Me llenas la cabeza de pájaros que no me dejan dormir. Pájaros que me dicen millones de cosas que consiguen que se despierten las mariposas de mi estómago. Me buscas, y me encuentras. Porque es imposible esconderse de ti. Le damos vueltas a este mundo que creamos para los dos, pero no termina de girar correctamente. Hay piedras, muchas piedras, contra las que tropezamos una y otra vez. Y los pájaros se asustan, su canto se vuelve tan estridente que mata todo lo que tiene cerca.
Y entonces.....
el silencio.
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