Ese desconocido, sin saberlo, te estropea el día sólo con decirte que tienes la sonrisa triste. Porque tiene razón.
viernes, 31 de agosto de 2012
jueves, 30 de agosto de 2012
Rubia innatural
Es como esa que ha sido morena toda su vida y de pronto se
tiñe de rubio. Los primeros días se mira en el espejo a cada rato y está
contenta con el resultado, es un cambio, justo lo que necesitaba. Lo que no
sabe es que sólo se está convenciendo a sí misma de que convertirse en rubia de
la noche a la mañana es fácil y sencillo. Y así pasan las semanas, todo el
mundo le dice que la ve rara pero que le queda genial, que ojalá ellos fueran
tan valientes. Le sube la autoestima tanto que se cree rubia natural. Y todo es
felicidad, peinados bonitos y teñirse una vez al mes. Hasta que un día vuelve a
mirarse en el mismo espejo que meses atrás y lo ve, esas raíces oscuras que
siguen saliendo por mucho que ella las intente tapar. Deja de sentirse tan
guapa de rubia, porque no es lo suyo, se da cuenta de que gasta mucha energía
en ser algo que no es. Ese es el punto de inflexión, si todo el mundo, incluso
ella hasta hace unos minutos, piensa que le queda bien, por qué ella no termina
de verlo, empieza a echar de menos sus rizos oscuros, esos de los que no tenía
que preocuparse porque siempre eran del mismo color, mes tras mes. Que ella por
dentro sigue sintiéndose morena y ya se ha cansado de fingir lo que no es. Y
aunque en ese momento lo que quiere hacer es raparse el pelo al cero para verlo
crecer de nuevo, se agarra a su sensatez y se compra el tinte más parecido al
color que ella se recuerda y se devuelve esa parte de sí misma. No es su color,
eso lo sabe perfectamente, pero, con el tiempo, volverá a ser ella y siempre
recordará que, por mucho que lo intentes, eres como eres, y eso no puedes
cambiarlo.
Sí, acabo de explicar
cómo me siento hablando de tintes
Me voy a la peluquería. O algo.
No sé si es que yo me cansé de fingir que no me importa, o que tú, como Sansón, has perdido tu fuerza al cortarte la melena. Pero ha empezado la guerra, entre mi cordura y tu capacidad de colarte hasta el fondo. ¿Te digo algo? Creo que vamos perdiendo los dos.
Y quizá lo mejor sea que todo termine. O no.
Tuvo que sonar esa maldita canción
que me recuerda todo.
martes, 28 de agosto de 2012
Hoy alguien se ha referido a ti como "tu exnovio o lo que sea", y realmente, eso es lo que eres. Es todo tan difuso que ponerle un nombre es prácticamente imposible, no puedo decir que sea algo, pero tampoco que no sea nada. Y aquí me has dejado, en este lo que sea que no sé a dónde va ni lo que significa. Algo que simplemente es.
lunes, 27 de agosto de 2012
domingo, 26 de agosto de 2012
Yo no sobreviviría a un ataque zombie
No aprendo, no sé diferenciar entre lo que es bueno o malo
para mí. Que todo lo que parece bueno termina siendo malo, y lo que parece
malo… bueno, eso sigue siendo malo.
No soy capaz de mantenerme firme. A cabezota no me gana
nadie, si pienso una cosa no podrás hacerme cambiar de opinión, pero si que
conseguirás que me guarde lo que pienso y haga como si no importara. Demasiadas
veces he convertido un no en un sí, sabiendo que estaba mal.
Me parece estúpido luchar cuando sabes que no se pueden
cambiar las cosas. Así que, aquí estoy, dejándome llevar, convertida en una
zombie más, que no piensa, no siente, sólo camina por la vida buscando algo que
le quite el hambre. A la espera de que llegue el tiro mortal, justo en el
centro de la cabeza.
Apunta bien.
