Te agarras a un objeto como si tuviera parte de ti, de tu vida. No solo porque fue algo que quisiste con todas tus ganas, sino porque llego a ti de manos de alguien a quien querías, que se esforzó por darte lo que deseabas. Llegó en medio de una historia, y dadas las circunstancias, se convirtió en parte central de ella. Y ahora, en desuso y muy machacado por el paso del tiempo, te resistes a dejarlo marchar, porque es un pedazo de algo, de alguien.
Siempre queda algo,
aunque ya no estés tú.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
sonrisas al aire