La noche te da un aire tan salvaje que me olvido de quién eres, y de quién soy yo. Sólo soy capaz de acordarme de quiénes somos nosotros, juntos. De las risas, las miradas y esa electricidad que hay entre nosotros y que soy incapaz de controlar. Pierdo la cabeza. Pierdo las ganas de frenar.
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sonrisas al aire