viernes, 31 de diciembre de 2010

- En el fondo, enamorarse es un asco.
- Y en la superficie.
- No, en la superficie todo es muy bonito.
- Yo es que ya casi no recuerdo la superficie...
- Yo sí, últimamente recuerdo demasiado. Las noche son muy largas...
- Y más que las hacemos nosotras.
- ¿Aún le quieres?
- ¿Quieres la verdad o una verdad a medias?
- Creo que ya me has contestado.
- Te quiero, pero a él le quiero más.
- Quién me mandará preguntar...
- Alégrate, antes ni siquiera habría dicho que a ti también te quiero.
- ¿Y tengo que conformarme?
- No, tienes que cambiar el orden, tienes que cambiar el mundo, tienes que cambiarme a mí.
- Qué fácil es decirlo...
- Anda, sé mi superman.
- Llevo días temblando.
- ¿Por qué?
- Porque es pensar en ella y me entra algo por dentro que me lo revuelve todo.
- Deja de pensar en ella...
- Eso sería como dejar de respirar.
Voy a empezar el año pensando en ti, no por que quiera, ni mucho menos, simplemente es inevitable. Esta nochevieja las uvas me van a saber a pena y a soledad. Acabo de acordarme que en la hoguera de San Juan del año pasado sólo pedí un deseo, que me quisieras a pesar de todo, no hace falta que lo diga, no se me cumplió.
Te dedico cada una de mis lágrimas, quiero hacer más grande el mar.
Recuerdo tantas promesas hechas y que, incluso ahora que ya no tienen sentido, me empeño en cumplir.

jueves, 30 de diciembre de 2010

Desearía ser capaz de decirte adiós. En realidad no, desearía ser capaz de pedirte que vuelvas. Que suerte tienes de que sean las cinco de la mañana, porque si hubieran sido las cinco de la tarde ahora mismo tendrías un sms en tu movil, uno de esos que no quieres leer y que me esfuerzo tanto por evitar mandarte. El contador de noches sin llorar a vuelto a cero, hoy no tengo ganas de fingir que te estoy olvidando. Hoy solo quiero coger el teléfono y decirte que lo siento, que siento todo aquello que hice mal, pero que te quiero, que te quiero más de lo que pensé que querría nunca a nadie, y por supuesto, mucho más de lo que crees que te he querido.

Hay tantas cosas que dejamos sin hacer, tantas cosas a medias. Siento que este capítulo no va a cerrarse nunca porque yo no voy a dejar que se cierre. Lo peor es que tú lo has cerrado hace tiempo, sin contar conmigo. Por favor, POR FAVOR, te estoy suplicando, dame algo, lo mínimo, lo más pequeño que puedas darme, que yo lo convertiré en algo grande para ti.
- Quiero perderme en tu sonrisa.
- Yo hace tiempo que me perdí en tus ojos.
- ¿Me dejas comerte la boca?
- Sólo si me miras como tú solo sabes.
Maldito empeño que me lleva a recordarte. Estarás contenta, si lo que querías es que me doliera tanto que ninguna medicina me ayudara, lo has conseguido. Ahora mismo desearía odiarte, aunque solo fuera un poco, para poder gritarte, decirte que eres la peor persona que he conocido jamás, tirarte encima cada uno de mis recuerdos porque ya no los necesito, a ver si te duele tanto como me han dolido a mí. Pero a quien quiero engañar, estoy a tus pies. Estaré para recibir cada una de las patadas que quieres darme, mientras sean con tus tacones, soportaré lo que haga falta. Porque no me ves, aunque sigo aquí delante, aunque voy dejando un rasto de sangre, tú no me ves. Ser invisible no me importaba hasta que tú tambien dejaste de verme. Y es que me he quedado en nada, joder, que ya no soy persona. Y me miento, te miento, a ti y a quien haga falta. Si tengo que gritar a los cuatro vientos lo haré, solo porque no hay nadie para contestarme que no es así.
¿Te ha quedado claro? A mí tampoco

miércoles, 29 de diciembre de 2010

Será que la Navidad hace que te eche más de menos o que el mundo se ha aliado para recordarme todo lo que tuve y ya no tengo, pero llevo ya unas horas leyendo todas esas conversaciones que tuvimos y pensando cómo después de todas esas palabras ya no queda nada. Y es que hace tiempo que no entiendo nada, no entendí por qué todo acabó, no entiendo por qué tú has sido capaz de olvidarme si yo no he podido. Me pregunto si has encontrado a alguien que te hace feliz, me gustaría ser lo suficiente buena como para desear que haya sido así, pero lo siento, me duele demasiado imaginar que todos los te quieros que me decías a mí, ahora se los dices a otro.

Estoy cansada de escribir cartas que no van a tener respuesta. Me he cansado de no hablarte, echo tanto de menos tu voz que mataría por volver a escucharte. Quiero viajar lejos de aquí, exactamente a 827 km y darte el abrazo que necesito para seguir respirando. Quiero sentirte mía otra vez y que sepas que yo nunca dejé de pertenecerte. Desearía que las lágrimas que recorren ahora mis mejillas fueran de alegría, de saber que tú sigues ahí para mí y que la vida merece la pena.

Te quiero, no me averguenza reconocerlo. Hace poco no estaba segura, pero ahora sé que sí, que por mucho que lo niegue, te quiero igual que el primer día.


Hoy es uno de esos días en los que no puedo más. Quererte nunca dolió tanto como ahora, y aún así, no quiero dejar de hacerlo, porque sé que mereces la pena.
- Me encanta.
- Me encantas.

Porque esa "s" siempre me hacía sonreir.

martes, 28 de diciembre de 2010

Seamos sinceros..

Hay días que pienso que la vida es una mierda y sólo quiero hablar contigo, hay días que no quiero volver a verte y días en los que ni siquiera sé lo que quiero. No todo van ser días buenos, o días malos. Al principio abundaban los malos, se supone que ahora deberían abundar los buenos, pero sabes que esa maldita cama me la tiene jurada. Anoche lloré por ti, no te preocupes, no te estoy culpando, siempre dije que la culpa era mía, sólo te lo cuento, por si a alguna pequeña parte de ti le interesa. Si es así, dile que aún la quiero, que jamás la olvidaré y que le debo un viaje a Irlanda para ver castillos.
Mientras envolvía el regalo no podía dejar de pensar en que aquello era una estupidez, sabía que ella no estaría ahí para abrirlo. Un perro azul con un lazo amarillo, envuelto en papel naranja, por supuesto. Sonrió intentando recordar el día que hablaron de ello, era capaz de escuchar su voz, las risas, promesas que no estaba dispuesta romper, aunque ella había decidido tiempo atrás que aquellas promesas ya no valían nada. Recordó la última navidad, la única que habían pasado juntas, y entonces fue cuando brotaron las lágrimas, silenciosas, hacía mucho que no rompía a llorar, pero no estaba segura de qué dolía más. Aquellas lágrimas salían directamente del corazón, que desde hacía tiempo se iba desintegrando poco a poco. Dejó el paquete bajo el árbol que ella misma había hecho en su cuarto, no dejaba que su locura saliera fuera de esas cuatro paredes, porque seguir queriéndola como lo hacía era cláramente algo insano. Quién iba a decirle a ella que estudiando Psicología iba a dejarse llevar lo suficiente como para llevar a cabo sus ideas delirantes.

Es como el fenómeno del miembro fantasma, aunque ya no te estés ahí, sigo sintiéndote.

lunes, 27 de diciembre de 2010

- Me miras como si no hubiera nada más en el mundo - la voz de él no sonó como se supone que debe sonar en estas situciones, no había amor, cariño ni ternura. Siempre ese molesto tono de sorpresa cada vez que ella se dejaba ver algo más de lo que acostumbraba.
- ¿No te gusta? - ella ya sabía que él necesitaría un tiempo para convercerse de que ya no había nada que se interpusiera entre los dos.
- Sabes que sí...
- Pero te sorprende -Sabía que había motivos para su sorpresa.
- Me había acostumbrado a no existir para ti, ahora me sorprende que vuelvas a mirarme así.- él cogió su mano por encima de la mesa y la apretó con fuerza. Ella volvió a pensar que él tenía miedo de que saliera corriendo, así que le devolvió el apretón.
¿Sabes ese pequeño instante que sabes que va a cambiar el resto de tu vida? Quiero una vida llena de esos instantes, contigo. Quiero una vida llena de esos amaneceres que tanto nos gustaban. No importa donde esté ni con quién, se cuál sería mi momento preferido. Tú, yo, nuestro banco y el sol de fondo. No me digas que no puedes verlo.

Esto no es lo mismo sin ti.

jueves, 23 de diciembre de 2010

He enterrado algo en la arena, esas cartas que nunca podré mandarte, esas que nunca querrás leer. Si alguien me preguntará por qué lo hice, no podría darles una respuesta coherente, ni tampoco incoherente. Puede que si las hubiera echado al mar en una botella, tarde o temprano llegarían hasta ti, como tú llegaste hasta mí. Ya nunca sabrás todo eso que quise decirte, no sabrás las veces que te dije te quiero, no te darás cuenta de hasta que punto pensé en ti durante cada segundo de esta extraña vida que me toca vivir. Lo peor de todo es que no te interesa saberlo.

Escribiré nuevas cartas, estoy segura, quién sabe lo que pondré en ellas. No sé si te diré te quiero, ni si te mandaré todas las sonrisas al aire que me provoca tu simple recuerdo. Lo que sí sé, es que estás tambien te las perderás.
Pienso,luego existes.

miércoles, 22 de diciembre de 2010

" Hoy no tengo frases pa decir que desearía que de amar no se olvidara nadie"

Como un idiota. Funambulista
"- Tienes las manos frías
- Y el corazón caliente "

Y así se fueron,agarrados de la mano y con una sonrisa, porque los dos sabían lo que eso significaba.
Se bajó del vagón del tren, contenta de estirar al fin las piernas. El viaje había sido largo, y a ella se le había alargado aún más, llevaba los nervios a flor de piel y no había conseguido que su corazón latiera a un ritmo normal. Le faltaba su terapeuta personal, pero había renunciado a ella para que su plan no perdiera parte de su encanto, ese que siempre estropeaba, el factor sorpresa. Se colgó la mochila al hombro y enseguida su mente empezó a trabajar, recordando todas las idas y venidas de aquella a la que tanto necesitaba, todas sus luchas con la pesada maleta, llena de ropa para apenas dos días. El sofocante calor la hizo volver a la realidad, pero su sonrisa delataba sus pensamientos. Echó a caminar entre el resto de pasajeros, jugando a adivinar qué les habría llevado hasta allí, si sus historias serían tan excitantes como la suya, si alguno de ellos estaba en esa estación por motivos parecidos a los suyos, si ellos estaban a punto de vivir un momento transcendental como iba a hacer ella, un momento que cambiaría su vida, un momento que había estado esperando, que ambos habían estado esperando, y que esa persona aún no tenía ni idea de que la espera iba a terminarse.
- Hay un montón de fotos en las que salimos tú y yo por detrás abrazados.
- Es el resumen de nuestra relación, ¿no? Siempre medio ocultos detrás de la gente.
- Sabías cómo iban a ser las cosas desde el principio.
- Sí, y también sabía cómo iba a acabar.
- ¿Y te arrepientes?
- Sí...
- Mejor me voy..
- ¡Espera!
- Si te arrepientes de haber estado conmigo, ¿qué hago aquí ahora?
- No me arrepiento de haber estado contigo, me arrepiento de no haber luchado porque saliera a la superficie.
- Qué hambre... me apetecen chucherías. Quiero un CHUCHES A DOMICILIO.
- Voy a crear esa empresa para ti.
- ¿Vas a traerme cosas dulces a casa?
- Claro, ¿qué te apetece?
- TÚ

martes, 21 de diciembre de 2010

Me prometiste que cuando se me acabara el cacao me comprarías otro. Estoy esperando.

domingo, 19 de diciembre de 2010

- ¿Cómo haces para parecer tan seguro de ti mismo siempre? Vas por ahí como si nada te importara.
- Es que nada me importa.
- ¿Ni siquiera yo?
- Ni siquiera tú.
- Eres muy cruel
- Y tú muy masoca.

sábado, 18 de diciembre de 2010

"Se me olvida olvidarte" A eso se reduce todo...

viernes, 17 de diciembre de 2010

Esta nochevieja no quiero las 12 uvas, quiero mis 12 besos.
- Joder, es que me saca de quicio. ¿Qué se cree? ¿Que me voy a pasar toda la tarde esperando a que me conteste? ¿Qué cuando él decida volver a hablarme iba a seguir con la conversación como si nada?
-¿Y qué hiciste?
- Contestarle como si no llevara horas esperando a que él me contestara a mí.
Piénsalo. ¿Cómo es posible que diga que hoy no he pensado en ti, si estoy pensando en ti mientras lo digo? Ya no lloro por ti, creo que esa es la frase exacta (bueno, tengo mis momentos, como todos, pero hace mucho que no rompo a llorar hasta quedarme sin aire). Hay quien dice que eso es porque te estoy olvidando, pero yo sé que no es así, porque cada segundo del día te estoy recordando.

jueves, 16 de diciembre de 2010

Nunca te entenderé

Nunca entenderé como siendo caperucita te enamoraste del lobo, lo siento, tuve que fingir que era la abuelita para poder comerte (a besos, no te asustes). Mil veces me dijiste que tenía los ojos grandes y yo sólo quería verte mejor, que mi boca era enorme porque tú me hacías sonreir así, mi voz se tornaba ronca por las ganas de llorar al no verte aquí. Pero seguía siendo el lobo, sabía que nunca habría un final feliz entre tú y yo. Una vez mi disfraz quedara al descubierto tú echarías a correr, por mucho que me quisieras, por mucho que te quisiera yo a ti. Aunque en todo este tiempo mis mordiscos solo fueron juguetones, cuando viste mis enormes orejas echaste a correr. Te dejaste aquí la cesta con las miles de flores, ya marchitas, que riego cada día esperando a que vuelvas. Déjame ser tu lobo no tan feroz.
- Yo te he visto a ti super rara y mal... Y eso que no eres de demostrarlo...
- Es que he llegado a estar muy, muy mal. Aún se me escapan las lágrimas al hablar de ello...

martes, 14 de diciembre de 2010

- He vuelto a soñar contigo, me contabas que eras gay.
- ¿Y te lo creiste?
- Claro! Pero tranquilo, no volveré a dudar de tu heterosexualidad ni en sueños.
- Más te vale! En serio, me da igual, como si nos casamos en tus sueños, no te voy a quitar la ilusión de tu vida.
- No, hoy he soñado que me casaba, pero con otro.
- ¿Ah, sí? ¿Me ponías los cuernos? VETE A LA MIERDA.
- No te pongas celoso, anda, que contigo he soñado tres veces y con él sólo una. Y seguro que ninguna más.
Estaba hablando con una amiga por teléfono, y por un momento, su voz ha sido igual que la tuya. sí, le faltaba tu gracia, tu acento y esa chispa que hacía saltar a mi corazón. Pero todo eso lo he suplido con mi imaginación, y te he oido reir, hablarme... hasta que el momento se ha roto y he caido en la cuenta de que no eras tú. Creo que voy a tirar el teléfono por la ventana (imposible, me lo regalaste tú).

lunes, 13 de diciembre de 2010

- Es que me mira con esos ojos de voy a besarte, y es imposible resistirse.
Estoy harta de darme cuenta de cosas... ¿Sabes? Ahora tambien sé que busco tu nombre en cualquier sitio, una estupidez, no vas a aparecer.

