Es sentir tu mirada sobre mí y notar cómo el mundo tiembla.
Me he cansado de esconder las sonrisas que me provocas, de no poder desear tus
labios, de fingir que todo esto no es nada, porque no puede serlo. Porque no
puedo mirarte como deseo hacerlo, porque nuestros besos son prohibidos, siempre
escondidos, porque este momento no es nuestro y quizá nunca llegue a serlo.
Todo esto se quedará en un capricho de niña, que se enamoró de quien no debía,
y él no supo decirle que no.
...y nunca caer en blando.
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