miércoles, 2 de febrero de 2011

- El otro día, estaba hablando con él en el bar y me hizo ese gesto de quitarme la lágrima acariciandome el pómulo con el pulgar, mientras el resto de sus dedos me rozaban la cara...
- Se te caería la baba...
- Casi, excepto porque él lo hacía de broma, y yo me moría porque fuera verdad.
- Bueno, después, cuando parecía que llorabas, él fue el primero en consolarte.
- Sí, porque es un buen amigo, pero yo quiero que sea mucho más...

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