Hoy

Hoy he ido a montar a caballo. Mientras se supone que disfrutaba del momento, del caballo, de la naturaleza, de las vistas, de la sensación de vértigo... me he dedicado a recordar aquella foto que me mandaste, frases como "pues el caballo pensaría que le había tocado la peor, porque era la que más lenta iba", y tu sonrisa, siempre recuerdo tu sonrisa.
Abrió el cajón donde guardaba todas las cartas sin mandar y añadió una más. Se dijo que esta sería la última, como siempre, pero nunca lo era. Puede que un día me atreva a mandartelas. Uy, he pasado de la tercera persona a la primera. Se me olvidaba que finjo que no soy yo la que te echa de menos.
Está claro que la magia ha desaparecido, pero siempre quedan los sentimientos.
- Creo que empiezo a sentir algo por él.
- ¿Recuerdas que te dije que tenía un secreto y que dentro de unos días hablaríamos de lo que sientes por él? El secreto era el increible regalo que iba a hacerte.
- Tienes que buscar la manera de que deje de hablarte de mí, que no es justo. A mí tambien me dice alguna cosilla sobre ti y me siento celosa.
- Es que es todo tan raro... Por un lado me siento celosa de que no haga esas cosas por mí, pero por otro me alegro por ti. Intento no pensar en lo mucho que me gusta cuando se trata de hablar de lo mucho que te gusta a ti.

sábado, 11 de diciembre de 2010

Me he quedado embobada mirando tu foto. Ha sido sin darme cuenta, por casualidad. He pasado la mirada por encima y mis ojos se han quedados fijos en ti. Y mientras las lágrimas recorren mis mejillas me pregunto mil cosas: cómo estarás, qué sentirás, ¿me querrás? Y me pregunto si alguna vez seré capaz de pasar un día sin echarte de menos. Sinceramente, lo veo muy difícil. A veces me dan ganas de desaparecer, de acabar con todo lo que me une a ti, pero seamos sinceros, es algo imposible.

Seguiré aquí, con mi dolorido y esperanzado conrazón que nunca se rinde.
Querete se ha convertido en mi estilo de vida.

viernes, 10 de diciembre de 2010

Tengo un dolor aquí en el pecho que no me deja dormir. Quiero que me oigas respirar mientras duermo, que me digas que lo hago al volumen perfecto para ti. Quiero que me pidas que salga por ahí para poder decirte que lo único que quiero es quedarme aquí escuchando tu voz. Quiero que me pidas que me tranquilice con esa acento tan tuyo que intentas ocultar. Quiero hacerte reir como tantas veces antes. Es que quiero tantas cosas, aunque sé que ninguna va a pasar.

El año pasado te pedí a los reyes. Este año sólo pido una palabra más. Un adiós, un te quiero pero no puede ser, un lo entiendo y te perdono, un hola, un beso, un abrazo, una risa, un soplo en mi cuello, unas cosquillas, una mirada que me diga que todo está bien. Hace tiempo que dejé de creer en los reyes magos, y jamás vi una estrella fugaz, aún así, sabes que este estúpido corazón jamás pierde la esperanza, cada día duele más (se supone que iba a ser al revés), pero sigue igual de empeñado en quererte aún más que ayer.
- No sé qué es lo que quieres de mí.
- Quiero que me hagas olvidar.
- Sólo soy eso, no? Una vía de escape. Alguien que te ayuda a sobreponerte del daño que te hizo él. Un idiota.
- ¿Por qué te quedaste? Te dije que estaba tan rota que nadie podría arreglarme.
- Me quedé porque creí que te conocía. Porque por mí no lloraste, ni siquiera cuando terminó.
- Hace tiempo que ya no soy esa persona. Cuando alguien te llena tanto el corazón y se va, el vacío que deja es peor que no haber tenido nunca nada. Ya no sé respirar sin seguir el ritmo de sus caladas.
- Sé que sabes que te quiero y que eso me hace daño. No entiendo por qué me lo cuentas...
- Quiero que me enseñes a fumar a un ritmo distinto.

jueves, 9 de diciembre de 2010

- Yo pienso que no es buena idea, pero tú siempre llevas razón - le dijo la cabeza al corazón.
- Estoy tan cansada de escuchar lo mucho que te quiere, del regalo tan especial que va a hacerte, de lo nervioso que está por si no te gusta, de que nunca le había pasado nada así con nadie... Me dan ganas de decirle: ¿Eres idiota? ¿No ves que yo estoy aquí? Que estoy tan enamorada de ti que si me regalas un chicle te pido matrimonio.
Voy a tener que dejar de hablar contigo, empiezas a conocerme demasiado.
¿Recuerdas todo aquello que nos pasó? Recuerdo aquellas discusiones tontas que no llevaban a ninguna parte, pero tambien recuerdo las sonrisas eternas que formabas en mi cara. Vaya mierda que todo acabe. Lo echo de menos TODO. Tus risas y tus llantos. Tus lágrimas y las mías. Nuestra burbuja que me daba la vida. Creo que eso es el amor, echar de menos hasta los momentos malos. Y dices que no te quiero... era yo la de la mala memoria, ¿no?
- ¿Tú sigues enamorada de R?
- Puff.. esa es una pregunta difícil. Pienso que sigo queriendola mucho, pero hay momentos en los que... no sé, veo un rayo de luz y pienso que ya no estoy tan pillada.
- Quererla, vas a quererla siempre.
- Sinceramente, pienso que sigo enamorada de ella. Porque sé que si me dice ven, lo dejo todo.
- Es que te estás mintiendo a ti misma.
- Lo sé.
- Siempre has ido de dura, pero no lo eres tanto.
- Lo sé.
- Si hasta ahora, vas diciendo que estás bien, y los dos sabemos lo que hay.
- Lo sé.
- ¿Quieres decir algo que no sea lo sé?
- ¿Qué quieres que diga? Joder, déjame seguir siendo la chica dura que no se enamora de nadie. Joder, déjame ponerme mi máscara al salir de casa.

miércoles, 8 de diciembre de 2010

- Había echado de menos tus labios entre los míos...
- ¿Desde cuando te has vuelto tan poetico?
- Será que tanto tiempo echándote de menos me ha vuelto un blando.
- ¿Puedo aprovecharme? Porfi, porfi, porfi!!!
- Sólo un poco... por favor...

Y es que las conversaciones entre sábanas son más dulces así.
Él se levantó de pronto, sacándola de su ensimismamiento. Ella no sabía cuánto tiempo se había perdido en su mente esta vez. No era la primera, y por mucho que lo intentara, tampoco sería la última.
- ¿A dónde vas?
Él apoyó las manos en la mesa con demasiada fuerza, haciendo que retumbará. La miró. Ella no conseguía descifrar su mirada, no sabía si lo que ardía era rabia o pena.
- Creo que soy idiota. Me he engañado a mí mismo pensando que de verdad te olvidarías de él.
- ¿A qué viene eso ahora? No he dicho nada...
- Ese es el problema, no dices nada. Llevas ahí sentada diez minutos sin ni siquiera mirarme. Pensé que si me iba, ni siquiera te darías cuenta.
- Me he dado cuenta...
Él cerró los ojos y respiró hondo mientras volvía a sentarse. No iba a callarse esta vez.
- Dime que no estabas pensando en él.
Ella respondió como una autómata.
- No estaba pensando en él.
- En qué pensabas, entonces.
Ella tuvo unos segundos de duda, ninguna excusa le parecía lo bastante buena. Él, cansado, se levantó y esta vez se marchó, no esperó a que ella respondiera con las verdades a medias de siempre. Se sorprendió cuando, en medio de la calle, ella le gritó que la esperara. No esperaba que ella hiciera nada, como siempre.
- Te dije que esto llevaría tiempo...
- ¿Cuánto tiempo? ¿Se supone que tengo que aguantar mientras piensas en él?
- Haz que piense en ti.
Y él la besó, un beso de esos que quitan el aliento, de los que hacía mucho que no le daba. Un beso que a ella le supo a esperanza, a cambio, a amor recuperado y, por qué no, a noches entre sábanas.

martes, 7 de diciembre de 2010

- Yo pensaba que a ti no te pasaban estas cosas...
- Es que a mí no me pasaban estas cosas.

Lo que he recordado hoy

Hoy te he recordado a ti, he recordado tu sonrisa, esa que se debía a mí. He recordado cuando me consolabas mientras yo llorabas. Recuerdo tus llamadas de madrugada porque no podías dormir. Recuerdo las noches que te eché de menos y los días que te sentí conmigo. Recuerdo cada momento que soñé. Recuerdo cada uno de tus te quieros. Recuerdo esos días que dedicaba por completo a ti. Recuerdo hacerlo todo contigo, aún estando tan lejos. Recuerdo que siempre que te necesitaba tú estabas ahí. Recuerdo tantas cosas que hace tiempo que perdí... Echa un vistazo atrás, ¿no merece la pena?

Me faltan fuerzas para descolgar el teléfono y pedirte que vuelvas a quererme, que me dejes tirar la casa por la ventana para estar junto a ti. Me faltan fuerzas para seguir... porque ya no hay nadie que calle mis lágrimos.
"Aunque no lo puedas decir, me quieres, a veces..."

Y aunque pudieras decirlo, no estoy allí para escucharlo.

Llevo unos días malos, y sé que hago poco para que mejoren, lo reconozco. He descubierto que aunque conozca a alguien perfecto para mí no sabría verlo, porque no eres tú. He descubierto que prefiero abrazos virtuales a abrazos vacíos. Y es que después de tanto tiempo sonriendole a una pantalla, mis sonrisas lanzadas al aire ya no son tan de verdad.

lunes, 6 de diciembre de 2010

- Dios, quiero llamarla...
- Que poca esperanza me das..
- ¿Por qué?
- Porque si después de tanto tiempo aún estás en la fase "dios", veo que a mí me espera mucho de lo mismo.
- Es que yo soy así de tonta. Menos mal que estás cosas me suelen dar por la noche y no es hora de llamar, si no... seguro que no habría aguantado tanto. ¿Sabes ese momento en el que entras en tu cuarto, te sientas sobre la cama, y notas como cae sobre ti el peso de todo lo que has estado evitando durante el día? Pues es mi momento...
- ¿Crees que serías capaz de llamarla?
- Lo dudo, me da un ataque al corazón solo de pensarlo. Y que después de tanto tiempo siga siendo ella la que marca mis latidos...
- ¿Por qué quitas la música?
- Ha sido un acto reflejo. ¿Sabes esa manía que tengo de enredar en todas partes? He descubierto la opción "artistas relacionados" y pasando de un grupo a otro he encontrado uno que a ella le gustaba, y claro, no he podido evitar ponerlo... Pero he llegado a mi límite y mi cerebro ha decidido que lo mejor era evitar tentaciones.
- ¿Tu límite?
- Sí, ese momento en el que una lágrima cae por mi mejilla avisando de que detrás vendrán muchas más.
- Si pudieras pedir un deseo, ¿cuál sería?
- Volver a hablar con ella...
- ¿Y no prefieres verla, besarla, tocarla?
- Tengo tan poca esperanza que ya sueño en pequeño...

domingo, 5 de diciembre de 2010

No lo entiendo, en serio, es como si tuviera a un hombrecillo en el hombro recordándome cada segundo que estoy enamorada de ti. Hace días que la presión en el pecho no me deja dormir. Será que siento que te he perdido de nuevo, aunque ni siquiera conseguí recuperarte. Odio los días en los que puedo pensar. Odio tener ganas de llorar.
El la llevaba agarrada de la cintura, parece que desde que todo volvió a empezar, tenía miedo de que ella echara a correr y por eso era incapaz de soltarla cuando estaban juntos. Sabía que lo que había entre ellos aún no era perfecto, y el silencio que les acompañaba era una prueba de ello.
- ¿Qué quieres hacer hoy?
Ella le miró con los ojos llorosos, no sabía cuánto tiempo llevaba llorando sin que él se diera cuenta.
- Hazme sonreir.
- ¿Me haces un favor?
- Lo que quieras...
- ¿Puedes hacer que los domingos pasen más deprisa?
- Lo veo difícil, pero puedo hacer que dejes de odiarlos.
- Eso sí que lo veo difícil.
- ¿Por qué?
- Porque las ganas de llorar y el echarle de menos no me lo quita nadie...

viernes, 3 de diciembre de 2010

"Encontré ese lugar feliz en cuanto apareciste."

jueves, 2 de diciembre de 2010

- Tengo ganas de un abrazo...
- Para eso estoy yo aquí.
- El problema es que quiero un abrazo en especial, pero ese no va a llegar...
Joder, te echo de menos. Ahora mismo, daría lo que fuera porque mi teléfono sonara y fueras tú. ¿Por qué me diste todo lo que necesitaba para luego quitármelo? ¿Por qué, si eres todo lo que yo necesito, yo no soy lo que tú necesitas?