No es rencor,
es sentido común.
sábado, 25 de agosto de 2012
jueves, 23 de agosto de 2012
martes, 21 de agosto de 2012
Odio querer verte.
Odio estos celos.
Odio querer darte todo lo que quieres.
Odio que se me haga tan duro mantenerte lejos.
Odio que me cueste tanto reprimir las ganas.
Odio no poder odiarte como te mereces.
Por mucho que me niegue a aceptarlo, lo has logrado, ha llegado el día en el que quiero más. Tú ganas. Como siempre.
Y ahora...
¿qué?
domingo, 19 de agosto de 2012
La duda es esa zorra que se te va colando dentro y te destroza. No necesita que le abras la puerta, ella solita encuentra un hueco que tú ni siquiera sabes que existe y de pronto te das cuenta de que se ha quedado a vivir dentro de ti, que ha deshecho las maletas invadiendo con su ropa tu cerebro, incluso ha construido una piscina en tu estómago que de vez en cuando desborda porque la duda ha decidido darse un baño. Y no hay nada que puedas hacer, por mucho que quieras fingir que no está ahí, ha llegado para quedarse.
Te odio, te odio, te odio, te odio,
te odio, te odio, te odio, te odio,
te odio, te odio, te odio, te odio.
Ay.
sábado, 18 de agosto de 2012
Siempre que me buscas, me encuentras. A veces me pongo difícil, pero tú siempre encuentras la manera de ablandarme, me obligas a caer en la tentación, o a salir corriendo.. Da igual que sueltes cosas tan inoportunas; que hagas siempre lo que te venga en gana; que llegues tarde, a todo; que se me quiten las ganas de esperar. Nada de eso importa cuando me enredas con tu encanto, con esas palabras que ya no me creo pero que, aunque no lo reconozco, me gusta escuchar. Me divierte ver tus rodeos, cuando los dos sabemos a dónde quieres llegar. Finjes que hay algo más, cuando es obvio que no es así, porque has aprendido cómo funciona el mundo. Y yo finjo que no lo veo, porque es más fácil, porque es imposible tener lo que quiero, sólo puedo querer lo que tengo.
Que da igual que yo vaya con las ideas claras, sé que al llegar va a dar todo igual, y que al marchar querré matarte o matarme a mí.
"Dime si te trato de olvidar
o si tengo que pensar que siempre volvemos de nuevo"
viernes, 17 de agosto de 2012
miércoles, 15 de agosto de 2012
En mi casa siempre he tenido fama de borde y, tengo que reconocerlo, a menudo lo soy. Últimamente, y por culpa de trabajar de cara al público, he empezado a pensármelo dos veces antes de hablar y decir algo que vaya a sentar mal. La cosa es que, aunque no lo diga, lo pienso, y le doy mil vueltas, y se va haciendo más grande... y al final acabaré mandando a la mierda a más de uno.
martes, 14 de agosto de 2012
Nada vuelve a ser lo mismo. Todos esos momentos que
compartes con una persona, cuando comparas su mano con la tuya, cuando te besa
en medio de la lluvia, cuando haces cientos de kilómetros sólo para estar
juntos, cuando te besa por primera vez en aquél banco- Todos esos momentos
para ti son únicos, pero no son irrepetibles. Cuando una relación termina, nos
empeñamos en recortar el mundo, dejamos de oír esa canción, no volvemos nunca a
aquél parque, ya no queremos escuchar esas palabras con las que siempre
conseguía sacarnos una sonrisa. Lo hacemos porque sabemos que ya no será lo
mismo, que nadie puede superar ese momento, tan perfecto, tan vuestro. Vivimos
poniendo límites a lo que puede ser, por culpa de lo que fue. Perdemos la
oportunidad perfecta para que alguien nos demuestre que esos momentos pueden
ser aún más perfectos. Perfectos y nuestros.
Te dejo que lo
intentes.
