lunes, 29 de noviembre de 2010

¿Por qué pasas por mi lado como si no me vieras? Te equivocas, viste lo que quisiste ver, y te equivocaste. No me diste tiempo a ninguna explicación, simplemente diste media vuelta y te marchaste de aquél atestado bar. No dio tiempo a que vieras que el chico con el que estaba no era un cualquiera entre noches de alcohol, que nuestras manos entrelazadas no significaban amor.
Pero a ti te dio igual, te di igual, como siempre. Decidiste sin contar conmigo, te sumergiste en tu nube de gritos y crueles palabras. Como si yo fuese tú, que entrego cariño seguido de un calentón en la esquina de cualquier calle.
Yo no te prometí nada, muchacho, y aún así, te lo di todo. Ya veo que contigo eso no sirve, que por ti me encerrarías en esa alcoba en la que sólo eres tú el que me toca.
Antes de que grites déjame explicarme, porque mis oidos no están para escuchar gilipolleces sin sentido. Nunca haría eso de lo que me acusas, no busco más que amistad en el chico del bar. Eres tú el que se lleva la mejor parte, aprovechala, estoy falta de paciencia.
- Me jode que me altere tanto con nada...
- Es normal.. Sabes que te comprendo.
- Vaya dos, en serio.
- Sí, es una tristeza, pero bueno, la realidad no nos va a dejar más remedio que abrir los ojos y pasar a otra cosa, así que...
- Sí, tarde o temprano...
- Más tarde que temprano, pero..
- Se suponte que tú tienes que animarme.
- Es que te veo muy obsesionada, además, se supone que es la "primera vez" no? y ahí siempre cuesta más. Yo creo que tú, que más o menos eres coherente, podrías pasarlo antes si pusieras un poco de tu parte, pero es que le has cogido el gusto a meter el dedo en la llaga.
- Yo soy coherente hasta que dejo de serlo, y con ella perdí toda la coherencia que tenía.
- Pero volverá, y si pones de tu parte primero será.
- Yo pongo de mi parte.
- Yo creo que no. No escribes ni llamas, porque en el fondo sabes que acabarás peor, pero te revuelcas mucho. Si cojones estás teniendo, pero a veces parece que lo haces en plan resignada, en plan "no me quiere"; y deberías deci: a tomar por el culo, a partir de hoy no espero nada, no la quiero cerca porque no me hace ningún bien ni me ha valorado...
- El problema es que no pienso así. No pienso que no me valorara, porque yo la cagué. Sé que no valoró lo que hice después, y que se portó un poco mal, pero lo entiendo...
- Por mucho que la caguemos, todos merecemos una segunda oportunidad, aunque sea de explicarnos, ser escuchados... y un poco de tacto sobre todo.
- El caso es que yo no puedo evitar sentirme la mala de la situación...
- Cuando te martirizan, te hacen sentir culpable, te lo echan en cara tanto... acabas por creertelo y asumir que tú tienes que aguantar todo y que lo mereces..
- No, no me lo echó en cara... Me dijo que intentaría olvidarse del tema, lo intentó, y no pudo... Lo único que pienso que no hizo bien fué cómo hizo las cosas al final..
- Tú a mí me has dicho que pasaba mucho, que te trataba en plan super fria... y tú lo pasabas mal y ella lo sabía... Y para eso, mejor alejarse... La frialdad que te mostró con lo del viaje... No se merece que te sientas así. Puede que un día de repente, me hagas caso y digas "Mirandolo así lo llevo mejor"
- Puede que un día...

domingo, 28 de noviembre de 2010

- Quiero que me digas la verdad, que ya nada te importa, que sólo estás dejando pasar la vida esperando a que se acabe, o a que él vuelva. Vas por la vida sin hacer nada, sin esforzarte porque todo cambie. NO HACES NADA.
- Estás siendo muy cruel conmigo.
- No, estoy siendo realista. Estoy cansado de verte así. Todos están cansados de verte así. Reacciona, o pronto no habrá nadie a tu alrededor para acerte reaccionar.
- Eres un cabrón, lo que quieres es que reaccione como tú quieres. Quieres que me rinda a tus pies y reconozca que eres lo único que puedo tener, que tengo que conformarme contigo aunque esté enamorada de otra persona.
- ¿Tú te estás oyendo? ¿De verdad crees que el malo de esta historia soy yo? si tengo que ser un cabrón para que te des cuenta de que estás perdiendote la vida, lo seré. Pero no lo hago para que vuelvas conmigo, lo hago para que vuelvas, porque ya no eres tú, eres un espectro que se pasea por aquí como si todo estuviese bien, cuando los dos sabemos que no es así. Yo sólo intento ayudarte.
- Siento no poder cambiar cómo me siento.
- Yo siento que no te des cuenta de que eso no es verdad.

sábado, 27 de noviembre de 2010

Vuelvo a mi cama de siempre...