Y los milagros no se hacen realidad, ni siquiera en Navidad.
Tengo miedo. Miedo de haberme perdido la señal que me mandabas. Pero me dio más miedo que fuera mi imaginación la que me estaba jugando una mala pasada, la que me hizo ver un rayo de luz donde sólo queda oscuridad. Quien sabe. Simplemente soy una cobarde.

miércoles, 1 de diciembre de 2010

Ella estaba llorando. Y aunque él intentaba hacerse el duro, por dentro deseaba abrazarla y decirle que todo pasaría.
- Lo siento, no te vayas por favor - Ella suplicaba, con lágrimas en los ojos, como nunca antes había hecho, porque últimamente pasaban muchas cosas que nunca antes podrían haber pasado.
- Estás siendo muy egoista - No sé cómo él conseguía mantenerse firme.
- Lo sé, lo reconozco, pero todo va a cambiar, te lo prometo - Se abrazó a él, con fuerza, como si pudiera evitar que se marchara.
- Eso dices ahora, que estás desesperada, pero mañana te levantarás, escucharás una canción, leerás algo, o cualquier tontería que te recuerde a él y de nuevo estarás jodida.
Ella negó con la cabeza, con las lágrimas inundando sus mejillas.
- No, te prometo que no. Se acabó, se acabó todo. No le quiero, ya no le quiero. No quiero quererle. Por favor..
Él intentó resistirse a esa mirada de súplica, pero nunca podía, y los dos lo sabían. Pero las palabras ya no les servían a ninguno de los dos.
- Demuéstralo.
Ella lo pensó durante escasos segundos antes de hablar.
- Te quiero.
La respuesta de él fue inesperada. Simplemente rió.
- Eso ya lo sé. Lo sabía incluso antes de que tú lo supieras.

lunes, 29 de noviembre de 2010

¿Por qué pasas por mi lado como si no me vieras? Te equivocas, viste lo que quisiste ver, y te equivocaste. No me diste tiempo a ninguna explicación, simplemente diste media vuelta y te marchaste de aquél atestado bar. No dio tiempo a que vieras que el chico con el que estaba no era un cualquiera entre noches de alcohol, que nuestras manos entrelazadas no significaban amor.
Pero a ti te dio igual, te di igual, como siempre. Decidiste sin contar conmigo, te sumergiste en tu nube de gritos y crueles palabras. Como si yo fuese tú, que entrego cariño seguido de un calentón en la esquina de cualquier calle.
Yo no te prometí nada, muchacho, y aún así, te lo di todo. Ya veo que contigo eso no sirve, que por ti me encerrarías en esa alcoba en la que sólo eres tú el que me toca.
Antes de que grites déjame explicarme, porque mis oidos no están para escuchar gilipolleces sin sentido. Nunca haría eso de lo que me acusas, no busco más que amistad en el chico del bar. Eres tú el que se lleva la mejor parte, aprovechala, estoy falta de paciencia.
- Me jode que me altere tanto con nada...
- Es normal.. Sabes que te comprendo.
- Vaya dos, en serio.
- Sí, es una tristeza, pero bueno, la realidad no nos va a dejar más remedio que abrir los ojos y pasar a otra cosa, así que...
- Sí, tarde o temprano...
- Más tarde que temprano, pero..
- Se suponte que tú tienes que animarme.
- Es que te veo muy obsesionada, además, se supone que es la "primera vez" no? y ahí siempre cuesta más. Yo creo que tú, que más o menos eres coherente, podrías pasarlo antes si pusieras un poco de tu parte, pero es que le has cogido el gusto a meter el dedo en la llaga.
- Yo soy coherente hasta que dejo de serlo, y con ella perdí toda la coherencia que tenía.
- Pero volverá, y si pones de tu parte primero será.
- Yo pongo de mi parte.
- Yo creo que no. No escribes ni llamas, porque en el fondo sabes que acabarás peor, pero te revuelcas mucho. Si cojones estás teniendo, pero a veces parece que lo haces en plan resignada, en plan "no me quiere"; y deberías deci: a tomar por el culo, a partir de hoy no espero nada, no la quiero cerca porque no me hace ningún bien ni me ha valorado...
- El problema es que no pienso así. No pienso que no me valorara, porque yo la cagué. Sé que no valoró lo que hice después, y que se portó un poco mal, pero lo entiendo...
- Por mucho que la caguemos, todos merecemos una segunda oportunidad, aunque sea de explicarnos, ser escuchados... y un poco de tacto sobre todo.
- El caso es que yo no puedo evitar sentirme la mala de la situación...
- Cuando te martirizan, te hacen sentir culpable, te lo echan en cara tanto... acabas por creertelo y asumir que tú tienes que aguantar todo y que lo mereces..
- No, no me lo echó en cara... Me dijo que intentaría olvidarse del tema, lo intentó, y no pudo... Lo único que pienso que no hizo bien fué cómo hizo las cosas al final..
- Tú a mí me has dicho que pasaba mucho, que te trataba en plan super fria... y tú lo pasabas mal y ella lo sabía... Y para eso, mejor alejarse... La frialdad que te mostró con lo del viaje... No se merece que te sientas así. Puede que un día de repente, me hagas caso y digas "Mirandolo así lo llevo mejor"
- Puede que un día...

domingo, 28 de noviembre de 2010

- Quiero que me digas la verdad, que ya nada te importa, que sólo estás dejando pasar la vida esperando a que se acabe, o a que él vuelva. Vas por la vida sin hacer nada, sin esforzarte porque todo cambie. NO HACES NADA.
- Estás siendo muy cruel conmigo.
- No, estoy siendo realista. Estoy cansado de verte así. Todos están cansados de verte así. Reacciona, o pronto no habrá nadie a tu alrededor para acerte reaccionar.
- Eres un cabrón, lo que quieres es que reaccione como tú quieres. Quieres que me rinda a tus pies y reconozca que eres lo único que puedo tener, que tengo que conformarme contigo aunque esté enamorada de otra persona.
- ¿Tú te estás oyendo? ¿De verdad crees que el malo de esta historia soy yo? si tengo que ser un cabrón para que te des cuenta de que estás perdiendote la vida, lo seré. Pero no lo hago para que vuelvas conmigo, lo hago para que vuelvas, porque ya no eres tú, eres un espectro que se pasea por aquí como si todo estuviese bien, cuando los dos sabemos que no es así. Yo sólo intento ayudarte.
- Siento no poder cambiar cómo me siento.
- Yo siento que no te des cuenta de que eso no es verdad.

sábado, 27 de noviembre de 2010

Vuelvo a mi cama de siempre...

... pero sigo estando tan sola...

Puede que todo se reduzca a esto. Vuelvo a estar aquí, donde cada noche hablaba contigo, donde me despertabas cada mañana, donde podía pasar horas solo escuchando tu voz. Y sigo tan sola...

Antes me sentía sola, porque no estabas aquí, donde yo te necesitaba. Pero podía consolarme sabiendo que allí donde tú estuvieras, tambien pensabas en mi, y me necesitabas. Ahora ya no me necesitas, pero yo sigo necesitandote. Y por eso me siento aún tan sola.

Me da rabia mirar alrededor y ver que nada ha cambiado. ¿Cómo es posible? Si yo ya no soy la misma persona, por qué todo sigue igual. Todo debería haberse vuelto gris, las paredes se habrían llenado de lágrimas al igual que mis ojos... ¿Sabes? Aún guardo tu foto bajo mi almohada, y la última carta que me escribiste. Me alegro de habértela pedido, me hace recordabar que hubo un pequeño instante en el que todo podía ser casi perfecto. Y ese momento se perdió hace tanto que yo debería haberlo olvidado, pero me viene a la mente sin previo aviso, para recordarme que pude ser feliz contigo, y no lo logré.

Seguramente fue porque no lo merecía, pero ¿quién decide eso?

Solo quiero dejar de estar tan sola. La primera vez que lo conseguí fue contigo, quién me lo iba a decir... Puede que jamás vuelva a repetirse. Yo seguiré aquí, en mi cama de siempre...

viernes, 26 de noviembre de 2010

Hacía mucho frío, y él la pilló desprevenida poniendole su chaqueta sobre los hombros.
- ¿Qué haces aquí fuera tan sola?
- Sólo quería tomar el aire - ella, sobreponiéndose al susto inicial, se sorprendió aún más al verle a él allí - ¿Y tú que haces aquí? No es precisamente tu zona preferida para salir de fiesta...
Él miró por encima de sus hombros, en un acto reflejo del que enseguida se arrepintió. Ella siguió su mirada y lo entendió. Se quitó la chaqueta, y sonrió, como quien sabe que la gente nunca cambia, que él siempre sería él.
- Anda, vuelve con ella, no sea que se enfade.
- No me importa que se enfade, si así puedo hablar contigo.
Ella le entregó la chaqueta, negando con la cabeza. Cuando ya has perdido la esperanza, nada te sorprende.
- No dirás lo mismo cuando tengas que volver solo a casa.
Él pareció reconsiderarlo, lo pensó durante un momento, mientras buscaba en ella algún gesto que le indicara que esta noche todo sería diferente. Al parecer no lo encontró, se disculpó con una mirada, y al darse la espalda para alejarse, no vio cómo ella perdía el pequeño brillo de felicidad que sentía cuando volvía a verle, porque esta vez, como todas las anteriores, él no la había elegido a ella. A pesar de todas las veces que le decía que él sólo la quería a ella, no bastaban las palabras, él siempre fallaba en los hechos.

jueves, 25 de noviembre de 2010

Lo que he recordado hoy

Hoy he recordado el día que te desperté cantándote nuestra canción al oido. Qué lejos quedaron los días felices...
- Deja de mirarme con esos ojos de "lo que estás haciendo no está bien". Sé que es una tontería, pero déjame disfrutar de mi pequeña victoria, esto es lo más cerca que puedo llegar.
- Voy a someterte a una terapia de choque.
- No te das cuenta, yo ya choqué, hace cuatro meses, cada parte de mi cuerpo se rompió en mil pedazos, y sólo momentos como este consiguen recomponerme un poco.
- Y luego te dejan peor...
- Seguramente, pero ya no me importa el dolor, sólo quiero mis pequeñas victorias.
Quiero desaparecer por ti. Quiero dejar de suplicarte cariño, quiero hacer como si nunca hubiera existido, quiero dejar de ser la culpable de que sufras, quiero que vuelvas a reir porque jamás estuve ahí para hacerte daño, quiero que tus ojos jamás vuelvan a llorar porque hice algo que no debí. Pero no me atrevo. Lo siento, no me atrevo a que ya no haya esperanza. No me atrevo a olvidarte.
Desde aquí todo se ve distinto, no sé cuánto tiempo llevo mirando esa puerta esperando a que vuelvas a atravesarla. He perdido la razón. Sé que no apareceras. Me perdí la primera vez que saliste de ese autobus, y ahora que sé que será la última, quiero estar loca. Quiero seguir creyendo que todo es posible, quiero creer en los milagros, quiero creer en el destino, que nos unió una vez y que volverá a hacerlo. Quiero creer que hoy no es un día cualquiera, que todo cambiará, que... Definitivamente, he perdido la razón. Desearía perderla aún más...

miércoles, 24 de noviembre de 2010

A la mierda con todo... Qué le pasa al mundo que es tan cabrón?
Eres como esa estrella que está en el cielo, tan difícil de alcanzar. Y al parecer mis metáforas están tan trilladas que me da verguenza hasta pensarlas. Será que mi cerebro se va deshaciendo poco a poco porque tus palabras ya no lo recomponen.

A lo que iba, cada día estás un poquito más lejos, ya ni siquiera te acercas a mí en mi imaginación. Me habré vuelto un poco más realista, y ya reconozco saber lo que sabía desde hace tiempo. Lo que supe cuando tus palabras hicieron que mi cuerpo se paralizara y comenzara este camino cuesta abajo que parece no acabar nunca. Porque un "nunca me quisiste" duele más que un "ya no te quiero". No sé si te diste cuenta de ese detalle, quien sabe, igual tu propósito era destrozarme como yo había hecho contigo. La única diferencia es que yo no pretendía eso, pero mis ojos cerrados no me dejaban ver que aquello no acabaría bien.

