- ¿Qué te pasa? Parece como si te faltara el aire.
- Sólo estoy cansada...
- ¿De qué? Llevas todo el día sin hacer nada.
- De sobrevivir...
- Ya estamos.
- ¿Acaso te obligo a seguir aquí? Creo que no te he pedido que vinieras.
- Lo sé, pero tengo la pequeña esperanza de que algún día me pidas que me quede.
- Si lo hiciera no sería por el mismo motivo por el que quieres quedarte.
- Quien sabe... No conoces mis motivos.
- Quédate...
- ¿Por qué?
- Porque me siento sola.
- ¿Eso significa que te daría igual mi compañía que la de cualquier otra persona?
- No... Sabes que no es así.
- Entonces, significa que quieres la compañía de esa persona y te conformas con la mía.
- ¿Qué quieres que diga?
- Dime que te importo, que quieres que me quede, porque me quieres. O dime que me vaya, que ya no pinto nada aquí, que no te importo. No puedes tenerlo todo. No puedes tenerme aquí siempre.
- Lo siento. Estoy siendo egoista. Pero no puedo decirte que te quiero, y tampoco puedo decirte que no te necesito. Puedes marcharte cuando quieras.
- Joder, ¿por qué tienes que ser tan cabezota? Yo estoy aquí, él no. Eso debería contar.
- El problema es que cuando él no está, me falta el aire, cuando no estás tú... nada cambia.
- Tengo que irme.
- Lo sé.
- No voy a volver.
- Lo entiendo.
- Pídeme que me quede.
- Para. No te hagas esto a ti mismo. No dejes que te haga esto.
- Al parecer soy un idiota que se arrastra por alguien que pasa de mí.
- No te hará sentir mejor, pero sé lo que se siente.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
sonrisas al aire