lunes, 17 de agosto de 2009

El boli se pasea entre mis dedos y empieza a rasgar el papel, aún cuando no tengo claro sobre qué voy a escribir, aunque en mi cabeza aún pasan distintos pensamientos... pero espero a que mi mano decida por mí, porque es escribiendo cuando digo de verdad lo que pienso, cuando esos pensamientos evolucionan y termino por verlo todo claro. A veces no me gustan mis conclusiones, pero son la verdad, se que son la verdad y que no van a cambiar. Prefiero las veces en las que me quedo tranquilo después de soltarlo todo, y puedo salir al mundo sintiéndome menos pesado, porque aunque nadie me haya escuchado, me siento mejor, porque un boli y un papel son grandes amigos, que siempre están ahí para escuchar.

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