Mírame ahora, o mírate a ti. ¿Crees que fui yo la única equivocada?

martes, 23 de noviembre de 2010

Que miedo me da ver luz al final del tunel...

domingo, 21 de noviembre de 2010

No busco descanso en otros brazos, no quiero dejarlo pasar. Quiero vivir cada minuto de mi vida como quise hacerlo, como aquél tiempo en el que controlaba cada paso. Nunca necesité retroceder. Estoy llena de ideas inconexas que me alejan de la realidad, sin sentido, sin sonrisas a punto de despegar. No quiero que me pidas lo que jamás te pude dar, porque me arrancas trocito a trocito los hilos que cosían mi corazón, provocas que se despedace lentamente, haciendo que el dolor se alargue como las semanas sin tu voz. ¿Quieres que te diga lo que quieres oir? Quiero oir lo que me quieres decir. No pretendo hacerte ver que hay más allá de decisiones absurdas tomadas en sábados etílicos que no funcionan para conseguir hacerte descansar. No intentaba cambiar la visión que tienes del mundo, quizás tenía la esperanza de que las máscaras desaparecieran y quedaran las personas. Quien sabe, a lo mejor pronto cambias de opinión y te encuentras saliendo de un bar sin ganas de otra cerveza que ahogue tus silenciosos llantos que sólo yo era capaz de oir. No dije que fuera a ser fácil, ni te prometí una vida perfecta rodeada de miradas desde el corazón. Sólo hice la promesa de quererte siempre, y es lo que pretendo hacer durante lo que quede de mi desesperada existencia. Dime si esto tiene algún sentido para ti, enseñale a esa boquita a decir las palabras que no quieres escuchar. Estoy demasiado cansada para respirar. ¿Crees que todo seguirá igual cuando yo ya no esté?

sábado, 20 de noviembre de 2010

Echo de menos cantarte al oido...
No quiero contar mentiras que suenen a realidad.
No quiero finjir sonrisas que parezcan de verdad.
No quiero ojos alegres cuando hay ganas de llorar.
No quiero apartar la vista y fingir que tú no estás.

Cansada de moderme la lengua cuando lo que quiero es gritar.
Es difícil tragarse palabras que te mueres por soltar.
Es difícil caminar si no sabes hacia qué lugar.
Cansada de buscar destinos a los que no quiero llegar.

viernes, 19 de noviembre de 2010

- ¿Cómo puede ser, que sin verte, sepa que estás llorando?
- Porque eres un idiota.
- Será que te conozco mucho.
- O que yo ya lloro a todas horas.

Esta debió ser nuestra canción...

"Te ví en el corazón de aquel disco que giraba
empañando los cristales con acordes de Tom Waits.
En el humo de la noche tu cuerpo se desnudaba
y rodaban por el suelo las fronteras de tu piel.

Planeaste un viaje “al moro” mirando por la ventana
cómo las gotas de lluvia desgarraban la ciudad,
y volviste sonriendo a meterte en la cama
y la luna de madrugada se durmió en tu paladar.

Entre versos de Allen Ginsberg ensuciando nuestra almohada
renunciamos a ser tristes prometiéndonos mañana.
Y la eternidad duró
lo que dura un fin de semana.

Llenamos nuestras bocas con millones de deseos
y drogamos nuestros cuerpos con poemas de William Blake.
Aquel era el principio del camino del exceso
y aprendimos la respuesta al enigma del querer.

“Lléname de tus historias, que se detengan las horas.
Regálame la llave de tu imaginación.
Ojalá la vida fueran sólo estas pequeñas cosas.
Ojalá el mundo existiera sólo en esta habitación”.

“El viaje más infinito que te puedo prometer
llega sólo hasta el domingo más triste de cada mes”.
Algo se rompió en silencio.
Empezaba a amanecer.
Te vestías muy tranquila y yo cogí la guitarra.
“Quizá sea ésta la última canción que cantaré”.
De tu viaje al fin del mundo yo no quise saber nada.
De mis noches sin futuro te negaste a conocer.

Y en el autobús de vuelta mirabas por la ventana
memorizando el paisaje que no volverías a ver.
En la puerta de tu casa no hizo falta decir nada.
“No me mientas, no me digas nunca te olvidaré”.

Y entre calles solitarias recuerdo aquel par de días
maldiciendo cada lunes con toda su realidad.
Qué puta es la vida a veces,
y otras qué de verdad."



Ni siquiera tuvimos nuestro fin de semana...
- No sé para qué me esfuerzo, si no me vas a hacer ni caso. Por muchos motivos que te de, no me vas a escuchar.
- Si yo te escucho, pero hacerte caso es mucho más difícil.
No sé de qué me sirve hacer esto, revolcarme en el fango. Como si no doliera lo suficiente. ¿Por qué lo hacemos? Puede que si consigo una respuesta racional a esta pregunta consiga saltarme todos los pasos y llegar al final, bueno o malo, pero que acabe de una vez. Porque cada día me hundo más, y no sé por qué lo hago. Porque sé que me gusta recordarte, pero no tanto ver que ya no estás aquí, que todo aquello desapareció. Al parecer me lo merezco, porque me equivoqué. Pero yo creo que nadie se merece esto.
Te has olvidado de algo... y joder, ha dolido más que si lo hubieras hecho sin que me enterara.
Anoche hice algo que no debía, algo que hace mucho que no hacía, y que había decidido no hacer. Pero ya veo que mis decisiones, respecto a ti, nunca sirven de nada, porque mi cabeza y mi cuerpo hacen siempre lo que quieren. Fue por la noche. Ya te lo dije, por las noches siempre pasa lo peor. Y después de que pasara me sentí mal. No mal de ponerme a llorar, mal de que estoy aún peor de lo que me esperaba, de que estoy más enganchada a ti de lo que pensaba. Y que esto va a ser aún más difícil de lo que esperaba, si eso es posible...

jueves, 18 de noviembre de 2010

- Para ya.
- ¿Qué era eso que se tomaba el tio que salió en House para ser más tonto? Porque necesito una buena dosis de eso para que mi cerebro deje de pensar.
- El problema es que no quieres dejar de pensar en ello.
- El problema es que la tengo metida en esta jodida cabeza que no quiere dejarla ir.

Hazme sonreir.

Llegó a tu puerta, empapada por la lluvia, con el maquillaje corrido a causa de todas las lágrimas que había derramado, y sólo dijo dos palabras: Hazme sonreir.
Dime que lo intente. No te pido que me asegures que va a funcionar, sólo te pido que me des esperanza, saber que llevar a cabo toda las locuras que se me ocurren no lo empeorarán (si es que puede ir peor). Sólo quiero saber que deseas que lo intente, que tú tambien quieres que funcione, aunque la posibilidad sea una entre un millón. Por favor, déjame intentarlo.
- Finjamos por un momento que él no existe. ¿Volverías conmigo?
- Sí.
- No lo entiendo.
- El problema es que existe, y no lo puedo echar de mi cabeza.
- Pero no está aquí, no quiere saber nada de ti, es como si no existiera.
- Aún me queda el "Y si..."

miércoles, 17 de noviembre de 2010

Era uno de esos cortos momentos de silencio. Cortos, pero numerosos. Ella está en su mundo, como siempre, ese mundo en el que él deseaba entrar. Pero nunca la presionaba, se dedicaba a remover su café, a la espera de que ella volviera a la realidad.
- ¿Por qué siempre quedamos en este bar?
- No sé, me gusta, se está a gusto. ¿Por qué?
- Sólo estaba pensando...
Él sonrió, no llegó a reir, sabía que a ella no le gustaría. Era consciente de que jamás seguiría el hilo de sus pensamientos, aún así, lo intentó.
- Tú siempre estás pensando, y casi nunca son cosas buenas. ¿Qué piensas esta vez?
- Estaba pensando en que este es nuestro bar. Pero luego he caido en la cuenta de que seguramente es tu bar y el de tus múltiples conquistas.
- Estás un poco obsesionada con mis conquistas, al final vas a estar más enamorada de mí de lo que crees.
Ella negó con la cabeza. Cogió el sobre de azúcar y lo vertió en el café de él, como siempre hacía. Revolvió lentamente el oscuro líquido con la pequeña cucharilla mientras él la dejaba hacer.
- Más quisieras.
Parecía que el café la había atrapado por completo, como si observar cómo los granos de azúcar endulzaban la bebida fuera lo más importante en ese momento. En cambio, él sólo la obsercaba a ella.
- Aquí sólo te traigo a ti.
Era una buena manera para acaparar su atención. Ella dejó quieta la mano y volvió a mirarle. La curiosidad era palpable en sus ojos.
- ¿Puedo preguntar por qué?
- Puedes...
- Vale, no te hagas el gracioso.
- Bueno, este es un buen sitio para hablar. Con mis múltiples conquistas lo que menos busco es hablar.
A pesar de que a él le pareció divertido, a ella no le hizo ninguna gracia. Él había conseguido que sintiera celos, pero ella no quería sentirlos.
- Vaya, no sé si alegrarme o no...
Él sonrió con suficiencia.
- Yo me alegraría..
- ¿Te alegras de que yo sólo quiera hablar contigo?
Ella también sabía dar donde dolía, y vaya si dolía.
- Si lo miras así, no me alegro. Pero la diferencia es que yo no quiero solo hablar contigo, quiero volver a enamorarte.
- Casi que prefiero que intentes llevarme a algún rincón oscuro.
- Tampoco me importaría... ¿Vamos?
- He dicho que lo intentes, no que vayas a conseguirlo. Anda, tómate el café y concéntrate en intentar ser mi amigo.
- Anoche, intentando dormir, tuve una revelación... pensé que era un poco como L, porque en verdad estoy aquí, como esperando a que R cambie de opinión...
- L tiene novia, no me quiere, solo quiere follar y tenerme ahí a su disposición para después mandarme a la mierda. Y tu a R la quieres y quieres estar con ella, otra cosa es que el que estés esperando sea un fallo.
- Entonces, lo mío es aún más triste...
- No, porque tú 'esperas' por amor, y él por subirse el ego y por un polvo. Es la diferencia.

martes, 16 de noviembre de 2010

¿Cómo puede ser un error la mejor decisión de mi vida y un acierto la peor?
Hoy, le doy gracias a la fiebre por hacerme delirar. Por hacerme creer que puede, quizás, tal vez, tú decidas volver. Venir a colocar tu mano en mi frente, mirarme con esos ojos que me lo curan todo, tumbarte conmigo en esta cama, sin miedo a que te contagie, y abrazarte a mí para que deje de tenr frio y me sienta mejor. Hoy no lo puedo soportar, y aún así doy gracias por haberte conocido, por saber que a 700 kilómetros de aquí hay alguien por quien yo lo habría dejado todo para cruzar el pais, poner una mano en su frente, tumbarme en su cama y abrazarla sin miedo a contagiarme.

domingo, 14 de noviembre de 2010

Es más fácil engañarse

Eso es lo que he sacado en claro de todo esto. Puede que sea más fácil pensar que no dejaste de quererme, pero te dio tanto miedo que preferiste engañarte. Es más fácil ignorar tus sentimientos. ¿Te resultó fácil creerte que ya no me querías? ¿Te resultó fácil creer que yo sólo jugaba a querer?

Es más fácil engañarse, pero siempre tuve una vena masoca que rechaza todo lo fácil. Así que yo no me engaño. No puedo fingir que no te quiero, no quiero fingir que te he olvidado.

Quiero decirte algo, pero no sé el qué. Quiero gritarle al mundo y que me oigas desde tu apartado refugio. Quiero atravesar la barrera, dios, como lo deseo. Quiero poder decirte lo que siento, lo que pienso, por qué lloro y por qué río. Quiero que vuelvas a ser tú la que me alegra la vida.

Y es que sigues siendo la que acelera mi corazón, aún sin estar, eres la única que mueve mi mundo.

viernes, 12 de noviembre de 2010

No te molestes. No hace falta que me digas que no hay esperanza, si yo ya lo sé. No sé por qué te empeñas en hundirme un poco más abajo cada vez. Joder, que no soy de piedra, y esas cosas duelen. Tú siempre tan altiva, con tus tacones y tu sonrisa. Y yo aquí, arrastrándome, con mi ropa llena de jirones mientras me pisoteas y me dejas destrozada. Te lo repito, eso no es necesario, sé que jamás volverás.
Vaya, he vuelto a llorar. Porque las lágrimas, al contrario que tú, parece que no se quieren ir.
Son... las tres de la mañana y no puedo dormir. ¿Sabes por qué? Porque es una de esas noches en las que, por mucho que lo intente, no puedo dejar de pensar en ti. Y pensar en ti me produce taquicardia.

Estaba pensando en Granada. ¿Te cuento un secreto? Desearía volver. Ya sabes, por eso de mi estúpida esperanza. Pensar que esta vez puede ser diferente. Pero sé que no sería así, y que volvería aún más jodida que la última vez (si consiguiera volver). Porque sé que tú volverías a decirme lo mismo. Sé que yo volvería a agotar hasta el último minuto finjiendo que hay esperanzas de que cambies de opinión.

Pero esta vez ya no podría finjir delante de los demás. No podría hablarles de lo bonita que es Granada y de todas las cosas que hay por ver. Cuando lo único que vi fueron las paredes de aquella triste habitación y los parque y calles que había de esa calle hasta la tuya. En realidad no llegué a la tuya, me faltó valentía. Una más de las cosas que faltaron.

Quisiera que esa estrella que marcamos como nuestra bajara a iluminarme el camino. Que me dijera qué es lo que tengo que hacer para que vuelvas a hablar conmigo. Necesito que me cures la taquicardia. Necesito que me calmes cuando no puedo dormir. Recuerdo que me dormía sólo con saber que tú estabas ahí, conmigo. Y ahora ya no estás. Y no quieres volver. Y no hay quien me cure la ansiedad.

