jueves, 30 de diciembre de 2010

Maldito empeño que me lleva a recordarte. Estarás contenta, si lo que querías es que me doliera tanto que ninguna medicina me ayudara, lo has conseguido. Ahora mismo desearía odiarte, aunque solo fuera un poco, para poder gritarte, decirte que eres la peor persona que he conocido jamás, tirarte encima cada uno de mis recuerdos porque ya no los necesito, a ver si te duele tanto como me han dolido a mí. Pero a quien quiero engañar, estoy a tus pies. Estaré para recibir cada una de las patadas que quieres darme, mientras sean con tus tacones, soportaré lo que haga falta. Porque no me ves, aunque sigo aquí delante, aunque voy dejando un rasto de sangre, tú no me ves. Ser invisible no me importaba hasta que tú tambien dejaste de verme. Y es que me he quedado en nada, joder, que ya no soy persona. Y me miento, te miento, a ti y a quien haga falta. Si tengo que gritar a los cuatro vientos lo haré, solo porque no hay nadie para contestarme que no es así.
¿Te ha quedado claro? A mí tampoco

No hay comentarios:

Publicar un comentario

sonrisas al aire