viernes, 12 de agosto de 2011

La vida está llena de cosas que no entenderás nunca.

Yo aprendí que cada decisión que tomas importa. Aunque te parezca una tontería, puede llevarte a enamorarte de la persona equivocada. Y eso trae consigo siempre mucho dolor. Que sí, que el amor está lleno de momentos increíbles que jamás borraré de mi memoria, pero los otros también se han quedado conmigo.

Pero, a lo que iba. Yo cometí una tontería, algo que muchos otros habían hecho antes sin sufrir ninguna consecuencia. Solo que yo no supe manejarlo adecuadamente. Tomé una decisión y me hundí con ella. No al principio, por supuesto, siempre es al final. Ahora me arrepiento de esa decisión 365 días al año. Pero la vida es muy irónica y ese es el mismo porcentaje de días que me alegro.

De esa decisión aprendí mucho. Ahora sé que las reglas sociales que mueven nuestro mundo nos impiden reconocer lo que sentimos realmente. Puede que ciertas veces la barrera entre amistad y amor sea sólo una convención social. Las etiquetas han hecho mucho daño a los sentimientos, porque no nos dejan ver más allá. Es lo que es, nada más. También aprendí que un simple te quiero, dicho de verdad, puede cambiar un cable en tu cabeza que provoque que todas esas etiquetas desaparezcan y sólo queden las personas.

Yo me enamoré de una persona. Sé que volveré (o al menos eso es lo que espero), pero me temo que volveré a entrar dentro de lo que la sociedad ha escrito para mí. Porque, lo reconozco, nunca fui de esas que se saltan las reglas.

1 comentario:

  1. Espectáculo.

    (Te dedico mi palabra preferida cual sonrisa al aire.)

    ResponderEliminar

sonrisas al aire