No quiero serte infiel

- No lo entiendo, si te gusta, ¿por qué no vas a por él?
- Porque no quiero ser infiel.
- Se te olvida que te ha dejado.
- Lo sé. Pero tambien sé que si pasa algo con él, por mucho que me guste, yo quiero a otra persona. Mi corazón está saliendo con otra persona.
- Puede que te ayude a olvidar a esa persona...
- ¿Sabes lo que imagino ccuando pienso en hacer algo con él? Pienso que después de besarnos, enrrollarnos... lo que sea, en cuanto yo me quede sola voy a echarme a llorar. Voy a echarme a llorar porque lo que acabaría de hacer no está bien, porque esa no es la persona con la que yo quiero estar. Porque le habría sido infiel a mi corazón.

jueves, 11 de noviembre de 2010

- Esta vez me ha costado asociar ideas. No sé si lo estoy superando o que me estoy volviendo tonta.
- O un poco de las dos...
- Quien sabe, me voy a leer y a llorar un rato, que no se diga que no intento luchar contra el cambio.

miércoles, 10 de noviembre de 2010

Lo que he recordado hoy (2)

Hoy he recordado que me acuerdo de ti siempre que llueve... Menos mal que "en Santander no llueve tanto".
- Estás empeñada en sufrir...
- Sí, claro, mírame, estoy dando saltos de alegría por estar tan jodida.
- Podrías poner un poco de tu parte.
- Ya lo hago, salgo, voy a clase, hago viajes, quedo con amigos... Hago todo lo que puedo por no quedarme en casa rallandome la cabeza.
- Sí, sales, quedas con gente... y te pones a escribir en ese estúpido cuaderno tuyo.
- Es una forma de desahogarme...
- No, es una forma de revolcarte en la mierda.
- Vale, hagamos un trato, yo dejo ese cuaderno en casa y tú dejas de ser tan pesado.

Lo que he recordado hoy

Hoy he recordado cómo el último de aquellos horribles tres días en los que finjimos no ser lo que en realidad éramos, me puse celosa al ver que tardabas en contestarme por msn porque "estabas haciendo otras cosas". He recordado cómo en mi cabeza esas otras cosas eran hablar con otro chico que te entretenía con sus palabras haciendo que te olvidaras de mí. Y lo que no sabía es que estabas igual que yo, recordando todos esos momentos en los que no fingíamos, en los que podía decirte te quiero, en los que no tenía que inventarme excusas para mandarte un sms, en los que no tenía que morderme la lengua y atarme las manos, en los que no sólo había amistad entre nosotros...

Nunca pensé que mis celos pudieran llegar a tanto... Y tampoco pensé que me alegraría tanto de que me tuvieras en un segundo plano. Porque es mucho mejor que estés con mi yo real en el pasado, que con mi yo fingido en el presente. Me alegro de que dejáramos de fingir y diéramos rienda suelta a nuestra realidad.
- Yo dudo que sienta algo tan bonito otra vez...
- Lo sentirás, tú piensa que has vivido 21 años y en teoría tienes que pasar esos años unas tres veces más...
- Ya... pero esto ha sido algo diferente. Sé que suena a típico. Pero no es lo mismo conocer a alguien como se conoce normalmente, en pan: le veo, me gusta, hablamos y tal... que hablar con una persona con la que de ninguna manera se te pasa por la mente que vaya a pasar algo y que sólo hablando con esa persona, te llegue tan adentro que te olvides de todo lo demás.
- Yo tambien me he enamorado de alguien pensando que no iba a llegar a tanto, sólo un lio más... aunque algo me decía que no...
- Ya, pero tenías la opción de que llegara a más... yo no tuve esa opción hasta que me di cuenta de que ya estaba enamorada. Y hasta cuando todo estaba en nuestra contra y decidimos que lo mejor era olvidarnos, pasaron sólo tres días antes de darnos cuenta de que pasara lo que pasara estábamos enganchadísimos y no podíamos dejarlo.
- A ver, es complicado y distinto. De hecho, yo tengo una opinión que no te gustaría de ese tipo de relaciones, pero intento entenderlo... y si no quieres otra relación así... con el tiempo, tendrás otra que no será tan peculiar, pero sí diferente a esa y a las que vengan después- Y tendrás más momentos "en persona" y demás que eso tambien es super bonito..
- Ya, sé que tendré relaciones mejores en ese sentido, pero tambien sé que nunca estaré tan segura de lo que siento por una persona.
- Volverás a querer y a enamorarte, y cuando hay amor, siempre se está segura..
- Puede que me enamore y sea genial y todo eso... pero será distinto...
- Cuesta aceptarlo... el hacerte mil ideas y creer que era para siempre y luego...
- Creo que no llegué a pensar que sería para siempre.
- Pero supongo que te hubiese gustado...
- Eso sí, pero lo que más pena me da es que haya acabado como ha acabado...

martes, 9 de noviembre de 2010

- Se me ocurren muchas cosas, solo que ya no tengo esperanzas de que algo funcione.
- Lo que hiciste con el viaje fue muchisimo más de lo que la mayoría de la gente haría y no lo valoró. Nadie volverá a hacer algo así por ella, solo que aún no lo sabe.
- Pues que yo con lo poco que se de vuestra historia..porque en realidad se poco, tengo tres "teorías"
1.distancia
2.que estabais ya muy quemados y no te perdonó y se fue enfriando todo
3. otra persona...

- Ufff no me digas la tercera opcion que me matas...

domingo, 7 de noviembre de 2010

Quiero que nuestros sueños vuelvan a ser los mismos.
Quiero hacerte reir siempre que estés al borde de una crisis.
Quiero tener que salir corriendo porque me necesitas.
Quiero pedirte perdón por tonterías y que me llames tonta cuando lo hago.
Quiero perder horas de sueños y ganar horas de felicidad.
Quiero que me despiertes cada mañana, aunque signifique tener que madrugar.
Quiero que desayunemos juntas a kilómetros de distancia.
Quiero coger un autobús y pasar las horas deseando llegar a mi destino.
Quiero tener que aguantar largas colas y pelearme con correos.
Quiero que te des cuenta de que me pasa algo por mucho que intente esconder que te hecho de menos.
Quiero decirte que te quiero, por escrito, hablado, en mi mente y con fuegos artificiales.
Quiero que me digas que me quieres para que me olvide de todo.

viernes, 5 de noviembre de 2010

¿Por qué ya no puedo hacer que vuelvas poniendote ojitos? Puede que la respuesta sea que no estás aquí para ver cómo lo hago. Cuando piensas que la distancia no puede hacerse más grande, llega la vida y te sorprende.

Hoy desearía volver a conocerte, como el primer día, borrar todo lo que hemos vivido y empezar de cero. No me gustaría olvidarme de todo lo bueno, pero si hacemos borrón y cuenta nueva, puede que no lo eche de menos como ahora, y tendría la oportunidad de hacer que todo fuera distinto.

He estado repasando el inicio de nuestra relación, sé que te eché de menos desde el primer día, y ahora sé que te quise mucho antes de reconocerlo. Y fíjate, más de un año y medio después, sigo echándote de menos y sigo queriéndote más de lo que reconozco.

jueves, 4 de noviembre de 2010

- Deja de intentar cogerme la mano mientras paseamos - ella apartó la mano que intentaba atrapar la suya- No me gustaría tener que llevar las manos siempre metidas en los bolsillos...
- Qué bordes estamos hoy, ¿no? Ni que te la fuera a robar - él metió sus manos en sus vaqueros, puede que para evitar la tentación.
- Es culpa de la luna llena. - Esa es la excusa más sencilla, así no tendría que explicar el verdadero motivo del mal humor, algo que él no quería escuchar.
- Se me olvidaba que eres como los lobos, que con la luna te salen las uñas. - Siempre tenía que sacar a la luz ese tonito tan molesto.
- Exacto, así que por eso es mejor que no me agarres la mano.- Si él quería guerra, con ella lo tenía muy fácil.
- Mira, tengo que reconocer que ahí has estado rápida.- Tenía dos opciones:reisgnarse a ser su amigo, o seguir intentando traspasar la línea que ella había marcado. Él no entendía por qué, si había elegido la primera opción, siempre acababan discutiendo porque estaba intentado conseguir la segunda.
- Es cosa de mis genes lobunos - ella se encogió de hombros y siguieron paseando. Por qué discutir por algo que no llegaba a ningún sitio. Nunca.

Te echo de menos...

Eso es todo lo que tengo para decir hoy...

PD: Ayer fue día 3.

martes, 2 de noviembre de 2010

Dicen que tres gotas me ayudaran a estar mejor. Que me ayudaran a dejar de ahogarme cada vez que pienso en ti. Quien sabe... Pero ya ni siquiera puedo ir a un baño y que no pase algo que me recuerde a ti.

Lo peor de todo es que quiero que siga siendo así. Quiero recordarte cada día, cada segundo, cada momento. No me importa que duela, porque me gusta que sigas ahí. Because I love the way it hurts.

domingo, 31 de octubre de 2010

Quiero hacerme pequeñita

Hoy es uno de esos días en los que quiero hacerme pequeñita hasta desaparecer. Estoy cansada de echarte de menos. Sé que lo digo muy a menudo, pero de verdad cansa. Física y psicologicamente. Buscarte en cualquier lugar al que vaya y saber que no voy a encontrarte. No puedo quedarme sola y no pensar en ti. Incluso cuando estoy con alguien me pierdo pensando en ti. Creo que los demás empiezan a cansarse tambien. Yo estoy cansada de mí misma. Pero es lo que hay, aunque pasan los meses tú sigues en mi cabeza. Chica, no sé cómo lo has logrado.

sábado, 30 de octubre de 2010

He soñado contigo. Volvías y me decías que te habías equivocado, que quizá no había sido buena idea cortar de forma tan abrupta. Ha sido un sueño muy real. Yo te pedía un abrazo y cerraba los ojos. No quería abrirlos por miedo a que fuera un sueño. Y por desgracia, así ha sido.

Nunca pensé que un sueño tan bonito se convirtiera en una pesadilla.

viernes, 29 de octubre de 2010

Silencio por favor...

... se está formando una tormenta.
¿Es posible que dos personas se amen tanto, y no sea suficiente?

jueves, 28 de octubre de 2010

Él seguía tirado en la cama, sólo la sábana cubría su cuerpo moreno gracias a las horas de sol. Ella pensaba que él dormía, aprovechaba para escribir lo que había en su mente, convertido en historias irreales de personajes anónimos que tienen la suerte de no sentir. Él la observaba, disfrutaba de la imagen de sus piernas desnudas encogidas sobre el sofá en el que siempre se sentaba. Ella sintió su mirada y cerró el cuaderno con un suspiro.
- Desearía no escribir líneas tristes.
- A mí nunca me escribiste.
- Que no lo vieras no significa que no escribiera sobre ti. - Dejó el cuaderno sobre la mesa y se acercó, contoneándose sin darse cuenta, sin pretenderlo. Se sentó al borde de la cama y le dedicó una sonrisa, que desde hace tiempo siempre era triste. A él pareció bastarle, porque respondió con otra.
- ¿Escribiste sobre mí? - No estaba claro si sentía miedo o le hacía gracia, pero parecía realmente interesado.
- Muchas cosas. Cosas buenas, cosas malas... Todo dependía de lo que estuviera pasando entre nosotros.
- Y ahora, ¿estabas escribiendo sobre mí? - No le hacía gracia que le dedicara sus textos tristes, pero menos gracia le hacía que se los dedicara a otro.
- Eso es un secreto - susurró ella mientras paseaba la mano por el torso desnudo del que le acompañaba en la cama. Él supo enseguida lo que pretendía, y lo que eso significaba. Sabía que ya no era él el centro de su vida, y eso le dolía. Apartó su mano y se alejó de ella, girando hasta darle la espalda. Ella sabía que estaba dolido y que nada que le dijera ahora iba a cambiarlo. Regresó a su asiento y abrió de nuevo el cuaderno. Y siguió escribiendo, líneas aún más tristes.
Lágrimas en una escalera. Luces de neón. Fiesta. Música. Alcohol. Y yo echándote de menos. Gente. Risas. Bromas. Y yo llorando en una escalera. Si eso es lo que me espera, voy lista.
- ¿Qué te pasa? Parece como si te faltara el aire.

- Sólo estoy cansada...

- ¿De qué? Llevas todo el día sin hacer nada.

- De sobrevivir...

- Ya estamos.

- ¿Acaso te obligo a seguir aquí? Creo que no te he pedido que vinieras.

- Lo sé, pero tengo la pequeña esperanza de que algún día me pidas que me quede.

- Si lo hiciera no sería por el mismo motivo por el que quieres quedarte.

- Quien sabe... No conoces mis motivos.

- Quédate...

- ¿Por qué?

- Porque me siento sola.

- ¿Eso significa que te daría igual mi compañía que la de cualquier otra persona?

- No... Sabes que no es así.

- Entonces, significa que quieres la compañía de esa persona y te conformas con la mía.

- ¿Qué quieres que diga?

- Dime que te importo, que quieres que me quede, porque me quieres. O dime que me vaya, que ya no pinto nada aquí, que no te importo. No puedes tenerlo todo. No puedes tenerme aquí siempre.

- Lo siento. Estoy siendo egoista. Pero no puedo decirte que te quiero, y tampoco puedo decirte que no te necesito. Puedes marcharte cuando quieras.

- Joder, ¿por qué tienes que ser tan cabezota? Yo estoy aquí, él no. Eso debería contar.

