viernes, 28 de febrero de 2014

La vida es una hoja en blanco, pero no sé muy bien quién es el que escribe en ella. No sé si soy yo, el destino o todas y cada unas de las personas que se cruzan en mi camino. Pero sí que parece claro que no es posible frenar la tinta, que día tras día, esa hoja sigue llenándose de palabras, de historias que son imposibles de parar. Igual es un cuento de esos que dependiendo de la opción que escojas, acaba de una manera u otra, y a cada mala decisión estás un poco más cerca del final. Por lo menos, en esos libros siempre estabas a tiempo de volver atrás, hacer trampas y cambiar aquello que creíste que estaba bien. En la vida no, esa historia queda marcada a fuego y nada puede cambiarse. Puede arreglarse, claro está, pero tendrás que esforzarte mucho para hacerlo. Me gustaría que mi historia estuviese completamente en mis manos, algo imposible y que, además, dejaría mucha presión sobre mis hombros y, no sé, quizá es bonito dejarle algo al destino, que te sorprenda y te despierte un día trayéndote el desayuno a la cama.

martes, 25 de febrero de 2014

Al menos me quedan tus mordiscos grabados a fuego en mi piel. Cuando te vas eso es lo que dejas, mucho frío y varias marcas que me hacen sonreír sin que a nadie le importe el por qué. Y cuando empiezan a borrarse ya estoy deseando verte de nuevo para que las hagas reaparecer. Porque puede que lo nuestro sea sólo eso, tú y yo, escribiendo con nuestros cuerpos una historia que con el tiempo se irá difuminando hasta desaparecer. Pero al igual que mis moratones, nuestra historia también cambia de color según el día. A veces son de un morado intenso y siento que es imposible que algún día no estés ahí; otros, se quedan amarillentos y casi imperceptibles, feos y sin buenos recuerdos; y muchas veces duelen cuando me aprietas. Otras veces... duelen sin tocar. Esos son los peores, los que no se pueden ignorar, los que no te dejan dormir, los que dan ganas de olvidar. Así que ven, vuelve, muérdeme de nuevo y haz que en mi piel se quede grabada tu esencia, que brille más fuerte que nunca.

lunes, 17 de febrero de 2014

Me desconectas el cerebro, y no hay mejor sensación que esa. Si estoy contigo no necesito pensar, ni siquiera quiero hacerlo. Me basta con que me mires para vaciar mi mente de toda preocupación, de todos esas pequeños detalles que podrían significar mil cosas. Pero luego, vuelvo a casa sola y vuelve a conectarse. Sólo quisiera no tener dudas, cerrar los ojos y dejarme llevar. Voy contigo a donde me quieras llevar, y a la vuelta, ya lucharé con todo lo demás

viernes, 14 de febrero de 2014

Soy una experta en guardar palabras, me callo demasiadas cosas que desearía gritar. Las guardo, las descompongo, les doy forma, creo ideas, saco conclusiones y, muy de vez en cuando, se las suelto a quien debe escucharlas. A veces se lo digo sólo en mi imaginación, y con eso me conformo; otras, las escribo, porque escrito todo queda mucho mejor; y, otras, las que menos, las expreso en voz alta. A veces traen cosas buenas, otras, acaban con ellas, pero siempre pasa algo...
... porque las palabras son poderosas, porque mis pensamientos son poderosos, porque la vida nunca te da lo que quieres, pero a veces logras conseguirlo. Porque perder a alguien puede ser el primer paso para encontrar a alguien mejor. Porque de todo y de todos, se aprende. Porque rendirse nunca es el camino, aunque suene fácil. Porque cerrar la puerta no sólo mantiene a los demás fuera, te mantiene a ti dentro.

jueves, 13 de febrero de 2014

Da miedo dejarme ver. Da miedo creer que todas esas cosas que me dices son ciertas. Da igual que las horas pasen como segundos, y que cada uno de ellos sea increíble, sigo teniendo esa vocecita en la cabeza que me dice "no te enamores". Si las cosas siguen así, no creo que pueda hacer mucho por evitarlo, así que, si me vas a fallar hazlo ahora, que aún podré superarlo sin salir excesivamente dañada. Y si no, no lo hagas nunca, porque definitivamente perderé la fe en encontrar a alguien que de verdad merezca la pena.