... pero sigo estando tan sola...

Puede que todo se reduzca a esto. Vuelvo a estar aquí, donde cada noche hablaba contigo, donde me despertabas cada mañana, donde podía pasar horas solo escuchando tu voz. Y sigo tan sola...

Antes me sentía sola, porque no estabas aquí, donde yo te necesitaba. Pero podía consolarme sabiendo que allí donde tú estuvieras, tambien pensabas en mi, y me necesitabas. Ahora ya no me necesitas, pero yo sigo necesitandote. Y por eso me siento aún tan sola.

Me da rabia mirar alrededor y ver que nada ha cambiado. ¿Cómo es posible? Si yo ya no soy la misma persona, por qué todo sigue igual. Todo debería haberse vuelto gris, las paredes se habrían llenado de lágrimas al igual que mis ojos... ¿Sabes? Aún guardo tu foto bajo mi almohada, y la última carta que me escribiste. Me alegro de habértela pedido, me hace recordabar que hubo un pequeño instante en el que todo podía ser casi perfecto. Y ese momento se perdió hace tanto que yo debería haberlo olvidado, pero me viene a la mente sin previo aviso, para recordarme que pude ser feliz contigo, y no lo logré.

Seguramente fue porque no lo merecía, pero ¿quién decide eso?

Solo quiero dejar de estar tan sola. La primera vez que lo conseguí fue contigo, quién me lo iba a decir... Puede que jamás vuelva a repetirse. Yo seguiré aquí, en mi cama de siempre...

viernes, 26 de noviembre de 2010

Hacía mucho frío, y él la pilló desprevenida poniendole su chaqueta sobre los hombros.
- ¿Qué haces aquí fuera tan sola?
- Sólo quería tomar el aire - ella, sobreponiéndose al susto inicial, se sorprendió aún más al verle a él allí - ¿Y tú que haces aquí? No es precisamente tu zona preferida para salir de fiesta...
Él miró por encima de sus hombros, en un acto reflejo del que enseguida se arrepintió. Ella siguió su mirada y lo entendió. Se quitó la chaqueta, y sonrió, como quien sabe que la gente nunca cambia, que él siempre sería él.
- Anda, vuelve con ella, no sea que se enfade.
- No me importa que se enfade, si así puedo hablar contigo.
Ella le entregó la chaqueta, negando con la cabeza. Cuando ya has perdido la esperanza, nada te sorprende.
- No dirás lo mismo cuando tengas que volver solo a casa.
Él pareció reconsiderarlo, lo pensó durante un momento, mientras buscaba en ella algún gesto que le indicara que esta noche todo sería diferente. Al parecer no lo encontró, se disculpó con una mirada, y al darse la espalda para alejarse, no vio cómo ella perdía el pequeño brillo de felicidad que sentía cuando volvía a verle, porque esta vez, como todas las anteriores, él no la había elegido a ella. A pesar de todas las veces que le decía que él sólo la quería a ella, no bastaban las palabras, él siempre fallaba en los hechos.