- El problema es que cuando él no está, me falta el aire, cuando no estás tú... nada cambia.

- Tengo que irme.

- Lo sé.

- No voy a volver.

- Lo entiendo.

- Pídeme que me quede.

- Para. No te hagas esto a ti mismo. No dejes que te haga esto.

- Al parecer soy un idiota que se arrastra por alguien que pasa de mí.

- No te hará sentir mejor, pero sé lo que se siente.

miércoles, 27 de octubre de 2010

Siempre me despertaba para que le devolviera un poco de manta. Es lo que más recuerdo de él. Sus mordiscos en mi nuca, mi cuello, susurrandome que tenía frio, la culpa era mío, y tenía que calentarle. Esas eran las mejores noches. Al final yo tiraba de la manta a proposito y él deseaba que lo hiciera.

Luego por las mañanas ya no había ni frio, ni calor. Ese era nuestro problema, las mañanas. Él siempre con su café, su periódico y sus prisas. Yo sin Cola Cao, con los pies sobre la silla, mirándole, esperando una mirada. Llegué a odiar las noticias. Deseé vivir en un mundo en el que nunca pasara nada. Aburrido. Puede que así mis mañanas lo fueran menos. Que él se sentara a tomar su café, y que sus ojos se posaran en mí en vez de en aquél frio papel. Quizá así habría visto las lágrimas en mis mejillas poco antes de que todo acabara.

Si me hubiera prestado la más mínima atención antes de salir hacia el trabajo puede que yo siguiera allí. Después me reconoció que había mañanas en las que pensaba que al bajar el periódico yo estaría allí. Es gracioso, cuando estaba ni siquiera bajaba el periódico. Y las noches no compensaban eso.
Creo que por fin entiendo cual fue mi error (aparte del obvio, por supuesto). Creo que me centré tanto en lo malo que perdí lo bueno. Pero me doy cuenta ahora. No debí centrarme en las horas que no estabas, y hacerte disfrutar las que sí compartíamos. Creo que podría haber hecho que las cosas fueran distintas. Puede que me hubieras querido. Puede que me hubieras dejado seguir formando parte de ti.

martes, 26 de octubre de 2010

Este es uno de esos mensajes que no quieres leer (y que al parecer tampoco soy capaz de mandarte, así que ya no tienes que preocuparte por eso. Creo que cuando te vas de viaje dos finas de semana con tus amigos, y en los dos terminas llorando, hay algo que no va bien. Creo que he cruzado una línea que llevaba tiempo bordeando, pero que ahora me ha atraido con demasiada fuerza y he llegado a desbordar. Acabo de llegar a la conclusión de que no se trata del hecho de quererte o no, o de que tú me quieras. Creo que todo es culpa de la conexión. Es una conexión que no tengo ni he tenido con nadie. Y antes lo echaba en falta, lo pasaba mal, pero no hasta este punto, porque no puedes echar en falta algo que nunca has tenido, no? Y ahora me siento sola sin esa conexión, sin ti, y me acuerdo a cada segundo de que me faltas. Me falta alguien con quien compartir, con quien confiar, a quien contarle todo, cada uno de mis secretos que tanto me ha costado guardar. Y ahora que no estás, y necesito esa conexión, no la encuentro. Y lo he intentado, primero con mi madre,pero no fui capaz, y hace apenas cinco minutos con la persona a la que más cosas le he contado últimamente, pero me he arrepentido de haber abierto una simple y pequeña rendija que he vuelto a cerrar. Así seguiré aquí, guardandomelo todo para mí a la espera de que quizás algún día vuelvas, porque creo que es mi única esperanza.

viernes, 22 de octubre de 2010

- Creo que tengo problemas de ansiedad.
- Lo sé, estaba esperando a que te dieras cuenta.

jueves, 21 de octubre de 2010

- Qué fácil sería si resbalara y cayera al mar. Las olas y las rocas terminarían conmigo en un segundo.- Decir esto mientras paseas por un acantilado no suele ser buen presagio, nunca.
- No digas tonterías anda... -Qué facíl es decirlo para él, no lo entiende.
- ¿Tonterías? - Tonterías... - Tontería es pasar la vida sin poder hablar. Tontería es salir corriendo para que no te vean llorar. Tontería es no poder respirar por culpa de la ansiendad. Esto sólo sería... tropezar. - Qué pocas ganas tengo de volverme a levantar.
- Tonterías... - Chico, no lo entiendes - ¿Vas a hacer que te ate para no tener que saltar a salvarte? - No te das cuenta de que tú no puedes hacerlo.
- Sabes que no voy a saltar - Ni siquiera soy capaz de eso. - Sólo quiero tropezar.
- Anda, aléjate de ahí, no vayas a tropezar de verdad.- Más quisiera.
- Qué fácil sería... - ¿Cuánto dolería? ¿Más de lo que duele ahora? Pero no soy tan valiente. Ni siquiera cuando intenté serlo conseguí serlo de todo.
- ¿Puedes decirme en qué narices estás pensando? - Tú siempre queriendo entrar en mi cabeza.
- He dejado las cosas a medias.. -sin darme cuenta.
- Imagino de lo que estás hablando - Estás fuera de mi cabeza, pero me conoces... - Y tú hiciste todo lo que estuvo en tu mano, fuiste, no salió bien, fin - ¿Fin? Eso se suponía. Odio que la realidad esté en mi contra.
- Sé que no hice todo lo que pude... -¿sabes que me quedé a dos calles de su casa? - No me atreví a más, no fui valiente.- Ni esta vez ni ninguna de las anteriores - Creo que eso es lo que falla. Me falta valentía. Dejé que las cosas fueran, y por desgracia, eso lo estropeó todo. - Conténtate, me falta valentía, no saltaré.

miércoles, 20 de octubre de 2010

Siento decirte que no soy tan fuerte.

sábado, 16 de octubre de 2010

¿Por qué cuando se supone que tengo que estar mejor es cuando me acuerdo de ti y lloro?? Creo que es porque me encantaría contarte todo lo que me pasa y que lo disfrutaras conmigo. Echo de menos escuchar tu voz. Mucho. Más de lo que me imaginaba. Echo de menos tus risas y todas nuestras tonterías... En resumen, te echo de menos a ti. Te echo de menos a ti, conmigo..

jueves, 14 de octubre de 2010

No quiero pensar en lo que fue y no pudo ser, pero es tremendamente difícil. Si cada cosa que sucede a mi alrededor activa una parte de mi cabeza que la relaciona contigo. Sólo entrar en mi cuarto cada noche es una odisea que me cuesta llevar a cabo. Porque estás en él, siempre estarás en él. y a la vez hay un vacío con el que no puedo. Dame fuerzas... o algo más.

domingo, 10 de octubre de 2010

¿Por qué sigo necesitando tenerte? ¿Por qué siento que cuando todo va mal sólo tú puedes hacerme sonreir? ¿Qué voy a hacer ahora que no estás? ¿Cómo voy a sobrevivir sin ti? ¿Por qué no estás? ¿Por qué te necesito tanto? ¿Por qué quiero dejarlo todo por ti? ¿Por qué no me dejas estar a tu lado? ¿Por qué sigo queriendote? ¿Por qué sigo soñando que me quieres? ¿Por qué sigo teniendo esperanza? ¿Por qué no puedo avanzar? ¿Por qué no quiero avanzar? ¿Por qué cada noche pienso en ti? ¿Por qué te escribo tantos mensajes que no llego a mandar? ¿Por qué tú no me escribes ninguno? ¿Por qué ya no me quieres?

jueves, 7 de octubre de 2010

Siempre odié los finales abiertos, que al final las cosas no terminaran de verdad, que todo quedara inconcluso para que tú decidieras qué era lo que pasaba después. A mí me gustaba que me dijeran qué había pasado, cómo terminaba la historia, que todo quedara atado y cerrado. Punto y final.

Y ahora, que el final de esta historia ha llegado y tú has escrito con duras palabras el final (imperfecto a mi parecer), he aprendido a apreciarlos. Siento que tu estilo de escribir sea este, que hayas acabado con la última esperanza de cada personaje, que tus finales sean cerrados.

Pero la magia de las letras es inimaginable. Porque tu punto y final ha pasado a punto y a parte en mi mente, y desearía que esta historia no terminara de escribirse jamás.

martes, 5 de octubre de 2010

Te echo de menos. Y ahora sé que es para siempre. Y eso es difícil de superar...

lunes, 4 de octubre de 2010

Voy a poner una denuncia, me estás acosando, no te alejas de mí ni cuando creo que he acabado contigo. Maldita esperanza, por qué eres invencible?
Si cambias de opinión, yo siempre estaré aquí.

jueves, 30 de septiembre de 2010

"no te preocupes por mí...
Yo me asusto si te rompes una uña.."
"Siento la necesidad de darte un abrazo muy muy muy fuerte... voy a terminar abrazando el ordenador.."

miércoles, 29 de septiembre de 2010

Me falta el aire y me faltas tú...
Echo más de menos tus palabras que el aire fresco.
Sus pies, aún sobre aquella arena desconocida, pisaban con la misma fuerza que habían ejercido durante el largo camino. Ella no sabía a dónde la llevaban, sólo confíaba en que terminaría en el lugar que buscaba. Podía sentir como cada diminuto grano de arena rozaba su piel llevando diferentes e infinitas direcciones. Para ella así era la vida, una sucesión de direcciones entre las que elegir para llegar al punto final. Solo que se había cansado de elegir, de elegir mal. Sentía que cada una de las direcciones que había tomado habían sido las correctas, pero por qué, después de haberlo tenido todo, acababa de quedarse sin nada. Recordó su todo, mientras sus pies acariciaban las gélidas aguas del mar que se extendía frente a ella. Miró al frente y vio el rostro de la persona que había sido todo para ella. Pero no estaba allí realmente, ya no estaba. Dio otro paso, y otro más, cuanto más se sumergía más tranquila se sentía. Siguió hacia delante, ya no había marcha atrás, ya no quería volver atrás.
Mi sueño es cruzarme contigo por la calle, que me mires y me sonrías. No me hacen falta palabras, no quiero explicaciones. Que no me veas a mí, que veas a mi dolorido corazón y quieras cruzar la carretera para curarle con tus abrazos. No me importa que ese momento tenga que tener un final, lo que importa es que no sea definitivo. Puedo esperar. Sólo dime que sí.

martes, 28 de septiembre de 2010

No he podido...

"- ¿Qué pensabas?
- No sé explicarme...
- Inténtalo...
- Lo extraño que es... Pensaba en que... cuando esto acabe, no te voy a poder olvidar...
- Yo a ti tampoco..."
Podría escribirte todo lo que siento, utilizaría tu cuerpo como papel y mis dedos repartirían la tinta. Recorrería tu cuerpo una y otra vez, porque la primera no sería suficiente. Las letra empezarían a superponerse, mis sentimientos se mezclarían sobre tu suave piel. La confusión de mi mente se plasmaría en tu cuerpo. Sólo espero que tú lo entiendas. Y que me digas que sí.

lunes, 27 de septiembre de 2010

Esto no se acaba nunca...
...y creo que es culpa mía por no querer que se acabe.

La palabra fin duele demasiado.

sábado, 25 de septiembre de 2010

Tú y yo
¿Qué opinas?

miércoles, 22 de septiembre de 2010

Decidido, me dejo la cabeza en casa...
"Lloro son como mínimo dos o tres lágrimas; una es sólo pena"

sábado, 18 de septiembre de 2010

Si pudiera volver a nacer...

viernes, 17 de septiembre de 2010

jueves, 16 de septiembre de 2010

- ¿De verdad vas a tomarte ese pedazo café?
- Vamos, no empieces con eso... Has conseguido que no tome café todos los días. Estamos en Sturbucks, déjame que disfrute un poco.
- Luego, cuando te entre el síndrome de abstinencia, yo no quiero saber nada.
- ¿No vas a estar conmigo?
- No vale poner ojitos de cordero degollado, sabes que no voy a dejarte sola... !Pero a mí no me besas con sabor a café!
- ¿Serías capaz de negarme un beso?
- Eres una tramposa, ¿lo sabes, no?
- Sí, pero me quieres.
- Por desgracia...
- ¡Oye!
- Vale, vale... Te quiero...
- Eso está mejor. Y ahora... ¡ayúdame a esconder la taza!
- ¿Otra vez con eso? ¿No puedes dejar tu vena de cleptómana en casa?
- Jo, no me digas eso...
- ¿sabes que me he vuelto una blanda capaz de robar por ti?
- ¿Y lo bien que va a quedar que las dos desayunemos en estas tazas?
- Vale, hacemos un trato. Nos llevamos la taza, duermo en tu casa y desyunamos juntas. Así tú tomas café y robas, y yo puedo recibir algo más de mi vicio: tú.

lunes, 13 de septiembre de 2010

jueves, 9 de septiembre de 2010

No es bueno darle tantas vueltas a una cosa...
y aún así...
sigo y sigo con ello.

miércoles, 8 de septiembre de 2010

Nunca entenderé...

...qué fue lo que nos pasó.

martes, 7 de septiembre de 2010

Echo de menos oir tu voz...

lunes, 6 de septiembre de 2010

Estoy cansada de tenerte todo el día en la cabeza. Es demasiado trabajo convencerme a mí misma de que tengo que olvidarte. Me cuesta concentrarme en cualquier cosa, siempre termino pensando en ti, o en algo relacionado contigo. Aunque eso es fácil, porque todo lo relaciono contigo, cualquier anécdota, cualquier canción, cualquier programa de televisión.

