Ser esa chica a la que se le escapan las lágrimas en una calle abarrotada de gente. Gente que la mira preguntándose qué es lo que le ocurre, si de verdad está llorando o simplemente tiene los ojos irritados. Quizá incluso alguien se plantee durante un segundo acercarse para ver si está bien, antes de volver a esa conversación trivial que ha dejado a medias. Ser esa chica... es una putada.
Cerrar una puerta
y romper a llorar.
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sonrisas al aire