jueves, 25 de noviembre de 2010

Lo que he recordado hoy

Hoy he recordado el día que te desperté cantándote nuestra canción al oido. Qué lejos quedaron los días felices...
- Deja de mirarme con esos ojos de "lo que estás haciendo no está bien". Sé que es una tontería, pero déjame disfrutar de mi pequeña victoria, esto es lo más cerca que puedo llegar.
- Voy a someterte a una terapia de choque.
- No te das cuenta, yo ya choqué, hace cuatro meses, cada parte de mi cuerpo se rompió en mil pedazos, y sólo momentos como este consiguen recomponerme un poco.
- Y luego te dejan peor...
- Seguramente, pero ya no me importa el dolor, sólo quiero mis pequeñas victorias.
Quiero desaparecer por ti. Quiero dejar de suplicarte cariño, quiero hacer como si nunca hubiera existido, quiero dejar de ser la culpable de que sufras, quiero que vuelvas a reir porque jamás estuve ahí para hacerte daño, quiero que tus ojos jamás vuelvan a llorar porque hice algo que no debí. Pero no me atrevo. Lo siento, no me atrevo a que ya no haya esperanza. No me atrevo a olvidarte.
Desde aquí todo se ve distinto, no sé cuánto tiempo llevo mirando esa puerta esperando a que vuelvas a atravesarla. He perdido la razón. Sé que no apareceras. Me perdí la primera vez que saliste de ese autobus, y ahora que sé que será la última, quiero estar loca. Quiero seguir creyendo que todo es posible, quiero creer en los milagros, quiero creer en el destino, que nos unió una vez y que volverá a hacerlo. Quiero creer que hoy no es un día cualquiera, que todo cambiará, que... Definitivamente, he perdido la razón. Desearía perderla aún más...

miércoles, 24 de noviembre de 2010

A la mierda con todo... Qué le pasa al mundo que es tan cabrón?
Eres como esa estrella que está en el cielo, tan difícil de alcanzar. Y al parecer mis metáforas están tan trilladas que me da verguenza hasta pensarlas. Será que mi cerebro se va deshaciendo poco a poco porque tus palabras ya no lo recomponen.

A lo que iba, cada día estás un poquito más lejos, ya ni siquiera te acercas a mí en mi imaginación. Me habré vuelto un poco más realista, y ya reconozco saber lo que sabía desde hace tiempo. Lo que supe cuando tus palabras hicieron que mi cuerpo se paralizara y comenzara este camino cuesta abajo que parece no acabar nunca. Porque un "nunca me quisiste" duele más que un "ya no te quiero". No sé si te diste cuenta de ese detalle, quien sabe, igual tu propósito era destrozarme como yo había hecho contigo. La única diferencia es que yo no pretendía eso, pero mis ojos cerrados no me dejaban ver que aquello no acabaría bien.

Mírame ahora, o mírate a ti. ¿Crees que fui yo la única equivocada?

martes, 23 de noviembre de 2010

Que miedo me da ver luz al final del tunel...

domingo, 21 de noviembre de 2010

No busco descanso en otros brazos, no quiero dejarlo pasar. Quiero vivir cada minuto de mi vida como quise hacerlo, como aquél tiempo en el que controlaba cada paso. Nunca necesité retroceder. Estoy llena de ideas inconexas que me alejan de la realidad, sin sentido, sin sonrisas a punto de despegar. No quiero que me pidas lo que jamás te pude dar, porque me arrancas trocito a trocito los hilos que cosían mi corazón, provocas que se despedace lentamente, haciendo que el dolor se alargue como las semanas sin tu voz. ¿Quieres que te diga lo que quieres oir? Quiero oir lo que me quieres decir. No pretendo hacerte ver que hay más allá de decisiones absurdas tomadas en sábados etílicos que no funcionan para conseguir hacerte descansar. No intentaba cambiar la visión que tienes del mundo, quizás tenía la esperanza de que las máscaras desaparecieran y quedaran las personas. Quien sabe, a lo mejor pronto cambias de opinión y te encuentras saliendo de un bar sin ganas de otra cerveza que ahogue tus silenciosos llantos que sólo yo era capaz de oir. No dije que fuera a ser fácil, ni te prometí una vida perfecta rodeada de miradas desde el corazón. Sólo hice la promesa de quererte siempre, y es lo que pretendo hacer durante lo que quede de mi desesperada existencia. Dime si esto tiene algún sentido para ti, enseñale a esa boquita a decir las palabras que no quieres escuchar. Estoy demasiado cansada para respirar. ¿Crees que todo seguirá igual cuando yo ya no esté?

sábado, 20 de noviembre de 2010

Echo de menos cantarte al oido...
No quiero contar mentiras que suenen a realidad.
No quiero finjir sonrisas que parezcan de verdad.
No quiero ojos alegres cuando hay ganas de llorar.
No quiero apartar la vista y fingir que tú no estás.