domingo, 9 de febrero de 2014

Me voy, a hacer algo que quiero hacer, aunque crea que no debo. Ya veremos quién tiene razón, el mundo o yo, pero mientras, seré feliz con estas pequeñas victorias que se consiguen cuando dejas de pensar y te dejas llevar. No seré yo quien ponga freno a esto, no dejaré que mi cabeza vuelva a estropearme la diversión. Daré un paso al frente y no pararé hasta llegar a la meta.

viernes, 7 de febrero de 2014

Llegas tarde. Tú llamada de 41 minutos llega tarde. Tus disculpas llegan tarde. Ya no me vas a convencer de que mereces la pena, aunque reconozco que has estado a punto, he conseguido mantenerme fuerte. Pero sigues teniendo ese efecto en mí, esa necesidad de tenerte contento. Creo que voy a tener que esconderme durante los próximos días para no caer, porque tú siempre has sido más fuerte que yo, o, mejor dicho, siempre has sido capaz de volverme débil.

miércoles, 5 de febrero de 2014

Me he cansado, de ti, de tus cambios de humor, de que creas que siempre eres más listo, mejor, que tu esfuerzo siempre vale más que el mío. Me he cansado, de que me pisotees cuando te venga en gana, de que creas que me conoces y saques tus propias conclusiones de mis palabras y mis actos, de que decidas qué es lo que quiero decir. Cansada de que me hagas daño sin ni siquiera darte cuenta. Cansada de que seas importante para mí y que no quiera dejarte marchar. Cansada de no hacerme valer por miedo a que te vayas. Cansada de tener que parar, y respirar, para no decir algo de lo que me arrepienta, cuando tú pareces no arrepentirte de nada. Cansada de estar aquí, llorando, por alguien que no se lo merece.

martes, 4 de febrero de 2014

He puesto en ti todas las esperanzas de que consigas que me alegre por no tener razón.

lunes, 3 de febrero de 2014

Se me ha roto Twitter. Metafóricamente, claro. Porque ya no puedo escribir allí lo que me da la gana ahora que gracias a un descuido mi motorista fantasma ha encontrado mi fuente de liberación de pensamientos. Después de recorrer los últimos tweets creo que no he salido tan mal parada, pero a partir de ahora ya no será lo mismo, porque no puedo decir todo lo que me apetece y menos si es sobre él. Así que ya está, me lo han roto, y sólo me queda este pequeño remanso de paz para expresarme sin ojos que me observen. Y tendré que guardarlo con cuidado, para que no me lo rompan también.

Las consecuencias serían peores,
para todos.

domingo, 2 de febrero de 2014

A veces se me olvida tu cara. Bueno, no tu cara, tus detalles. No se me olvidan tus ojos marrones, pero sí tu mirada de bueno. No se me olvida tu sonrisa, pero sí que se tuerce hacia un lado cuando sonríes sin darte cuenta. No se me olvidan tus patillas, pero sí que cuando estás tranquilo tu cara es la paz absoluta. No se me olvidan tus cejas, pero sí que la izquierda se levanta cuando me miras con ganas. No se me olvida tu cara, me olvido de ti. Así que vuelve, que quiero acordarme de nuevo.

sábado, 1 de febrero de 2014

Estoy contenta, aunque no tenga motivos. La vida puede ser una mierda pero, si le pones un poco de ganas, a veces puedes vencerla. Si te vistes con una sonrisa, no te hace falta la bufanda para enfrentarte al frío del norte. Puedes caminar bajo la lluvia entre besos y después estornudar entre risas rodeada del olor a chocolate calentado en la chimenea. Puedes saltar en los charcos y salpicar tanto que tengas que quitarte la ropa y correr desnuda por la habitación. Y ya que estás, aprovechar, y coger calor de la mejor manera del mundo. Que los días no son buenos o malos, son como tú quieres que sean.

Lanzad más sonrisas al aire, que no sabes quién estará allí para recogerlas.