes, 17 de septiembre de 2010

jueves, 16 de septiembre de 2010

- ¿De verdad vas a tomarte ese pedazo café?
- Vamos, no empieces con eso... Has conseguido que no tome café todos los días. Estamos en Sturbucks, déjame que disfrute un poco.
- Luego, cuando te entre el síndrome de abstinencia, yo no quiero saber nada.
- ¿No vas a estar conmigo?
- No vale poner ojitos de cordero degollado, sabes que no voy a dejarte sola... !Pero a mí no me besas con sabor a café!
- ¿Serías capaz de negarme un beso?
- Eres una tramposa, ¿lo sabes, no?
- Sí, pero me quieres.
- Por desgracia...
- ¡Oye!
- Vale, vale... Te quiero...
- Eso está mejor. Y ahora... ¡ayúdame a esconder la taza!
- ¿Otra vez con eso? ¿No puedes dejar tu vena de cleptómana en casa?
- Jo, no me digas eso...
- ¿sabes que me he vuelto una blanda capaz de robar por ti?
- ¿Y lo bien que va a quedar que las dos desayunemos en estas tazas?
- Vale, hacemos un trato. Nos llevamos la taza, duermo en tu casa y desyunamos juntas. Así tú tomas café y robas, y yo puedo recibir algo más de mi vicio: tú.

lunes, 13 de septiembre de 2010

jueves, 9 de septiembre de 2010

No es bueno darle tantas vueltas a una cosa...
y aún así...
sigo y sigo con ello.

miércoles, 8 de septiembre de 2010

Nunca entenderé...

...qué fue lo que nos pasó.

martes, 7 de septiembre de 2010

Echo de menos oir tu voz...

lunes, 6 de septiembre de 2010

Estoy cansada de tenerte todo el día en la cabeza. Es demasiado trabajo convencerme a mí misma de que tengo que olvidarte. Me cuesta concentrarme en cualquier cosa, siempre termino pensando en ti, o en algo relacionado contigo. Aunque eso es fácil, porque todo lo relaciono contigo, cualquier anécdota, cualquier canción, cualquier programa de televisión.

Es increible que sintiendo lo que siento, tú no seas capaz de verlo. Creo que te ha costado mucho convencerte a ti misma de lo que dices. O al menos, espero que haya sido así. Me gustaría gritarte, desahogarme, decirte lo que pienso sobre todo lo que está pasando. Gritarte que estás ciega y que no ves la realidad, porque no quieres verla. Me encantaría lograr que cambiaras de opinión. Sé que es difícil, de hecho, lo he dado por imposible, pero ya sabes que mi estúpido corazón sigue dando guerra. Se le ocurren montones de ideas descabelladas, que mi cabeza enseguida rechaza, creyendo que nunca las llevará a cabo, pero de vez en cuando, se escapan por las rendias que hay en mi coraza. Y me veo, me veo contigo, demostrándote que no tienes razón. Y te veo reconociendo que estás equivocada. Contenta porque todo eso que odiabas que fuera cierto, en realidad no lo es.

Pero luego vuelvo a ver la realidad me doy cuenta de que aún me faltas y caigo aún más abajo. No sé cuánto más puedo llegar a caer. Pero sé que sólo tú puedes salvarme.

Ya estoy otra vez... imaginando que me salvas. No puedo seguir así, pero el caso es que tampoco puedo cambiar. Me quedaré aquí, encerrada en mi pseudorrealidad, esperando a que mi princesa venga a darme el beso que me despierte.

domingo, 5 de septiembre de 2010

Estoy de mal humor con todo el mundo. Y lo peor no es eso, lo peor es que sólo pienso en contártelo a ti. Esto es una mierda, estar tan jodida porque se supone que no me importa. La ironía es muy grande.

Anoché soñé que te hacía tortitas para desayunar. Ya ves, esas son las tontería que se me quedan en la cabeza. Nuestras tonterías. Y lo peor es que no puedo sacarlas de ahí. No, mentira, lo peor es que no quiero sacarlas.

sábado, 4 de septiembre de 2010

No sé por qué, de un tiempo para acá, creo que el destino está intentando ayudarme, y estoy segura que desde fuera, parece que lo está consiguiendo. Incluso esa decisión que me está costando tanto tomar va a quedar en manos del destino. El problema es que la dirección que está tomando el asunto no es la que mi corazón quiere, aunque mi cabeza está muy contenta. Es la opción más segura, la que menos va a doler. Pero yo debo ser masoca, y mi estúpido corazón no va a dejarme tranquila. El tiempo dirá lo que el destino decide ¿Acataré sus órdenes? Sé que mi vena rebelde sigue ahí, quien sabe...