Cansada de moderme la lengua cuando lo que quiero es gritar.
Es difícil tragarse palabras que te mueres por soltar.
Es difícil caminar si no sabes hacia qué lugar.
Cansada de buscar destinos a los que no quiero llegar.

viernes, 19 de noviembre de 2010

- ¿Cómo puede ser, que sin verte, sepa que estás llorando?
- Porque eres un idiota.
- Será que te conozco mucho.
- O que yo ya lloro a todas horas.

Esta debió ser nuestra canción...

"Te ví en el corazón de aquel disco que giraba
empañando los cristales con acordes de Tom Waits.
En el humo de la noche tu cuerpo se desnudaba
y rodaban por el suelo las fronteras de tu piel.

Planeaste un viaje “al moro” mirando por la ventana
cómo las gotas de lluvia desgarraban la ciudad,
y volviste sonriendo a meterte en la cama
y la luna de madrugada se durmió en tu paladar.

Entre versos de Allen Ginsberg ensuciando nuestra almohada
renunciamos a ser tristes prometiéndonos mañana.
Y la eternidad duró
lo que dura un fin de semana.

Llenamos nuestras bocas con millones de deseos
y drogamos nuestros cuerpos con poemas de William Blake.
Aquel era el principio del camino del exceso
y aprendimos la respuesta al enigma del querer.

“Lléname de tus historias, que se detengan las horas.
Regálame la llave de tu imaginación.
Ojalá la vida fueran sólo estas pequeñas cosas.
Ojalá el mundo existiera sólo en esta habitación”.

“El viaje más infinito que te puedo prometer
llega sólo hasta el domingo más triste de cada mes”.
Algo se rompió en silencio.
Empezaba a amanecer.
Te vestías muy tranquila y yo cogí la guitarra.
“Quizá sea ésta la última canción que cantaré”.
De tu viaje al fin del mundo yo no quise saber nada.
De mis noches sin futuro te negaste a conocer.

Y en el autobús de vuelta mirabas por la ventana
memorizando el paisaje que no volverías a ver.
En la puerta de tu casa no hizo falta decir nada.
“No me mientas, no me digas nunca te olvidaré”.

Y entre calles solitarias recuerdo aquel par de días
maldiciendo cada lunes con toda su realidad.
Qué puta es la vida a veces,
y otras qué de verdad."



Ni siquiera tuvimos nuestro fin de semana...
- No sé para qué me esfuerzo, si no me vas a hacer ni caso. Por muchos motivos que te de, no me vas a escuchar.
- Si yo te escucho, pero hacerte caso es mucho más difícil.
No sé de qué me sirve hacer esto, revolcarme en el fango. Como si no doliera lo suficiente. ¿Por qué lo hacemos? Puede que si consigo una respuesta racional a esta pregunta consiga saltarme todos los pasos y llegar al final, bueno o malo, pero que acabe de una vez. Porque cada día me hundo más, y no sé por qué lo hago. Porque sé que me gusta recordarte, pero no tanto ver que ya no estás aquí, que todo aquello desapareció. Al parecer me lo merezco, porque me equivoqué. Pero yo creo que nadie se merece esto.
Te has olvidado de algo... y joder, ha dolido más que si lo hubieras hecho sin que me enterara.
Anoche hice algo que no debía, algo que hace mucho que no hacía, y que había decidido no hacer. Pero ya veo que mis decisiones, respecto a ti, nunca sirven de nada, porque mi cabeza y mi cuerpo hacen siempre lo que quieren. Fue por la noche. Ya te lo dije, por las noches siempre pasa lo peor. Y después de que pasara me sentí mal. No mal de ponerme a llorar, mal de que estoy aún peor de lo que me esperaba, de que estoy más enganchada a ti de lo que pensaba. Y que esto va a ser aún más difícil de lo que esperaba, si eso es posible...

jueves, 18 de noviembre de 2010

- Para ya.
- ¿Qué era eso que se tomaba el tio que salió en House para ser más tonto? Porque necesito una buena dosis de eso para que mi cerebro deje de pensar.
- El problema es que no quieres dejar de pensar en ello.
- El problema es que la tengo metida en esta jodida cabeza que no quiere dejarla ir.

Hazme sonreir.