Es increible que sintiendo lo que siento, tú no seas capaz de verlo. Creo que te ha costado mucho convencerte a ti misma de lo que dices. O al menos, espero que haya sido así. Me gustaría gritarte, desahogarme, decirte lo que pienso sobre todo lo que está pasando. Gritarte que estás ciega y que no ves la realidad, porque no quieres verla. Me encantaría lograr que cambiaras de opinión. Sé que es difícil, de hecho, lo he dado por imposible, pero ya sabes que mi estúpido corazón sigue dando guerra. Se le ocurren montones de ideas descabelladas, que mi cabeza enseguida rechaza, creyendo que nunca las llevará a cabo, pero de vez en cuando, se escapan por las rendias que hay en mi coraza. Y me veo, me veo contigo, demostrándote que no tienes razón. Y te veo reconociendo que estás equivocada. Contenta porque todo eso que odiabas que fuera cierto, en realidad no lo es.

Pero luego vuelvo a ver la realidad me doy cuenta de que aún me faltas y caigo aún más abajo. No sé cuánto más puedo llegar a caer. Pero sé que sólo tú puedes salvarme.

Ya estoy otra vez... imaginando que me salvas. No puedo seguir así, pero el caso es que tampoco puedo cambiar. Me quedaré aquí, encerrada en mi pseudorrealidad, esperando a que mi princesa venga a darme el beso que me despierte.

domingo, 5 de septiembre de 2010

Estoy de mal humor con todo el mundo. Y lo peor no es eso, lo peor es que sólo pienso en contártelo a ti. Esto es una mierda, estar tan jodida porque se supone que no me importa. La ironía es muy grande.

Anoché soñé que te hacía tortitas para desayunar. Ya ves, esas son las tontería que se me quedan en la cabeza. Nuestras tonterías. Y lo peor es que no puedo sacarlas de ahí. No, mentira, lo peor es que no quiero sacarlas.

sábado, 4 de septiembre de 2010

No sé por qué, de un tiempo para acá, creo que el destino está intentando ayudarme, y estoy segura que desde fuera, parece que lo está consiguiendo. Incluso esa decisión que me está costando tanto tomar va a quedar en manos del destino. El problema es que la dirección que está tomando el asunto no es la que mi corazón quiere, aunque mi cabeza está muy contenta. Es la opción más segura, la que menos va a doler. Pero yo debo ser masoca, y mi estúpido corazón no va a dejarme tranquila. El tiempo dirá lo que el destino decide ¿Acataré sus órdenes? Sé que mi vena rebelde sigue ahí, quien sabe...

viernes, 3 de septiembre de 2010

Siete

Porque aún sin estar, sigues doliendome...
Odio que, al despertar, mis primeros pensamientos sigan siendo para ti. Me gustaba cuando eran pensamientos alegres, felices, sin preocupaciones. Me hacía sentir bien que estuvieras conmigo cada segundo del día, no me preocupaba pasar el día pensando en ti, porque era lo único que quería hacer. Pero ahora me preocupa, porque pasan los días y sigo sin poder sacarte de la cabeza, y los pensamientos no son bonitos, son tristes, duelen y están dirigidos a mantener esa estúpida esperanza de la que no soy capaz de librarme. Me gustaría saber cómo borrar todo este verano y poder inventarme un motivo para tu desaparición, un motivo que entienda y no me parta en dos. Imaginar que en realidad te has cansado de esta situación, que aún me quieres pero que no soportas la distancia, que esto es lo mejor para todos. Cómo me gustaría poder engañarme. Hay momentos en los que creo que lo he conseguido, pero la realidad vuelve y me golpea más fuerte que antes. Y, sinceramente, es un asco.

jueves, 2 de septiembre de 2010

Estiraré una toalla junto a la mia, como si esperara que fueras a aparecer a tumbarte a tu lado. Porque, joder, si mentirse es tan fácil, que nadie diga que no lo intenté.

miércoles, 1 de septiembre de 2010

Todo llega a su fin, pero para mí no ha terminado. Me alegra que hayas logrado creerte una mentira tan grande como para conseguir que lo olvides todo. Me gustaría haber tenido esa suerte, conseguir creerme que es mejor olvidarme de todo porque no mereces la pena. Pero a pesar de todo, sé que sí que la mereces. Porque por muchos motivos que busque en mi cabeza para odiarte, sé que no soy capaz de hacerlo.

No entiendo qué es lo que te ha llevado a la conclusión que has sacado. De verdad que no lo entiendo. En mi cabeza había barajado decenas de motivos que te alejarían de mí. Sabía que había una enorme probabilidad de que ya no confiaras en mí, pero nunca se me pasó por la cabeza que duraras de lo que he sentido por ti durante este año y medio. Si hablaras con la gente que me rodea te contarían las noches que he pasado llorando porque no sabía cómo arreglar las cosas sin perderte y no soportaba seguir haciéndote daño. Sólo podía pensar en separarme de ti, pero era muy difícil y tú tampoco ayudabas con ese empeño porque me quedara contigo. También te contarían todas las cosas que me he perdido porque tenía la necesidad de hablar contigo un poquito más. Te reñirían por la brasa que les he dado contándoles que apenas me hablabas, que no entendía lo que estaba pasando y que no sabía qué hacer para arreglarlo. No sabes la de veces que me dijeron que me hiciera la dura y no diera señales para que fueras tú quien moviera ficha. Pero yo siempre me rendía, siempre caía. Era tal mi necesidad de hablar contigo que siempre caía, me rebajaba a ser siempre yo la que suplicara por tu atención. Pero cada día esas atenciones eran cada vez más distantes y yo siempre terminaba llorando sin entender qué había pasado para que te comportaras así conmigo. Y ahora lo entiendo, aunque no entiendo cómo ha pasado.

No entiendo cómo en tu cabeza todo este año y medio se ha distorsionado tanto como para que pienses lo que piensas. No sé cómo has podido olvidar todo lo que hemos compartido, todo lo que te he dado. Y no me refiero a las cosas materiales, esas nunca me importaron. Me refierdo a la confianza, a todo lo que te he contado a ti y que no le he contado a nadie. Nunca he tenido una amiga a la que contárselo todo, una amiga en la que confiara tanto como para dejar que viera todo lo que soy. Incluso ahora, que necesito desesperadamente alguien en quien apoyarme sólo soy capaz de enseñar una pequeña capa de lo que estoy sintiendo en realidad. Voy repartiendo mis dudas para que nadie tenga una visión completa de como estoy ahora mismo. Y la única persona a la que le daría toda mi confianza cree que todo ha sido un juego.

Si esto era un juego, siento que he salido perdiendo. Me encantaría que tuvieras razón, que esto hubiera sido sólo una broma de mal gusto, para que, ahora que todo ha terminado, pudiera volver a mi vida de siempre sin pensar cada segundo que al otro lado del pais hay una persona que es perfecta para mí pero que piensa que soy capaz de jugar a querer durante un año y medio sin sentir nada.

martes, 31 de agosto de 2010

Paso por un estado de ánimo distinto cada minuo... Es lo que pasa cuando tu cabeza no deja de dar vueltas, en medio de montón de emociones que me da rabia sentir.

lunes, 30 de agosto de 2010

- Nunca te había visto así...
- Nunca me había sentido así.... Lo jodido es cuando llegas a un punto en el que sabes que no hay esperanza, pero te descubres buscando soluciones porque tu estúpido corazón sigue esperanzado.

domingo, 29 de agosto de 2010

Seis
Pero que sepas que te equivocas...

sábado, 28 de agosto de 2010

200 r.p.m

Y yo sólo quiero una...

viernes, 27 de agosto de 2010

Estrelló el vaso contra la pared, y con ese sonido, confirmó que la vida era una mierda. No encontraba motivos para seguir comportándose como debía. ¿Por qué tenía que comportarse cuando debía si del resto de las (ni siquiera pueden llamarse personas) pseudopersonas que la rodeaban no se comportaba como esperaba de ellos. Era culpa suya, siempre esperaba demasiado de los demás, o al menos eso parecía. Aunque para ella no era demasiado. Se encendió un cigarrillo y lanzó la caja de cerillas sin preocuparse del trayecto que adquiría. ¿Acaso portarse como las personas civilizades, sin joder a nadie, era tan difícil? Echó el humo de su última calada y lanzó el cigarrillo con excelente precisión contra el alcohol que chorreaba por la pared. Prendió instantáneamente. ¿Qué le importaba a ella lo que pasara si ya había perdido la fe en el mundo? Observó como el fuego avanzaba lentamente, acabando con cada recuerdo que tanto había costado conseguir y que tanto necesitaba olvidar. Cuando el humo comenzó a entorpecer su respiración, salió, sin mirar atrás. Sabía que ella misma se estaba quemando junto a todo aquello, no importaba. Ya nada importaba.
He aprendido a no llorarte al cielo
A no buscarte en cada estrella
Pero con cada amanecer me ciego
Y recuerdo... solo recuerdo...

"Leyendo el manual de los olvidos..."

jueves, 26 de agosto de 2010

"Empino la botella mientras miro las estrellas, y pienso,
no te fies nunca ni de ellos ni de ellas."
No tengo ganas de seguir jugando
pero me da miedo perder
muevo mis fichas por el tablero
pero no consigo derribar al rey.
Mis fichas han perdido el color
ya no sé si soy blancas o negras
si voy hacia delante o hacia atrás
quién es el alfil y quién el peón.
Siento que jaque mate está a punto de llegar
no me veo con fuerza de aguantar mucho más
me esforzaré por llegar más lejos
conseguir tablas es a lo único a lo que aspiro.
Hablaba sin fuerza, sin ganas, con esa sonrisa que ya nunca llegaba a sus ojos. Él la miraba, siempre preocupado. Agarró su mano con suavidad, tras ese gesto, se hizo el silencio. Ambos se miraron, ella sintió el impulso de apartar la mano, el impulso de siempre, pero era consciente de que esta vez lo necesitaba. Una lágrima solitaria recorrió su mejilla. Ella bajó la mirada a sus manos entrelazadas, absorvida por un remolino de emociones que no quería experimentar. De pronto ese gesto significaba más de lo que ella se sentía capaz de afrontar. Liberó la mano con delicadeza, sin ser capaz de levantar la mirada.
- Sabes que no puede ser...
- Sólo me estoy portando como un amigo.
Ella volvió a mirarle.
- Puede que aquí parezcas un amigo - dijo mientras se apuntaba a la sien. Después trasladó la mano al corazón - pero aquí no lo eres.
Él se envalentonó con esa confesión.
- ¿Y por qué no haces caso a tu corazón?
- Porque por no hacer caso a mi cabeza, ahora estoy así.
- No tiene por qué ser igual.
- No tiene por qué ser distinto. - contraatacó ella.
- ¿Vas a vivir con ese miedo siempre?
- No lo sé - ella se recostó en la silla, suspirando - puede que alguien consiga que vuelva a ser valiente.
- Pero yo no soy ese alguien, ¿no? - estaba molesto, normal. Ya estaba cansado de ser rechazado una y otra vez por la misma persona.
- Lo siento, pero lo que yo necesito ahora es esto - esta vez fue ella la que entrelazó sus manos con las de él - si no puedes con eso, es mejor que lo dejemos aquí.
Él lo pensó un instante. Cuando separó una de sus manos, ella pensó que todo estaba perdido. Para su sorpresa, él recorrió el rastro que había dejado la lágrima por su mejilla. Ella sonrió y un pequeño brillo de esperanza apareció en sus ojos.

miércoles, 25 de agosto de 2010

Me escapo en el tren con destino: lejos.
Entiendo lo que eso significa y asumo las consecuencias.
Lo dejo todo, no me llevo nada.
Juro que volveré, solo cuando esté preparada.
¿Qué hacía ella? Siempre sentada en el mismo lugar, con el frio erizando su piel, imaginando esos brazos que hace tiempo la abrazaban, y reconfortaban cuando se sentía mal. Ese abrazo que repetía en su imaginación, noche, tarde y día. Año tras año. Olvidada en aquél rincón del mundo en el que se escondía de la felicidad. Pues sabía que ya no era para ella. Sabía que el frio era el que siempre estaría allí para abrazarla.

"No me jode por los sueños
me jode por los inviernos
que parecían primaveras"

martes, 24 de agosto de 2010

lunes, 23 de agosto de 2010

Cuatro

¿Quién dijo miedo?

Tengo que enfrentarme a mi reflejo de nuevo, volver a verme a mí, y no a la fachada triste que últimamente me representa. Buscar al fondo de mis pupilas la felicidad que ahora se esconde del mundo. Sé que estás ahí.
¿Qué ha sido eso? ¿Un brillo? No te escondas, que te he visto, no vas a volver a desaparecer...



