lunes, 6 de septiembre de 2010

Estoy cansada de tenerte todo el día en la cabeza. Es demasiado trabajo convencerme a mí misma de que tengo que olvidarte. Me cuesta concentrarme en cualquier cosa, siempre termino pensando en ti, o en algo relacionado contigo. Aunque eso es fácil, porque todo lo relaciono contigo, cualquier anécdota, cualquier canción, cualquier programa de televisión.

Es increible que sintiendo lo que siento, tú no seas capaz de verlo. Creo que te ha costado mucho convencerte a ti misma de lo que dices. O al menos, espero que haya sido así. Me gustaría gritarte, desahogarme, decirte lo que pienso sobre todo lo que está pasando. Gritarte que estás ciega y que no ves la realidad, porque no quieres verla. Me encantaría lograr que cambiaras de opinión. Sé que es difícil, de hecho, lo he dado por imposible, pero ya sabes que mi estúpido corazón sigue dando guerra. Se le ocurren montones de ideas descabelladas, que mi cabeza enseguida rechaza, creyendo que nunca las llevará a cabo, pero de vez en cuando, se escapan por las rendias que hay en mi coraza. Y me veo, me veo contigo, demostrándote que no tienes razón. Y te veo reconociendo que estás equivocada. Contenta porque todo eso que odiabas que fuera cierto, en realidad no lo es.

Pero luego vuelvo a ver la realidad me doy cuenta de que aún me faltas y caigo aún más abajo. No sé cuánto más puedo llegar a caer. Pero sé que sólo tú puedes salvarme.

Ya estoy otra vez... imaginando que me salvas. No puedo seguir así, pero el caso es que tampoco puedo cambiar. Me quedaré aquí, encerrada en mi pseudorrealidad, esperando a que mi princesa venga a darme el beso que me despierte.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

sonrisas al aire