sábado, 4 de septiembre de 2010

No sé por qué, de un tiempo para acá, creo que el destino está intentando ayudarme, y estoy segura que desde fuera, parece que lo está consiguiendo. Incluso esa decisión que me está costando tanto tomar va a quedar en manos del destino. El problema es que la dirección que está tomando el asunto no es la que mi corazón quiere, aunque mi cabeza está muy contenta. Es la opción más segura, la que menos va a doler. Pero yo debo ser masoca, y mi estúpido corazón no va a dejarme tranquila. El tiempo dirá lo que el destino decide ¿Acataré sus órdenes? Sé que mi vena rebelde sigue ahí, quien sabe...

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