Nadie puede decir que no te quise, tan sólo no supe hacerlo como se suponía que debía quererte.
Etiquetas:
Entre tú y yo,
Frases al aire
miércoles, 8 de agosto de 2012
- Esta es la última vez que nos vemos.
Por fin lo había soltado. Llevaba toda la noche pensando en
cómo hacerlo, y aunque pueda parecer que mientras buscaba por el suelo su otro
zapato no era el momento ideal, calculaba que estaba a tres minutos de salir
por la puerta, y ese si que era el momento perfecto.
- ¿A qué viene eso?
- Mira, he pensado mucho, y hemos llegado a un punto en el
que o damos un paso hacia delante o lo damos hacia atrás. Ninguno de los dos
quiere ir hacia delante, así que sólo queda la otra opción.
Zapato en mano salió corriendo por el pasillo, cabía la
posibilidad de que él decidiera no seguirla. Casi había cantado victoria, pero
al poner la mano en el picaporte él apareció para frenarla.
- Por lo menos déjame decirte lo que opino antes de
marcharte.
- Voy a ser clara. Empiezas a importarme demasiado, más de
lo que yo te importo a ti, y no quiero
pasar por eso, otra vez.
- Te quiero.
A ella se le escapó una sonrisa, triste, y tras un último beso, le
dijo lo que tantas veces antes.
- Ojalá pudiera creerte.
martes, 7 de agosto de 2012
Mucha gente me pregunta qué es lo que tienes para volver
tonta a más de una, yo siempre contesto que no lo sé, ni siquiera yo lo
entiendo. Recuerdo que esa misma pregunta la hice yo el día que te conocí,
porque todo lo que me habían contado sobre ti no cuadraba con lo que yo estaba
viendo. Y ya ves, necesitaste sólo una semana para tenerme completamente
enganchada. Y ahora, incluso sabiendo todo lo que sé, sigues teniendo ese
efecto en mí, sigues embaucándome con tus palabras, sigues controlando el
juego.
Una tonta
más en el mundo.
Un concierto.
Miles de personas. Y me encuentro contigo. Te miro, sin saber si te acordarás
de mí. Después de todo, ya han pasado demasiados meses desde aquél día que
pasamos juntos. Me miras, y me sonríes. Y mientras te acercas a mí a través de
la gente mi sonrisa se va haciendo más grande. Recuerdo. Las risas, las
miradas, el tonteo, y todo lo que habría pasado. Pero hoy, las circunstancias
que nos lo impidieron han cambiado. Yo lo sé. Tú lo sabes. Y por eso mi voz
tiembla.
domingo, 5 de agosto de 2012
Me hacía falta una estúpida revelación para reconocer que se
acabó, tú tienes el poder y yo ya sólo puedo dejarme llevar a donde tú me
mandes. Vivía valiente, creyéndome que daba igual, que, por mucho que hubiera
sentido en el pasado, mi fuerza de voluntad sería más fuerte. Pero ya ves, he
caído hasta el fondo en la mentira, sólo necesitaba una noche de alcohol y
defensas bajas para aceptarlo. Que por muy lejos que te mantenga, te quiero
cerca; que por mucho que te ignore, me muero por saber de ti; que siempre hago
como que lo he pasado por alto, pero la punzada de celos está ahí; que te echo
de menos…
….que por
mucho que te diga que no te quiero
puede que
no sea cierto.
viernes, 3 de agosto de 2012
Solo necesitas una noche para hacerme cambiar de opinión, para que vuelva a caer. Y una frase desafortunada para que recuerde por qué no te puedo querer. Me hago la fuerte mientras estás lejos, pero me atrapas en tus redes en cuanto te veo. Algún día acabarán las recaídas, pero sólo porque seré incapaz de volverme a levantar. Si he aprendido a ignorar a todo el mundo, podré aprender a ignorarme a mí misma.
Lo difícil es marcharse
sin saber si volverás.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)