Sólo yo me doy cuenta de tu sonrisa de suficiencia cuando me pillas mirándote desde el otro lado de la sala.
Sólo tu te das cuenta de que no soy capaz de mantenerte la mirada cuando acaricias mi mejilla.
Y así es como nuestras miradas se cruzan apenas unos segundos cada tarde, pero tampoco nos hace falta más.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
sonrisas al aire