Ya nada volverá a ser como antes...

"Por eso esperaba con la carita empapada
a que llegaras con rosas, con mil rosas para mí.
Porque ya sabes que me encantan esas cosas
que no importa si es muy tonto, soy así.
Y aún me parece mentira que se escape mi vida
imaginando que vuelves a pasarte por aquí.
Donde los viernes cada tarde, como siempre
la esperanza dice: Quieta y quizás sí"


"Ven abrazame.
Vamos a jugar a ese juego en el que yo era tú princesa"


"Me callo porque es más cómodo engañarse.
Me callo porque ha ganado la razón al corazón.
Pero pase lo que pase
aunque otro me acompañe
en silencio te querré tan solo a ti"

- Yo pienso en ti cada día... ¿Tú no piensas en mi?
Ella dudó. Mentir o dejar ver más de lo que deseaba.
- Puede que sí...
A él esa respuesta le valió. Sabía que era lo máximo que iba a conseguir.
- Si no hubiese aparecido él, ¿te habrías ido? - él se había empeñado en preguntas difíciles. ella sentía que le debía respuestas.
- Habrías terminado cansándote - su voz apenas se oyó.
- Habría luchado por cambiar las cosas-
De nuevo se habían detenido.
- No luchaste.
- No me dejaste hacerlo - se defendió él.
- Podías luchar...
- Dudo que hubiera servido de algo...
- Él luchó - recordó ella, una información que encogió su corazón - y ganó... - Y por eso ahora ella estaba así.
Él se quedó callado, sin saber qué decir. Ella echó a andar de nuevo. Tropezó, tan distarida como siempre.
- Cuidado muñeca - dijo él mientras la sujetaba - No te vayas a romper...
Ella había escuchado esas palabras muy a menudo, y sin embargo, esta vez no la hicieron sonreir, esta vez la dejaron sin aliento. Él se dio cuenta.
- Lo siento, no debería haber dicho eso.
- Olvídalo - Había tanto que olvidar... - Es mejor que me vaya.
Él no la frenó.
- ¿Podemos quedar algún día? - preguntó él, con la poca esperanza que le quedaba.
- Tal vez dentro de otro año - respondió ella, pero al volverse para mirarle, una pequeña y tímida sonrisa escapaba de sus labios.
Esperanza...

Él paseó a su lado, ella dejaba que el viento jugara con su melena, sin preocuparse.
- Has roto con ella - Afirmó, no preguntó.
- Hace dos semanas - contestó él, sabiendo hacia donde se dirigía la conversación.
- Por eso estás aquí - De nuevo no era una pregunta.
- No, estoy aquí porque tú has terminado con él - terminado, no roto, buena matización, ya estaba roto hace tiempo.
Ella guardó silencio.
- Habría vuelto antes, tú lo sabes.
- Ha sido difícil - reconoció ella.
- Porque has cambiado - insistió de nuevo.
- Quizá - ella siempre tan parca en palabras.
De nuevo el silencio.
- ¿Por qué no cambiaste por mí? - sonaba dolido.
- Lo hice...
- No lo suficiente.
- No lo suficiente - Corroboró ella con un suspiro.
- ¿Y ahora?
- ¿Ahora qué? - Preguntó confusa.
- ¿Cambiarías por mí?
Ella le miró, manteniendo la mirada con sus ojos tristes.
- Ahora no sé ni pensar en mí...

Estoy perdida

Estoy perdida, ya no sé como comportarme, ya no sé seguir finjiendo que todo va bien, o por lo menos, todo lo bien que puede ir. Ya no sé... ya no sé nada...

¿Por qué todo me recuerda a ti ? (Menos tú...)

Quiero arrancarme el corazón para que deje de doler.

No lo he conseguido

¿Sabes lo que es tener que sonreir cada segundo cuando lo único que te apetece es echarte a llorar?

¿Ya no tienes nada que decirme?

A veces...

Sometimes I wonder why I´m still waiting
Sometimes I´m shaking that´s how you make me
Sometimes I question why I´m still here
Sometimes I think I´m going crazy