Llegó a tu puerta, empapada por la lluvia, con el maquillaje corrido a causa de todas las lágrimas que había derramado, y sólo dijo dos palabras: Hazme sonreir.
Dime que lo intente. No te pido que me asegures que va a funcionar, sólo te pido que me des esperanza, saber que llevar a cabo toda las locuras que se me ocurren no lo empeorarán (si es que puede ir peor). Sólo quiero saber que deseas que lo intente, que tú tambien quieres que funcione, aunque la posibilidad sea una entre un millón. Por favor, déjame intentarlo.
- Finjamos por un momento que él no existe. ¿Volverías conmigo?
- Sí.
- No lo entiendo.
- El problema es que existe, y no lo puedo echar de mi cabeza.
- Pero no está aquí, no quiere saber nada de ti, es como si no existiera.
- Aún me queda el "Y si..."

miércoles, 17 de noviembre de 2010

Era uno de esos cortos momentos de silencio. Cortos, pero numerosos. Ella está en su mundo, como siempre, ese mundo en el que él deseaba entrar. Pero nunca la presionaba, se dedicaba a remover su café, a la espera de que ella volviera a la realidad.
- ¿Por qué siempre quedamos en este bar?
- No sé, me gusta, se está a gusto. ¿Por qué?
- Sólo estaba pensando...
Él sonrió, no llegó a reir, sabía que a ella no le gustaría. Era consciente de que jamás seguiría el hilo de sus pensamientos, aún así, lo intentó.
- Tú siempre estás pensando, y casi nunca son cosas buenas. ¿Qué piensas esta vez?
- Estaba pensando en que este es nuestro bar. Pero luego he caido en la cuenta de que seguramente es tu bar y el de tus múltiples conquistas.
- Estás un poco obsesionada con mis conquistas, al final vas a estar más enamorada de mí de lo que crees.
Ella negó con la cabeza. Cogió el sobre de azúcar y lo vertió en el café de él, como siempre hacía. Revolvió lentamente el oscuro líquido con la pequeña cucharilla mientras él la dejaba hacer.
- Más quisieras.
Parecía que el café la había atrapado por completo, como si observar cómo los granos de azúcar endulzaban la bebida fuera lo más importante en ese momento. En cambio, él sólo la obsercaba a ella.
- Aquí sólo te traigo a ti.
Era una buena manera para acaparar su atención. Ella dejó quieta la mano y volvió a mirarle. La curiosidad era palpable en sus ojos.
- ¿Puedo preguntar por qué?
- Puedes...
- Vale, no te hagas el gracioso.
- Bueno, este es un buen sitio para hablar. Con mis múltiples conquistas lo que menos busco es hablar.
A pesar de que a él le pareció divertido, a ella no le hizo ninguna gracia. Él había conseguido que sintiera celos, pero ella no quería sentirlos.
- Vaya, no sé si alegrarme o no...
Él sonrió con suficiencia.
- Yo me alegraría..
- ¿Te alegras de que yo sólo quiera hablar contigo?
Ella también sabía dar donde dolía, y vaya si dolía.
- Si lo miras así, no me alegro. Pero la diferencia es que yo no quiero solo hablar contigo, quiero volver a enamorarte.
- Casi que prefiero que intentes llevarme a algún rincón oscuro.
- Tampoco me importaría... ¿Vamos?
- He dicho que lo intentes, no que vayas a conseguirlo. Anda, tómate el café y concéntrate en intentar ser mi amigo.
- Anoche, intentando dormir, tuve una revelación... pensé que era un poco como L, porque en verdad estoy aquí, como esperando a que R cambie de opinión...
- L tiene novia, no me quiere, solo quiere follar y tenerme ahí a su disposición para después mandarme a la mierda. Y tu a R la quieres y quieres estar con ella, otra cosa es que el que estés esperando sea un fallo.
- Entonces, lo mío es aún más triste...
- No, porque tú 'esperas' por amor, y él por subirse el ego y por un polvo. Es la diferencia.

