jueves, 28 de octubre de 2010

- ¿Qué te pasa? Parece como si te faltara el aire.

- Sólo estoy cansada...

- ¿De qué? Llevas todo el día sin hacer nada.

- De sobrevivir...

- Ya estamos.

- ¿Acaso te obligo a seguir aquí? Creo que no te he pedido que vinieras.

- Lo sé, pero tengo la pequeña esperanza de que algún día me pidas que me quede.

- Si lo hiciera no sería por el mismo motivo por el que quieres quedarte.

- Quien sabe... No conoces mis motivos.

- Quédate...

- ¿Por qué?

- Porque me siento sola.

- ¿Eso significa que te daría igual mi compañía que la de cualquier otra persona?

- No... Sabes que no es así.

- Entonces, significa que quieres la compañía de esa persona y te conformas con la mía.

- ¿Qué quieres que diga?

- Dime que te importo, que quieres que me quede, porque me quieres. O dime que me vaya, que ya no pinto nada aquí, que no te importo. No puedes tenerlo todo. No puedes tenerme aquí siempre.

- Lo siento. Estoy siendo egoista. Pero no puedo decirte que te quiero, y tampoco puedo decirte que no te necesito. Puedes marcharte cuando quieras.

- Joder, ¿por qué tienes que ser tan cabezota? Yo estoy aquí, él no. Eso debería contar.

- El problema es que cuando él no está, me falta el aire, cuando no estás tú... nada cambia.

- Tengo que irme.

- Lo sé.

- No voy a volver.

- Lo entiendo.

- Pídeme que me quede.

- Para. No te hagas esto a ti mismo. No dejes que te haga esto.

- Al parecer soy un idiota que se arrastra por alguien que pasa de mí.

- No te hará sentir mejor, pero sé lo que se siente.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

sonrisas al aire