miércoles, 30 de abril de 2014

Hay gente que es feliz con muy poco, no me refiero a los que se conforman, no, me refiero a esa clase de persona que disfruta de las pequeñas cosas, los detalles que a otros les parecen insignificante. Recibir un whatsapp inesperado, que alguien te lance una sonrisa desde la esquina de la habitación, o encontrarse una moneda de la suerte. Quisiera ser de esas, aunque sólo fuera por un día. Y haré lo que pueda para conseguirlo.

lunes, 28 de abril de 2014

Vuelvo a caer en tu red. No sé cómo lo consigues pero me enredas y me cuesta salir del todo de esta historia. Puedo odiarte durante un rato, cuando me hundes y me haces llorar con tus palabras, pero por mucho que lo niegue, que intente evitarlo, al final siempre vuelves a hacerme sonreír. Quisiera creer que podemos estar juntos, ser felices, pero no, es imposible, ya llevamos mucha historia detrás y es hora de aceptar que, a pesar de todo, lo nuestro no llega a ninguna parte, lo supimos desde el principio y nos negamos a verlo. Y sí, cuando me ves con otro te das cuenta de que me echas de menos y me vuelves loca la cabeza, pero no es suficiente. Así que te lo pediré otra vez, por favor, déjame marchar.

viernes, 11 de abril de 2014

Es curioso cómo el ruido de una moto puede llegar a hacerte temblar.

jueves, 10 de abril de 2014

Han pasado 372 horas desde la última vez que me hiciste sonreír. Hasta anoche, una noche que se me fue de las manos por tu culpa, que llegaste montado en tu moto y me hiciste creer que esa noche iría cuesta abajo, porque la distancia se notaba entre nosotros, lo noté yo, lo notaste tú y lo notaron todos. Quizás debo agradecerle al alcohol que nos empujara a hablar, a decirte de una vez lo que pensaba, lo que sentía, lo que me hacías con tus ausencias. Puede que no sirva de nada, que se quede en una conversación bañada en cerveza a las 5:53 de un jueves por la mañana, pero esa conversación me hizo sonreír de nuevo y, espero que esta vez no tengan que pasar tantas horas hasta que llegue la próxima sonrisa.