jueves, 7 de octubre de 2010

Siempre odié los finales abiertos, que al final las cosas no terminaran de verdad, que todo quedara inconcluso para que tú decidieras qué era lo que pasaba después. A mí me gustaba que me dijeran qué había pasado, cómo terminaba la historia, que todo quedara atado y cerrado. Punto y final.

Y ahora, que el final de esta historia ha llegado y tú has escrito con duras palabras el final (imperfecto a mi parecer), he aprendido a apreciarlos. Siento que tu estilo de escribir sea este, que hayas acabado con la última esperanza de cada personaje, que tus finales sean cerrados.

Pero la magia de las letras es inimaginable. Porque tu punto y final ha pasado a punto y a parte en mi mente, y desearía que esta historia no terminara de escribirse jamás.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

sonrisas al aire