A veces empiezas a escribir una historia e imaginas un final, pero con el paso de las líneas todo se tuerce y se escapa a tu control, se vuelve oscuro, triste... pero es el final perfecto para esa historia, y lo sabes, por eso, por mucho que desees cambiarlo, lo dejas como está. Y pones punto y final...
...porque segundas partes
nunca fueron buenas.
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