martes, 31 de mayo de 2011

Me siento tan sola tan a menudo, que desearía dejar de sentir.

viernes, 27 de mayo de 2011

La mesa estaba llena de apuntes, decenas de teorías psicológicas que ella debía aprenderse. El orden brillaba por su ausencia, como siempre a su alrededor. El camarero cambió su vaso vacío por otra cocacola, ligth y sin limón, como a ella le gustaba. A cambio, ella le dedicó esa sonrisa que le había engachado, tarde tras tarde. Miró a través de la ventana para observar a su cantautor favorito, apenas llegaba a escucharle cantar algunos segundos antes de entrar a aquél café, pero siempre le echaba una moneda, porque la encantaba mirarle a través de aquél cristal e imaginar qué canción podría estar cantando sólo con ver su expresión.

Y allí ella no se sentía tan sola, olvidaba lo que esperaba en casa, las palabras vacías, las lágrimas a escondidas... y las sábanas frías.

martes, 24 de mayo de 2011

Qué fácil te resultó olvidarme. A mí me resulta más fácil recordarte.

sábado, 21 de mayo de 2011

Me asomé a la ventana y ahí estabas tú, del susto casi me caigo al vacío, aunque lo mismo tardé en bajar corriendo los tres pisos de escaleras que me separan de ti. Sin aliento llegué frente a ti, que me esperabas con una sonrisa nerviosa que habría provocado que me desmayara si no fuera porque no quería perderme ni un segundo de ese momento.
- Sé que debería haberte avisado antes de venir, pero me daba miedo que me pidieras que no lo hiciera.
- ¿De verdad me crees capaz de tomar una decisión tan razonable en lo que a ti concierne?
- Te he echado de menos.
- Yo mucho más.



Estas cosas sólo pasan en sueños...

... cada día 20 sueño que aún me quieres.

lunes, 16 de mayo de 2011

Dos años después...

"No sé si debería decirte esto, pero... creo que aún te quiero"



Hay cosas que no cambian

domingo, 15 de mayo de 2011

- Mi abuelo dice que el mejor aceite es el de su pueblo.
- Que va, el más conocido es el de Jaen.
- No siempre el más conocido es el mejor. Hasta hace poco no te conocía y sé que eres la mejor.

sábado, 7 de mayo de 2011

Me enamoré del chico de las manos frias...

O al menos quise estar enamorada de él. No para olvidarme de ti, ya me he rendido respecto a eso, simplemente quería sentir algo por otra persona, saber que podía haber algo más después de ti.

Y ahora que no está, que ya no puedo coger su mano entre las mías para darle calor, me pregunto si esto también fue culpa mía, si las cosas podrían haber sido diferentes, incluso si, ahora, puedo hacer algo para que vuelva.

También me pregunto si de verdad me enamoré del chico de las manos frías.

viernes, 6 de mayo de 2011

Hacía varias semanas que no se veían, ella no sabía qué había pasado, todo había cambiado de la noche a la mañana sin razón aparente. Y ahí estaban, sentados en el banco en el que ella había empezado a sentir algo por él. Y estaban callados, uno de esos tantos momentos de silencio que había entre ellos, esos que él no soportaba, quizá porque siempre fue demasiado nervioso, aunque ella intetaba contagiarle su calma. Ella lo miró, no sabía por qué de pronto él había sugerido que se vieran y ahora no decía nada. Pero ella ya estaba cansada de ser esa chica buena que nunca se enfada por nada.
- ¿Por qué desapareciste? Y más importante aún, ¿por qué has vuelto? - porque aunque ella hubiera aceptado verse sin dudarlo un instante, sabía que debería haberse hecho la dura.
- Me entró miedo - ahí estaba la excusa de siempre - No quería enamorarme de la primera chica a la que he besado. Eso es de idiotas.
- Eres un idiota - ella se levantó, y él le impidió que se marchara agarrándola de la mano.
- Y me he dado cuenta de que quiero seguir siéndolo - ella le miró, porque no sabía si había entendido lo que ella quería entender - Te quiero.

Y con esas dos palabras ella se olvidó de ser la chica dura. Muchos la llamarían tonta, pero no, ella sólo era otra idiota.
Quiero sacarme una Polaroid, contigo. Y reirnos esperando a que ese cuadrado oscuro se convierta poco a poco en una imagen que guarde ese instante para siempre. Siempre he pensado que una Polaroid es mucho más que una foto, no me preguntes por qué. Será la ilusión que sientes mientras esperas que la imagen aparezca. Será que siempre me gustó más lo viejo que lo nuevo, que prefiero las cartas a los emails, que un paseo es mucho mejor que un viaje en coche. En fin, que quiero sacarme una Polaroid contigo.