lunes, 3 de octubre de 2011

Le conocí en su último concierto antes de macharse a Tennessee. Me hipnotizó con el ritmo de sus canciones y las miradas acompañadas de los acordes de su guitarra. Y unas horas y varias cervezas después nos encontramos comiéndonos a besos mientras la ropa dejaba un rastro de pasión de camino al colchón. Sin pensar, sin hablar, sólo dejándonos llevar. Un torbellino de sensaciones que nos absorbió por completo. Al amanecer ambos deseamos que la realidad fuera distinta.

Sólo quedó una promesa: "prométeme que el día en que regreses me buscarás".

Suerte empezando desde cero.
No lo olvidaré.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

sonrisas al aire