martes, 22 de julio de 2014

Vengo a escribir porque llevo cinco días bebiendo mucho más de lo que debería, y trabajando menos de lo que mis compañeros se merecen (al menos los dos que me caen bien). Y todo iba muy bien, hasta que anoche alguien decidió que yo quedara como lo que ahora se llama "loca del coño", diciendo que yo me había imaginado cosas que él no había hecho. Pero yo, con toda mi dignidad, lejos de quedarme callada, me obcequé en conseguir que reconociera la realidad. No tengo muy claro si al final lo conseguí, porque la conversación la tengo algo difusa, pero al menos sé que el resto de la gente está de mi parte, y que el que pide perdón es el que lo ha hecho mal. Y ahora, me quedan otros cinco días aguantando su mirada, sus intentos de que mi "yo ya no quiero ser tu amiga" se ablande. Y no hay alcohol suficiente para solucionar esto.