viernes, 3 de septiembre de 2010

Siete

Porque aún sin estar, sigues doliendome...
Odio que, al despertar, mis primeros pensamientos sigan siendo para ti. Me gustaba cuando eran pensamientos alegres, felices, sin preocupaciones. Me hacía sentir bien que estuvieras conmigo cada segundo del día, no me preocupaba pasar el día pensando en ti, porque era lo único que quería hacer. Pero ahora me preocupa, porque pasan los días y sigo sin poder sacarte de la cabeza, y los pensamientos no son bonitos, son tristes, duelen y están dirigidos a mantener esa estúpida esperanza de la que no soy capaz de librarme. Me gustaría saber cómo borrar todo este verano y poder inventarme un motivo para tu desaparición, un motivo que entienda y no me parta en dos. Imaginar que en realidad te has cansado de esta situación, que aún me quieres pero que no soportas la distancia, que esto es lo mejor para todos. Cómo me gustaría poder engañarme. Hay momentos en los que creo que lo he conseguido, pero la realidad vuelve y me golpea más fuerte que antes. Y, sinceramente, es un asco.

jueves, 2 de septiembre de 2010

Estiraré una toalla junto a la mia, como si esperara que fueras a aparecer a tumbarte a tu lado. Porque, joder, si mentirse es tan fácil, que nadie diga que no lo intenté.

miércoles, 1 de septiembre de 2010

Todo llega a su fin, pero para mí no ha terminado. Me alegra que hayas logrado creerte una mentira tan grande como para conseguir que lo olvides todo. Me gustaría haber tenido esa suerte, conseguir creerme que es mejor olvidarme de todo porque no mereces la pena. Pero a pesar de todo, sé que sí que la mereces. Porque por muchos motivos que busque en mi cabeza para odiarte, sé que no soy capaz de hacerlo.

No entiendo qué es lo que te ha llevado a la conclusión que has sacado. De verdad que no lo entiendo. En mi cabeza había barajado decenas de motivos que te alejarían de mí. Sabía que había una enorme probabilidad de que ya no confiaras en mí, pero nunca se me pasó por la cabeza que duraras de lo que he sentido por ti durante este año y medio. Si hablaras con la gente que me rodea te contarían las noches que he pasado llorando porque no sabía cómo arreglar las cosas sin perderte y no soportaba seguir haciéndote daño. Sólo podía pensar en separarme de ti, pero era muy difícil y tú tampoco ayudabas con ese empeño porque me quedara contigo. También te contarían todas las cosas que me he perdido porque tenía la necesidad de hablar contigo un poquito más. Te reñirían por la brasa que les he dado contándoles que apenas me hablabas, que no entendía lo que estaba pasando y que no sabía qué hacer para arreglarlo. No sabes la de veces que me dijeron que me hiciera la dura y no diera señales para que fueras tú quien moviera ficha. Pero yo siempre me rendía, siempre caía. Era tal mi necesidad de hablar contigo que siempre caía, me rebajaba a ser siempre yo la que suplicara por tu atención. Pero cada día esas atenciones eran cada vez más distantes y yo siempre terminaba llorando sin entender qué había pasado para que te comportaras así conmigo. Y ahora lo entiendo, aunque no entiendo cómo ha pasado.

No entiendo cómo en tu cabeza todo este año y medio se ha distorsionado tanto como para que pienses lo que piensas. No sé cómo has podido olvidar todo lo que hemos compartido, todo lo que te he dado. Y no me refiero a las cosas materiales, esas nunca me importaron. Me refierdo a la confianza, a todo lo que te he contado a ti y que no le he contado a nadie. Nunca he tenido una amiga a la que contárselo todo, una amiga en la que confiara tanto como para dejar que viera todo lo que soy. Incluso ahora, que necesito desesperadamente alguien en quien apoyarme sólo soy capaz de enseñar una pequeña capa de lo que estoy sintiendo en realidad. Voy repartiendo mis dudas para que nadie tenga una visión completa de como estoy ahora mismo. Y la única persona a la que le daría toda mi confianza cree que todo ha sido un juego.

Si esto era un juego, siento que he salido perdiendo. Me encantaría que tuvieras razón, que esto hubiera sido sólo una broma de mal gusto, para que, ahora que todo ha terminado, pudiera volver a mi vida de siempre sin pensar cada segundo que al otro lado del pais hay una persona que es perfecta para mí pero que piensa que soy capaz de jugar a querer durante un año y medio sin sentir nada.