miércoles, 29 de diciembre de 2010

Será que la Navidad hace que te eche más de menos o que el mundo se ha aliado para recordarme todo lo que tuve y ya no tengo, pero llevo ya unas horas leyendo todas esas conversaciones que tuvimos y pensando cómo después de todas esas palabras ya no queda nada. Y es que hace tiempo que no entiendo nada, no entendí por qué todo acabó, no entiendo por qué tú has sido capaz de olvidarme si yo no he podido. Me pregunto si has encontrado a alguien que te hace feliz, me gustaría ser lo suficiente buena como para desear que haya sido así, pero lo siento, me duele demasiado imaginar que todos los te quieros que me decías a mí, ahora se los dices a otro.

Estoy cansada de escribir cartas que no van a tener respuesta. Me he cansado de no hablarte, echo tanto de menos tu voz que mataría por volver a escucharte. Quiero viajar lejos de aquí, exactamente a 827 km y darte el abrazo que necesito para seguir respirando. Quiero sentirte mía otra vez y que sepas que yo nunca dejé de pertenecerte. Desearía que las lágrimas que recorren ahora mis mejillas fueran de alegría, de saber que tú sigues ahí para mí y que la vida merece la pena.

Te quiero, no me averguenza reconocerlo. Hace poco no estaba segura, pero ahora sé que sí, que por mucho que lo niegue, te quiero igual que el primer día.


Hoy es uno de esos días en los que no puedo más. Quererte nunca dolió tanto como ahora, y aún así, no quiero dejar de hacerlo, porque sé que mereces la pena.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

sonrisas al aire