jueves, 16 de septiembre de 2010

- ¿De verdad vas a tomarte ese pedazo café?
- Vamos, no empieces con eso... Has conseguido que no tome café todos los días. Estamos en Sturbucks, déjame que disfrute un poco.
- Luego, cuando te entre el síndrome de abstinencia, yo no quiero saber nada.
- ¿No vas a estar conmigo?
- No vale poner ojitos de cordero degollado, sabes que no voy a dejarte sola... !Pero a mí no me besas con sabor a café!
- ¿Serías capaz de negarme un beso?
- Eres una tramposa, ¿lo sabes, no?
- Sí, pero me quieres.
- Por desgracia...
- ¡Oye!
- Vale, vale... Te quiero...
- Eso está mejor. Y ahora... ¡ayúdame a esconder la taza!
- ¿Otra vez con eso? ¿No puedes dejar tu vena de cleptómana en casa?
- Jo, no me digas eso...
- ¿sabes que me he vuelto una blanda capaz de robar por ti?
- ¿Y lo bien que va a quedar que las dos desayunemos en estas tazas?
- Vale, hacemos un trato. Nos llevamos la taza, duermo en tu casa y desyunamos juntas. Así tú tomas café y robas, y yo puedo recibir algo más de mi vicio: tú.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

sonrisas al aire