martes, 16 de noviembre de 2010

¿Cómo puede ser un error la mejor decisión de mi vida y un acierto la peor?
Hoy, le doy gracias a la fiebre por hacerme delirar. Por hacerme creer que puede, quizás, tal vez, tú decidas volver. Venir a colocar tu mano en mi frente, mirarme con esos ojos que me lo curan todo, tumbarte conmigo en esta cama, sin miedo a que te contagie, y abrazarte a mí para que deje de tenr frio y me sienta mejor. Hoy no lo puedo soportar, y aún así doy gracias por haberte conocido, por saber que a 700 kilómetros de aquí hay alguien por quien yo lo habría dejado todo para cruzar el pais, poner una mano en su frente, tumbarme en su cama y abrazarla sin miedo a contagiarme.

domingo, 14 de noviembre de 2010

Es más fácil engañarse

Eso es lo que he sacado en claro de todo esto. Puede que sea más fácil pensar que no dejaste de quererme, pero te dio tanto miedo que preferiste engañarte. Es más fácil ignorar tus sentimientos. ¿Te resultó fácil creerte que ya no me querías? ¿Te resultó fácil creer que yo sólo jugaba a querer?

Es más fácil engañarse, pero siempre tuve una vena masoca que rechaza todo lo fácil. Así que yo no me engaño. No puedo fingir que no te quiero, no quiero fingir que te he olvidado.

Quiero decirte algo, pero no sé el qué. Quiero gritarle al mundo y que me oigas desde tu apartado refugio. Quiero atravesar la barrera, dios, como lo deseo. Quiero poder decirte lo que siento, lo que pienso, por qué lloro y por qué río. Quiero que vuelvas a ser tú la que me alegra la vida.

Y es que sigues siendo la que acelera mi corazón, aún sin estar, eres la única que mueve mi mundo.

viernes, 12 de noviembre de 2010

No te molestes. No hace falta que me digas que no hay esperanza, si yo ya lo sé. No sé por qué te empeñas en hundirme un poco más abajo cada vez. Joder, que no soy de piedra, y esas cosas duelen. Tú siempre tan altiva, con tus tacones y tu sonrisa. Y yo aquí, arrastrándome, con mi ropa llena de jirones mientras me pisoteas y me dejas destrozada. Te lo repito, eso no es necesario, sé que jamás volverás.
Vaya, he vuelto a llorar. Porque las lágrimas, al contrario que tú, parece que no se quieren ir.
Son... las tres de la mañana y no puedo dormir. ¿Sabes por qué? Porque es una de esas noches en las que, por mucho que lo intente, no puedo dejar de pensar en ti. Y pensar en ti me produce taquicardia.

Estaba pensando en Granada. ¿Te cuento un secreto? Desearía volver. Ya sabes, por eso de mi estúpida esperanza. Pensar que esta vez puede ser diferente. Pero sé que no sería así, y que volvería aún más jodida que la última vez (si consiguiera volver). Porque sé que tú volverías a decirme lo mismo. Sé que yo volvería a agotar hasta el último minuto finjiendo que hay esperanzas de que cambies de opinión.

Pero esta vez ya no podría finjir delante de los demás. No podría hablarles de lo bonita que es Granada y de todas las cosas que hay por ver. Cuando lo único que vi fueron las paredes de aquella triste habitación y los parque y calles que había de esa calle hasta la tuya. En realidad no llegué a la tuya, me faltó valentía. Una más de las cosas que faltaron.

Quisiera que esa estrella que marcamos como nuestra bajara a iluminarme el camino. Que me dijera qué es lo que tengo que hacer para que vuelvas a hablar conmigo. Necesito que me cures la taquicardia. Necesito que me calmes cuando no puedo dormir. Recuerdo que me dormía sólo con saber que tú estabas ahí, conmigo. Y ahora ya no estás. Y no quieres volver. Y no hay quien me cure la ansiedad.

