lunes, 2 de agosto de 2010

- ¿Gano puntos?
- ¿Qué? - preguntó ella totalmente confusa.
- Por hacerte sonreir... - se explicó él, aunque la confusión de ella no desapareció.
- ¿Puntos, para qué? - no llegaba a comprender.
- Para que me quieras otra vez - contestó él, como en broma, quitándole el peso a las palabras. Ella optó por la misma salida.
- Así que todo se trata de un plan para engatusarme... - bromeó, sin terminar de sentirse cómoda con esa conversación.
- Está claro, ¿no te habías dado cuenta?
- Siempre he sido muy distraida, ya lo sabes... - ella escurrió el bulto, lo único que podía hacer.
- Entonces, ¿qué? - él insistió, siempre insistía.
- ¿Qué? - ella sabía que su intento de evitar el tema no daría resultado.
- ¿Cuál es mi puntuación?
Ella se puso más seria, y su sonrisa volvió a desaparecer.
- Yo...
- Acabo de perder puntos de nuevo... - él sabía que había estropeado el momento, e intentaba arreglarlo.
Ella inspiró para después soltar un suspiro.
- No sé qué es lo que pretendes sacar de esto - el tono ligero de la conversación había desaparecido.
- Olvidalo. Sólo somos dos amigos tomando algo - él siempre quitándole hierro al asunt.
- No sé si amigos es la mejor palabra para definir esto - ella era sincera. Demasiado sincera, a juzgar por la reacción de él.
- Si no quieres estar aquí, puedes marcharte - parecía enfadado, pero a ella no la engañaba, podía sentir su dolor.
- No es eso - ahora le tocaba a ella intentar arreglarlo - Sólo que... no buscamos lo mismo.
- Yo solo busco una amiga.
- Recuerdo la última vez que intentemos ser amigos.
- Esta vez es distinto - su voz seguía sonando seria y ella no lo aguantaba.
- ¿Por qué esta vez es distinto? - ella se había exaltado, no podía controlar los nervios.
Él bajó la cabeza.
- Has cambiado... - su voz apenas se oyó.
Esas palabras la sacaron de quicio.
- Y dale... ¿Y si no he cambiado? ¿Y si sigo siendo la misma idiota que sólo sabe acer daño a la gente? - Así era como se sentía.
- Tú no le haces daño a nadie. Ya soy mayorcito.
A ella no le gustaba dónde había terminado la conversación, no le gustaba salir de coraza.
- Vale - sólo contestó eso.
Él suspiró, la conocía bien, sabía que ella había vuelto a cerrar la puerta.
- Siento haber sacado el tema - se disculpó. Aunque él quería eso, ese era el tema del que quería hablar.
Ella no sabía cómo romper la tensión.
- Aún te quedan muchos puntos... - bromeó, con una sonrisa de disculpa en los labios. él aceptí sus disculpas con la misma sonrisa.
- ¡Soy un campeón! - él se hizo el chulito, ayudando a calmar la situación.
- Que no se te suba a la cabeza...

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