He de aprender a disfrazarme. Disfrazarme de esa persona a la que no le importa cruzarse contigo por la calle en esta ciudad que cada día parece más jodidamente pequeña. De esa que no necesita buscarle una explicación a que cierta chica esté contigo, porque ya no le importa. De esa que en vez de fingir que no te ha visto y sigue caminando, se para y con su mejor sonrisa te pregunta por tu vida. De esa a la que no le importan las respuestas. De esa a la que no le cuesta decir tu nombre en voz alta. De esa.
Verte sigue provocando que mi corazón se descontrole.
Y me odio por eso.
Yo también odio quererle y que mi corazón salte cuando leo su nombre o cuando me lo dicen v.v
ResponderEliminar