No quiero serte infiel

- No lo entiendo, si te gusta, ¿por qué no vas a por él?
- Porque no quiero ser infiel.
- Se te olvida que te ha dejado.
- Lo sé. Pero tambien sé que si pasa algo con él, por mucho que me guste, yo quiero a otra persona. Mi corazón está saliendo con otra persona.
- Puede que te ayude a olvidar a esa persona...
- ¿Sabes lo que imagino ccuando pienso en hacer algo con él? Pienso que después de besarnos, enrrollarnos... lo que sea, en cuanto yo me quede sola voy a echarme a llorar. Voy a echarme a llorar porque lo que acabaría de hacer no está bien, porque esa no es la persona con la que yo quiero estar. Porque le habría sido infiel a mi corazón.

jueves, 11 de noviembre de 2010

- Esta vez me ha costado asociar ideas. No sé si lo estoy superando o que me estoy volviendo tonta.
- O un poco de las dos...
- Quien sabe, me voy a leer y a llorar un rato, que no se diga que no intento luchar contra el cambio.

miércoles, 10 de noviembre de 2010

Lo que he recordado hoy (2)

Hoy he recordado que me acuerdo de ti siempre que llueve... Menos mal que "en Santander no llueve tanto".
- Estás empeñada en sufrir...
- Sí, claro, mírame, estoy dando saltos de alegría por estar tan jodida.
- Podrías poner un poco de tu parte.
- Ya lo hago, salgo, voy a clase, hago viajes, quedo con amigos... Hago todo lo que puedo por no quedarme en casa rallandome la cabeza.
- Sí, sales, quedas con gente... y te pones a escribir en ese estúpido cuaderno tuyo.
- Es una forma de desahogarme...
- No, es una forma de revolcarte en la mierda.
- Vale, hagamos un trato, yo dejo ese cuaderno en casa y tú dejas de ser tan pesado.

Lo que he recordado hoy

Hoy he recordado cómo el último de aquellos horribles tres días en los que finjimos no ser lo que en realidad éramos, me puse celosa al ver que tardabas en contestarme por msn porque "estabas haciendo otras cosas". He recordado cómo en mi cabeza esas otras cosas eran hablar con otro chico que te entretenía con sus palabras haciendo que te olvidaras de mí. Y lo que no sabía es que estabas igual que yo, recordando todos esos momentos en los que no fingíamos, en los que podía decirte te quiero, en los que no tenía que inventarme excusas para mandarte un sms, en los que no tenía que morderme la lengua y atarme las manos, en los que no sólo había amistad entre nosotros...

Nunca pensé que mis celos pudieran llegar a tanto... Y tampoco pensé que me alegraría tanto de que me tuvieras en un segundo plano. Porque es mucho mejor que estés con mi yo real en el pasado, que con mi yo fingido en el presente. Me alegro de que dejáramos de fingir y diéramos rienda suelta a nuestra realidad.
- Yo dudo que sienta algo tan bonito otra vez...
- Lo sentirás, tú piensa que has vivido 21 años y en teoría tienes que pasar esos años unas tres veces más...
- Ya... pero esto ha sido algo diferente. Sé que suena a típico. Pero no es lo mismo conocer a alguien como se conoce normalmente, en pan: le veo, me gusta, hablamos y tal... que hablar con una persona con la que de ninguna manera se te pasa por la mente que vaya a pasar algo y que sólo hablando con esa persona, te llegue tan adentro que te olvides de todo lo demás.
- Yo tambien me he enamorado de alguien pensando que no iba a llegar a tanto, sólo un lio más... aunque algo me decía que no...
- Ya, pero tenías la opción de que llegara a más... yo no tuve esa opción hasta que me di cuenta de que ya estaba enamorada. Y hasta cuando todo estaba en nuestra contra y decidimos que lo mejor era olvidarnos, pasaron sólo tres días antes de darnos cuenta de que pasara lo que pasara estábamos enganchadísimos y no podíamos dejarlo.
- A ver, es complicado y distinto. De hecho, yo tengo una opinión que no te gustaría de ese tipo de relaciones, pero intento entenderlo... y si no quieres otra relación así... con el tiempo, tendrás otra que no será tan peculiar, pero sí diferente a esa y a las que vengan después- Y tendrás más momentos "en persona" y demás que eso tambien es super bonito..
- Ya, sé que tendré relaciones mejores en ese sentido, pero tambien sé que nunca estaré tan segura de lo que siento por una persona.
- Volverás a querer y a enamorarte, y cuando hay amor, siempre se está segura..
- Puede que me enamore y sea genial y todo eso... pero será distinto...
- Cuesta aceptarlo... el hacerte mil ideas y creer que era para siempre y luego...
- Creo que no llegué a pensar que sería para siempre.
- Pero supongo que te hubiese gustado...
- Eso sí, pero lo que más pena me da es que haya acabado como ha acabado...

martes, 9 de noviembre de 2010

- Se me ocurren muchas cosas, solo que ya no tengo esperanzas de que algo funcione.
- Lo que hiciste con el viaje fue muchisimo más de lo que la mayoría de la gente haría y no lo valoró. Nadie volverá a hacer algo así por ella, solo que aún no lo sabe.
- Pues que yo con lo poco que se de vuestra historia..porque en realidad se poco, tengo tres "teorías"
1.distancia
2.que estabais ya muy quemados y no te perdonó y se fue enfriando todo
3. otra persona...

