martes, 26 de octubre de 2010

Este es uno de esos mensajes que no quieres leer (y que al parecer tampoco soy capaz de mandarte, así que ya no tienes que preocuparte por eso. Creo que cuando te vas de viaje dos finas de semana con tus amigos, y en los dos terminas llorando, hay algo que no va bien. Creo que he cruzado una línea que llevaba tiempo bordeando, pero que ahora me ha atraido con demasiada fuerza y he llegado a desbordar. Acabo de llegar a la conclusión de que no se trata del hecho de quererte o no, o de que tú me quieras. Creo que todo es culpa de la conexión. Es una conexión que no tengo ni he tenido con nadie. Y antes lo echaba en falta, lo pasaba mal, pero no hasta este punto, porque no puedes echar en falta algo que nunca has tenido, no? Y ahora me siento sola sin esa conexión, sin ti, y me acuerdo a cada segundo de que me faltas. Me falta alguien con quien compartir, con quien confiar, a quien contarle todo, cada uno de mis secretos que tanto me ha costado guardar. Y ahora que no estás, y necesito esa conexión, no la encuentro. Y lo he intentado, primero con mi madre,pero no fui capaz, y hace apenas cinco minutos con la persona a la que más cosas le he contado últimamente, pero me he arrepentido de haber abierto una simple y pequeña rendija que he vuelto a cerrar. Así seguiré aquí, guardandomelo todo para mí a la espera de que quizás algún día vuelvas, porque creo que es mi única esperanza.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

sonrisas al aire