"Porque soñar
ya no es bonito ni feo"

domingo, 22 de agosto de 2010

No te engañes. Nada ha terminado. No puedes recoger tus jirones y marcharte lejos a entretejer la tela con otro. Las costuras desgarradas no tienen fácil arreglo. Así que, señorita costurera, no olvides que fueron mis hilos los que formaron la prenda, nadie más logrará ver los místicos rayos que desprenden de ella. No olvides, pequeña costurera, que trabajaste día y noche, sin descanso, ni dedal, te pinchaste tantas veces que tu sangre se mezcló con mi magia. Sé que rechacé regalarte aquella máquina que tanto querías, nunca entendiste que los hilos con los que tan fino hilabas no soportarían tocar otra cosa que no fueran tus delicadas manos. Escucha atentamente, querida costurera, nadie te venderá jamás hilos como los que yo te regalaba, por el módico precio de una sonrisa. Señora costurera, no olvides que tus ropas ya no volverán a ser como antes eran, porque, como digo, mi dulce costurera, siempre sabrás que en alguna parte estoy yo, con los hilos que conseguían que tus ropas fueran maravillosas.
Hasta luego, señorita costurera, siempre hasta luego.

viernes, 20 de agosto de 2010

Autómata

Me he convertido en una autómata. Que dice las palabras sin sentirlas, que camina sin preguntarse hacia dónde le llevan sus pies. Qué fácil vivir así, sin pensar, sin sentir, sin sufrir. Simplemente viviendo. Cierto es que no volveré a sentir el viento sobre la cara, ni a disfrutar del reconfortante rayo de sol un día de verano cualquiera. Pero merece la pena si así evito sentir los agónicos latidos de mi desgarrado corazón. Algunos dirán que es una solución extrema, pero sólo yo sé que la situación lo requiere. No funcionaron las continuas borracheras ni las tardes llorando las penas. Ni el chocolate, ni siquiera el chocolate. Probé el refugio que ofrecían mi familia y mis amigos. Probé a esconderme en la soledad esperando la cicatrización de las heridas. Probé a quererte, y a dejar de hacerlo. Probé a mentirme y a decirme la verdad. Intenté mentirle al mundo, y para mi sorpresa, el mundo me creyó. Pero eso no me ayudó a sanar, o quizás sí, porque fue el comienzo.El comienzo del camino para llegar a lo que soy ahora. Me he convertido en una autómata.

jueves, 19 de agosto de 2010

¿Notas como el viento te rodea? Cierra los ojos y siente como tus pies se elevan del suelo. Deja que el viento desordene tu melena, y ya que está, que se encargue de tus ideas. Que las revuelva, las descoloque y las cambie por completo. Déjate llevar, siente como tu peso se aligera, y con él, el peso de cada uno de tus problemas.

Y ahora... déjame ser ese viento. Déja que te ayude a volar de nuevo. Deja que provoque que tus alas de angel vuelvan a brillar como lo hacían entonces.

No me mires...

No vaya a ser que veas algo que te guste y no puedas volverte a marchar.

miércoles, 18 de agosto de 2010

- ¿Qué crees que haces? - preguntó él mientras se avalanzaba sobre ella para quitarle el teléfono.
- Llamar - contestó ella, como si fuera tan obvio que no era necesaria ninguna explicación. De hecho, así era.
- ¿De verdad quieres hacerlo? - él había conseguido arrebatarle el movil, y ahora dudaba si debería devolvérselo.
- Eh... sí - su tono sonó irritado - soy mayorcita... Gracias - cogió su movil, aunque a él le costó devolvérselo.
- No va a contestar... - él habló tan bajito que ella no estaba segura de si había pretendido que lo escuchara. No hacía falta haberlo oído, ella ya sabía lo patética que resultaba, aunque nadie se había atrevido a decírselo. Aún.
Ella dudó unos segundos antes de pulsar el botón de llamada. Patética o no, sabía lo que quería hacer.

martes, 17 de agosto de 2010

Un minuto

Dime que me quieres, que nada más importa. Mienteme. Mienteme cn todas tus ganas. Imagina que este es mi último minuto en el mundo, y tú sólo deseas que me vaya feliz. Miénteme. Háblame de esa vida que podríamos tener. De nuestras manos agarradas mientras paseamos. De las caricias furtivas y las sonrisas radiantes. No te pido más. Sólo pido que mi corazón vuelva a latir durante un minuto. No me importa lo que venga después. Siempre podré recordar ese minuto. Mienteme. Por favor. Sólo miénteme. Un minuto.
- ¿Vas a morderme?
- No, nena, voy a devorarte

lunes, 16 de agosto de 2010

No sé qué es lo que hago mal,
ni tampoco cómo hacerlo bien...

sábado, 14 de agosto de 2010

No sé cuanto tiempo seré capaz de mentirme a mi misma. Quien sabe cuánto puede aguantar un cerebro dormido. Puede...
Esa sensación de que cuánto más claras tienes las cosas, más revuelto queda todo...

viernes, 13 de agosto de 2010

¿Crees en la mala suerte?

jueves, 12 de agosto de 2010

Déjate de sonrisas falsas, busca dentro de ti y sonrie de verdad.

miércoles, 11 de agosto de 2010

Tiempo atrás descubrí que la vida no sería siempre de color rosa. Entendí que paso a paso, cada uno de los colores representaría el momento que estaba viviendo.

Quizá me creí que el rosa sería el que predominaría. Únicamente esperaba que no fuera el negro el que me persiguiría un día tras otro. Igual me acosara la gama de grises. Entonces, no llegaría a sufrir de verdad. Rozaría la locura alguna vez. O sentiría pequeñas grietas en mi corazón.

Sólo se que para mí el silencio es negro. Que duelen las palabras que se quedan en la garganta sin poder salir. Puede que un día el silencio pueda desaparecer y el naranja vuelva a brillar con otro amanecer.
- Tienes mala cara hoy.
- No duermo muy bien últimamente...
- ¿Tienes pesadillas?
- Ojalá... Tengo sueños...

martes, 10 de agosto de 2010

It's hard to get by just upon a smile...

Now that I´ve lost everything to you
You say yoy wanna start something new
And it´s breakin' my heart you´re leavin'
Baby, I'm greaving

But if you wanna leave, take good care
I hope you have a lot of nice things to wear
But then a lot of nice things turn bad out there

Oh, baby, baby, it's a wild world
It's hard toget by just upon a smile
Oh, baby, baby, it's a wild world
I'll always remember you like a child, girl

You know I've seen a los of what the world can do
And it's breaking my heart in two
Because I never wanna see you sad girl
Don't be a bad girl

But if you wanna leave, take good care
I hope you make a lot of nice friends out there
But just remember there's a lot of bad and beware

lunes, 9 de agosto de 2010

Deseando soñar

Quisiera pensar que mi vida la organizo yo. Que lo que pasa en ella, es lo que yo quiero que pase. Que cada paso que doy me lleva al lugar al que quiero llegar. Pero sigo sin encontrar la dirección. Se supone que mis pies me llevan hacia la izquierda, pero cada vez me tuerzo más a la derecha. Quizá un giro de 180 grados me ayude a llegar al final. Quizá siguiendo el camino que ahora recorro, este torcerá hacia el lugar con el que sueño. Puede que cierto día, despierte y esté viviendo mi sueño. Puede que despierte y esté lejos de las pesadillas. Pero la posibilidad que más peso tiene en este momento, es que estoy despierta. Despierta, con los ojos bien abiertos, deseando dormir. Deseando soñar.

domingo, 8 de agosto de 2010

Sólo queda frotar la lámpara y esperar a que aparezca el genio.

sábado, 7 de agosto de 2010

- Creo que te has vuelto loca.
- ¿Sabes? Yo pienso lo mismo...

viernes, 6 de agosto de 2010

- Me pica la nariz. Tírate del pelo.
- ¿Qué dices?
- Nada. Olvidalo.

jueves, 5 de agosto de 2010

Sigo así

Sigo mirando el movil cada minuto... solo por si me has llamado.
Sigo actualizando la página compulsivamente... solo por si aparece un privado tuyo.
Sigo enganchada al ordenador aún muerta de sueño... solo por si te conectas.
Sigo gastando cada minuto libre en pensar en ti... pensando en lo que fue, lo que es, lo que podría ser...
Sigo imaginando... imaginando que todo va mejor.
Sigo inventando cosas en la cabeza... solo porque pensar en ti, conmigo, me hace feliz.
Sigo sin entender muchas cosas... y sigues sin entenderme a mi.
Sigo durmiendo abrazada a tu peluche... imaginando que estás allí.
Sigo sintiendome perdida sin ti...
Sigo sin saber qué hacer...
Sigo sin saber qué decir...
Escogió un bolígrafo rojo. Rojo sangre. Rojo pasión. Rojo carmesí. Qué importaba, rojo al fin y al cabo. Se sentó en la mesa a escribir. Cosas tristes, siempre cosas tristes. Se preguntó si escribía cosas tristes porque su vida era triste o su vida era triste porque escribía cosas tristes. No le importaba la respuesta, era así y punto. ¿Qué pensarían los demás de su tristeza? Ciertamente, eso tampoco le quitaba el sueño. Excepto su madre. Su madre que ya no le quitaba el ojo de encima, por si las cosa llegaban al punto en el que tenía que intervenir. Su madre, que nunca había tenido que preocuparse por ella, la más fuerte de sus hijas, la que jamás necesitó su apoyo. Tampoco ahora lo necesitaba. Rectificó en su cabeza, no lo quería. Prefería fingir. ¿Todo va bien? Todo perfecto mamá, aleja esos ojos preocupados de mí si no quieres que rompa a llorar. ¿Abrazos? Ni loca, me vas a desarmar. ¿Me quieres? Claro que te quiero mamá, pero sabes que siempre me costó decirlo en voz alta.

No era frágil, pero se sentía frágil. No buscaba apoyo, pero sabía que lo necesitaba. Ella siempre afronta las situaciones, aunque sólo deseaba escapar. Tal vez un día lo hiciera. Escapar de todo. Nueva ciudad, nuevo trabajo, nuevas personas. Nueva vida. Pero no es de las que escapan. Ella es de las que se quedan, lo encierran todo en un lugar de su corazón. Ese lugar que duele cuando llora. Ese que últimamente duele demasiado a menudo.

Sí, su vida era triste. Sí, seguiría escribiendo cosas tristes. Y sí, se levantaría como cada mañana, con el sol.

miércoles, 4 de agosto de 2010

Ese es problema...

La playa

Es como las olas del mar. Llegan y llegan a la orilla. Unas veces llegan más lejos, otras la marea esta baja y apenas invaden la playa. Pero luego llegan esos días, en los que el viento sopla fuerte, el mar anda revuelto, y aunque la playa no tiene la culpa, recibe una y otra vez el golpe de ese mar, que barre cada granito de arena arrastrándolo con él, dejando la playa poco a poco vacía. Pero ten fe, playa, siempre hay alguien que se esfuerza por recuperarte, aunque tenga que dar miles de viajes con los bolsillos llenos, para que recuperes cada pequeño grano que el mar te ha hecho perder. Y seguirás siendo tan bella como siempre.

martes, 3 de agosto de 2010

A veces pienso que tengo una vena masoquista. Sé que va a doler, pero sigo haciendolo una y otra vez.
- Lo siento...
- ¿Por qué?
- Porque ahora sé lo que se siente...

lunes, 2 de agosto de 2010

- Tienes un problema.
- ¿Qué problema?
- Nunca dices lo que tienes en la cabeza.
- ¿Y si no tengo nada?
- Es imposible no tener nada.
- No lo es, si te esfuerzas, y no hay ningún pesado intentando saber qué es lo que estás pensando.
- ¿Gano puntos?
- ¿Qué? - preguntó ella totalmente confusa.
- Por hacerte sonreir... - se explicó él, aunque la confusión de ella no desapareció.
- ¿Puntos, para qué? - no llegaba a comprender.
- Para que me quieras otra vez - contestó él, como en broma, quitándole el peso a las palabras. Ella optó por la misma salida.
- Así que todo se trata de un plan para engatusarme... - bromeó, sin terminar de sentirse cómoda con esa conversación.
- Está claro, ¿no te habías dado cuenta?
- Siempre he sido muy distraida, ya lo sabes... - ella escurrió el bulto, lo único que podía hacer.
- Entonces, ¿qué? - él insistió, siempre insistía.
- ¿Qué? - ella sabía que su intento de evitar el tema no daría resultado.
- ¿Cuál es mi puntuación?
Ella se puso más seria, y su sonrisa volvió a desaparecer.
- Yo...
- Acabo de perder puntos de nuevo... - él sabía que había estropeado el momento, e intentaba arreglarlo.
Ella inspiró para después soltar un suspiro.
- No sé qué es lo que pretendes sacar de esto - el tono ligero de la conversación había desaparecido.
- Olvidalo. Sólo somos dos amigos tomando algo - él siempre quitándole hierro al asunt.
- No sé si amigos es la mejor palabra para definir esto - ella era sincera. Demasiado sincera, a juzgar por la reacción de él.
- Si no quieres estar aquí, puedes marcharte - parecía enfadado, pero a ella no la engañaba, podía sentir su dolor.
- No es eso - ahora le tocaba a ella intentar arreglarlo - Sólo que... no buscamos lo mismo.
- Yo solo busco una amiga.
- Recuerdo la última vez que intentemos ser amigos.
- Esta vez es distinto - su voz seguía sonando seria y ella no lo aguantaba.
- ¿Por qué esta vez es distinto? - ella se había exaltado, no podía controlar los nervios.
Él bajó la cabeza.
- Has cambiado... - su voz apenas se oyó.
Esas palabras la sacaron de quicio.
- Y dale... ¿Y si no he cambiado? ¿Y si sigo siendo la misma idiota que sólo sabe acer daño a la gente? - Así era como se sentía.
- Tú no le haces daño a nadie. Ya soy mayorcito.
A ella no le gustaba dónde había terminado la conversación, no le gustaba salir de coraza.
- Vale - sólo contestó eso.
Él suspiró, la conocía bien, sabía que ella había vuelto a cerrar la puerta.
- Siento haber sacado el tema - se disculpó. Aunque él quería eso, ese era el tema del que quería hablar.
Ella no sabía cómo romper la tensión.
- Aún te quedan muchos puntos... - bromeó, con una sonrisa de disculpa en los labios. él aceptí sus disculpas con la misma sonrisa.
- ¡Soy un campeón! - él se hizo el chulito, ayudando a calmar la situación.
- Que no se te suba a la cabeza...