- Ufff no me digas la tercera opcion que me matas...

domingo, 7 de noviembre de 2010

Quiero que nuestros sueños vuelvan a ser los mismos.
Quiero hacerte reir siempre que estés al borde de una crisis.
Quiero tener que salir corriendo porque me necesitas.
Quiero pedirte perdón por tonterías y que me llames tonta cuando lo hago.
Quiero perder horas de sueños y ganar horas de felicidad.
Quiero que me despiertes cada mañana, aunque signifique tener que madrugar.
Quiero que desayunemos juntas a kilómetros de distancia.
Quiero coger un autobús y pasar las horas deseando llegar a mi destino.
Quiero tener que aguantar largas colas y pelearme con correos.
Quiero que te des cuenta de que me pasa algo por mucho que intente esconder que te hecho de menos.
Quiero decirte que te quiero, por escrito, hablado, en mi mente y con fuegos artificiales.
Quiero que me digas que me quieres para que me olvide de todo.

viernes, 5 de noviembre de 2010

¿Por qué ya no puedo hacer que vuelvas poniendote ojitos? Puede que la respuesta sea que no estás aquí para ver cómo lo hago. Cuando piensas que la distancia no puede hacerse más grande, llega la vida y te sorprende.

Hoy desearía volver a conocerte, como el primer día, borrar todo lo que hemos vivido y empezar de cero. No me gustaría olvidarme de todo lo bueno, pero si hacemos borrón y cuenta nueva, puede que no lo eche de menos como ahora, y tendría la oportunidad de hacer que todo fuera distinto.

He estado repasando el inicio de nuestra relación, sé que te eché de menos desde el primer día, y ahora sé que te quise mucho antes de reconocerlo. Y fíjate, más de un año y medio después, sigo echándote de menos y sigo queriéndote más de lo que reconozco.

jueves, 4 de noviembre de 2010

- Deja de intentar cogerme la mano mientras paseamos - ella apartó la mano que intentaba atrapar la suya- No me gustaría tener que llevar las manos siempre metidas en los bolsillos...
- Qué bordes estamos hoy, ¿no? Ni que te la fuera a robar - él metió sus manos en sus vaqueros, puede que para evitar la tentación.
- Es culpa de la luna llena. - Esa es la excusa más sencilla, así no tendría que explicar el verdadero motivo del mal humor, algo que él no quería escuchar.
- Se me olvidaba que eres como los lobos, que con la luna te salen las uñas. - Siempre tenía que sacar a la luz ese tonito tan molesto.
- Exacto, así que por eso es mejor que no me agarres la mano.- Si él quería guerra, con ella lo tenía muy fácil.
- Mira, tengo que reconocer que ahí has estado rápida.- Tenía dos opciones:reisgnarse a ser su amigo, o seguir intentando traspasar la línea que ella había marcado. Él no entendía por qué, si había elegido la primera opción, siempre acababan discutiendo porque estaba intentado conseguir la segunda.
- Es cosa de mis genes lobunos - ella se encogió de hombros y siguieron paseando. Por qué discutir por algo que no llegaba a ningún sitio. Nunca.

Te echo de menos...

Eso es todo lo que tengo para decir hoy...

PD: Ayer fue día 3.

martes, 2 de noviembre de 2010

Dicen que tres gotas me ayudaran a estar mejor. Que me ayudaran a dejar de ahogarme cada vez que pienso en ti. Quien sabe... Pero ya ni siquiera puedo ir a un baño y que no pase algo que me recuerde a ti.

Lo peor de todo es que quiero que siga siendo así. Quiero recordarte cada día, cada segundo, cada momento. No me importa que duela, porque me gusta que sigas ahí. Because I love the way it hurts.