Las 8 y 12, suena el movil. Una vez más no importa la hora, una vez más no me importa tener que despertarme, una vez más sonrío al leer las palabras escritas en la pequeña pantalla. Está amaneciendo... Mis ojos se dirigen a la ventana, el sol había empezado a bañar los tejados de las casas con aquella luz rojiza que tantos buenos recuerdos me traían. Tantas noches en vela, tantas conversaciones eternas, tantas palabras dichas... Todos esos amanceres... Todas esas suplicas por no acostarnos... Tantos buenos momentos.. Las horas eran demasiado cortas, nosotros siempre necesitabamos más, porque es imposible que llegue el día en el que no me cueste la despedida, es imposible que no desee que amanezca un día más, para poder pasarlo contigo.
"Mi día no amanece si no es contigo" Y qué bien sienta recordarlo cada día...
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