Siempre me gustó el juego de miradas entre dos desconocidos que ansían conocerse. Ese cosquilleo cuando mi mirada se encuentra con la suya, el mismo que me hace apartar la mirada con timidez hacia el otro lado del bar. Y entonces se acerca, me habla, me mira y me enamora. Eso me pasó contigo. Y desde aquél día, cada vez que me miras así me vuelves a enamorar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
sonrisas al aire