Se sentaron en la arena, uno junto al otro.
- Ya han pasado dos años - murmuró él, sin mirarla.
- ¿Ah, sí? - preguntó ella, finjiendo. Como si no llevara todo el día pensando en ello.
- La primera vez que te vi estabas en esta misma playa - siguió hablando él, siempre mirando al mar - Recuerdo que hacía frío.
- Lo recuerdo... - recordaba perfectamente aquella playa prácticamente vacía, excepto por dos pequeños grupos. Ella estaba en uno, él en el otro.
- Te pillé mirandome varias veces - sonrió pensando en aquél momento.
- No había nada más interesante que mirar - ella siempre tan fría, le borró la sonrisa.
Tras un momento de silencio, volvió a intentarlo.
- Llevabas aquella camiseta griz que tanto te gustaba - comentó pensativo. Ella lo miró por primera vez, perpleja. ¿Cómo podía acordarse? - Tambien la llevabas el primer día de clase... - ella cerró los ojos, esta afirmación le acababa de abrir una brecha en su coraza. Se sintió mal, ella ni siquiera recordaba haberle visto aquél día. Parecía un anuncio de cómo iba a ser su relación.
- Siento que las cosas fueran como fueron.. - reconoció en voz alta, de nuevo hablándole al mar.
Él la miró, sin decir nada. Ella respondió a su mirada, durante un segundo, antes de apartarla de nuevo, no tenía fuerzas.
- Fue culpa de los dos. Tú pusiste tus reglas y yo las acepté. Luego me arrepentí, y por eso ahora estamos aquí.
Ese era un buen resumen. Ella bajó la mirada y removió la arena con sus manos.
- ¿Has cambiado?
La pregunta que él le hizo la sosprendió.
- No lo sé..
- Creí que habías cambiado - insistió él.
- Yo tambien - Se levantó y echó a andar. Él la siguió. Aún había esperanza. No iba a rendirse tan fácilmente.

Dejó el movil de nuevo sobre la mesa, había recordado que esa persona con la que siempre podía contar, ya no estaba. Y no iba a volver. Ahora no tenía a nadie a quien llamar buscando paz. Se maldijo a si misma por haber vuelto a hacerlo, por no poder contenerse. Ella, tan confiada, removiendo los recuerdos del pasado, creyendose tan fuerte como para conseguir distanciarse de su corazón, como siempre había hecho. Pero esta vez no, esta vez dolía demasiado. Miró con furia el solitario teléfono sobre la mesa. Había empezado como siempre, borrando los mensajes que o eran importantes, hasta que llegó a los suyos, y aún sabiendo que no iba a borrar ninguno (aunque durante algunos segundos se creyó capaz de ello), continuó leyendo. Uno tras otro, sin parar. Notando cómo su corazón se encogía cada vez más, como siempre pasaba. Siguió leyendo. Momentos buenos, momentos malos, momentos insignificantes para el resto del mundo, pero demasiado importantes para ella. Sí, demasiado. Sabía que no debía ser así, que ya habían perdido todo su significado, pero no para ella. A pesar de intentar negarlo una y otra vez, en su interior todo seguía igual.

Se maldijo de nuevo, mientras procuraba que ese sentimiento no desbordara sus ojos. Ya no lloraba. Había tomado esa decisión. Había vuelto a encerrarse en su coraza, tal y como era antes, manteniendo todo y a todos lejos de ella.

Pero no podía alejarse de aquello que se le había quedado dentro.

- ¿Dónde estás?
- ¿Qué? - Ella volvió en sí, y le miró extrañada.
- ¿Que dónde estás?
- ¿Qué dices? Estoy aquí.
- Mentirosa, aquí está tu cuerpo - golpeó suavemente con su dedo su frente -, pero tu cabecita está en otra parte.

Se cruzaron y fue como si no se conocieran,
y en realidad era así,
ya no se conocían...

"Te estás perdiendo la vida..."

- Mirate, estás al borde de la piscina, no puedes quedarte ahí, tienes que avanzar, o echarte atrás. Decide.
- Salto.
-¿Qué?
- Salto, si tú estás abajo esperándome, yo salto.

Y aunque ahora somos como extraños, yo jamás te olvidaré...

Has incumplido tu promesa...

Eso lo cambia todo...

Has perdido la ilusión..

Se te nota en la cara, ya no sonríes, como lo hacías antes, cuando parecías la persona más feliz del mundo, sin problemas, sin preocupaciones. Pero me tienes tus momentos. Me gustan tus momentos, cuando vuelves a ser tú y la tristeza desaparece de tus ojos. Hasta que todo vuelve a ser gris.

Por favor, deja que uno de esos momentos sea para siempre, agárrate a él y no lo sueltes. Siempre has sido fuerte, no vas a rendirte ahora.

Y suena fácil...

No todo da igual

No todo es como ir a comprar el pan.
No deberia serlo.

Ni hacer que vaya más deprisa...

¿Dolor físico...

...o dolor emocional?

¿qué hay que hacer?

¿qué hay que hacer cuando respirar duele?
Cojo aire antes de entrar por la puerta,
pero las sonrisas siguen sin aparecer.
Y las lágrimas quieren escaparse con demasiada frecuencia...

Una mano recorre mi espalda,
desearía que fueran tus caricias...

Y ahora... ¿Hacia dónde salto?

"- Sabes que te quiero.
- Lo sé... Y tú sabes cuánto me gustaría que eso fuera suficiente."

Dime cuando volverás...